Por: Fernando Bojórquez

MEXICALI BC 11 DE ABRIL DE 2021 (AFN).- Una intensa jornada se vivió este domingo en la sede del Instituto Estatal Electoral de Baja California (IEEBC), en el último día de registro de candidatos a las alcaldías en la entidad.

Desde temprana hora se dieron cita en el inmueble cientos de personas en apoyo a sus candidatos donde, con seguridad, los del Partido del Trabajo (PT) con el diputado federal Armando Reyes Ledesma, hicieron lo que mejor saben hacer, escándalo, gritos, porras, batucada. A eso sí nadie les ganó este domingo.

La primera en acudir a registrarse fue Norma Bustamante, por MORENA, a la alcaldía de Mexicali. Asistió con su planilla, con un sobrio traje sastre, igual que su suplente, color beige combinando con el color oficial de ese partido.

Pero claro, la alcaldesa en funciones, y acérrima enemiga de Bustamante -ambas se presentaron denuncias mutuamente para aventarse un quién vive-, Guadalupe Mora Quiñonez, no se iba a quedar con los brazos cruzados para facilitarle el registro a la también actriz.

Nada más le mandó bloquear los accesos vehiculares varias cuadras a la redonda de la sede del IEEBC, por lo que los acarreados -perdón, de nuevo- los militantes que dejaron todo para acudir voluntariamente, tuvieron que dejar sus carros lejos y caminar a paso veloz para llegar a tiempo.

Poco antes de las 11:00 horas, Bustamante hizo su arribo al Instituto Electoral, donde ya era esperada por la militancia que lanzaba porras sin embargo, en minutos llegaron también, por otros accesos, simpatizantes de su rival, la alcaldesa Mora Quiñonez.

Alguien de su equipo avisó a tiempo, y Norma Bustamante tuvo que ingresar por una puerta oculta, la puerta trasera del estacionamiento del IEEBC, que sale a su vez, al estacionamiento de un cine pinchurriento y olvidado que todavía está en funciones, aunque parezca lo contrario.

Una vez cumplido el acto protocolario vino la rueda de prensa en la que Bustamante defendió el argumento de la denuncia que presentó contra la alcaldesa por violencia política. No hubo propuestas y tuvo que salir, de nuevo, por la puerta trasera.

En tanto, en la calle, frente al IEEBC, simpatizantes de uno y otro protagonizaron conatos de enfrentamiento al lanzar loas a cada una de las partes. No pasó de que se rompieran los banderines que cada uno llevaba consigo, en apoyo a sus candidatas.

Luego vino el registro del abanderado, también de MORENA, en Tecate, Darío Benítez, quien llevó su porra que para esa hora del día, todavía tenía fuerzas suficientes para gritar el nombre del candidato, como consigna para que no se olvide.

Fue un registro breve, que no interesó gran cosa a la prensa ni a los presentes sin embargo, el joven exdirector del organismo del agua en esa ciudad, aprovechó su tiempo para deslindarse de la actual alcaldesa con licencia, Zulema Adams de quien dijo “es de MORENA, pero no de la cuarta transformación”.

Su discurso se centró en advertir que presentarán una denuncia en contra del cabildo tecatense, por votar a favor de la propuesta de Zulema Adams para dejar como su suplente a un regidor, sin respetar el procedimiento que al respecto marca la ley. Aún así su discurso no logró prender.

Todavía con la atención a medios por parte del aspirante tecatense, los tambores se escucharon con más fuerza, mucho ruido, muchos gritos, muchas porras; y a lo lejos, el grito de Armando, el de Ensenada, el que quiso ser candidato a gobernador pero se tuvo que conformar con buscar la elección continua como alcalde Ensenada.

Hasta el lugar ingresaron camionetas de modelo reciente. Muchos escoltas, muchos jóvenes de su equipo, mucha parafernalia.

“¡Armando, la colonia 89 está contigo! ¡Armando, aquí te acompañamos, venimos desde Ensenada!” eran los gritos más fuertes y el candidato se dejó querer. Llegó de la mano de su pareja sentimental, de sus colaboradores más cercanos, de una batucada y cientos de simpatizantes del PT que obedecían las instrucciones de otro ensenadense; Armando Reyes.

Ingresó a la sede del IEE pero la porra seguía del otro lado del cerco, y Armando, como todo un rockstar los arengaba para que siguieran los gritos. Los consejeros desesperados por iniciar el acto protocolario, pero el candidato seguía en lo suyo.

Sin ser una ceremonia del grito, Ayala Robles se aventó una arenga de campeonato; “Viva la revolución. Viva la transformación. Viva Ayala. Viva Ensenada, Viva México. Viva México. Viva México”. El candidato se atrevió.

En su discurso, el que más se prolongó de todos los registrados, arremetió contra el pasado, contra los gobiernos corruptos, contra los gobiernos que hicieron daño, los que robaron. Aseguró que la 4T no es así.

Luego de casi una hora en el recinto, el ensenadense salió tomándose foto y saludando a quien se le atravesara; sus escoltas nerviosos por tanta gente.

Tocó el turno a Rosarito; Aracely Brown pretendió ingresar antes, pero en la puerta fue detenida en seco y le advirtieron; “primero va el de Ensenada”, por lo que mejor se fue a su camioneta a disfrutar del aire acondicionado.

Y ahora sí, entró Aracely mientras Armando salía -y por cierto ni se saludaron-, mientras ella se registraba y ofrecía el discurso más breve, de apenas, si acaso, un minuto, los seguidores del ensenadense abandonaron la sede y esta quedó sola, con unos cuantos apenas de la de Rosarito, quien llevó a sus funcionarios y estos, a su vez, convocaron a sus familiares y amigos, que no juntaron más de un centenar.

El registro de Aracely Brown pasó inadvertido. Había más gente con el señor de la fruta picada y las paletas heladas, quienes hicieron su agosto en pleno abril, en Mexicali.

Luego de casi una hora sin movimiento, y con el calor a plomo, inició el registro de los candidatos del PT para los municipios de Tecate, Playas de Rosarito y Mexicali, pero de ellos quien verdaderamente destacó fue el encargado de llevar las bocinas y el sonido.

Adentro, en su registro, el dirigente estatal petista, el diputado federal Armando Reyes, sostuvo que el PT es la columna vertebral de el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Vaya, resaltó “los logros” del gobierno federal, en lugar de las trayectorias de sus candidatos a quienes presentaba en sociedad. Eso sí, por ruido no pararon.

Después llegaron los candidatos del Verde a las alcaldías de Tecate, Mexicali y Ensenada, los cuales pasaron sin pena ni gloria, al igual que los candidatos de Fuerza por México. Ni fu, ni fa.

Venía lo bueno, lo fuerte, finalmente, y con más de siete horas de retraso, hizo su arribo Montserrat Caballero, con una notoria ausencia de apoyo por parte de morenistas, a quienes no se les vio por ningún lado sin embargo, el ruido lo hicieron, de nueva cuenta, los seguidores del PT, quienes desaparecían y volvían a aparecer de manera intermitente a lo largo del día.

“Pero si esperamos 30 años, que no esperemos siete horas”, dijo Montse para abrir boca, en referencia a los 30 años de gobiernos panistas; en su discurso, otra vez, insistió en su procedencia desde las raíces de MORENA.

Tras el registro vino la atención a medios: Montserrat, rodeada de Claudia Casas, Eligio Valencia Jr., y Mónica Lucero Vázquez, dijo que en MORENA no hay lugar para el nepotismo -nótese la ironía-, y dijo que ella viene “desde abajo, desde los grupos étnicos”.

Como buena política, negó estar enterada de los jaloneos al interior de su partido para conformar la planilla de regidores, en tanto que la regidora Casas, quien repite en la fórmula de Montserrat, no pudo evitar su disgusto cuando cuestionaron a la candidata por el reconocimiento que ella y otros ediles entregaron a Arturo González como “el mejor alcalde que ha tenido Tijuana”.

Incluso, molesta, Claudia Casas se retiró del lugar sin despedirse siquiera de Caballero Ramírez, quien se quedó saludando a los petistas que armaron la fiesta en su registro.

Así se vivió este domingo, el último día para los registros a las alcaldías del Estado; una jornada larga, tediosa, cansada, calurosa; y eso que apenas empieza, hubieran venido ayer.

Ahora, el balón lo tienen los consejeros del IEEBC, quienes, a más tardar el 18 de este mes, deberán validar si proceden o no los registros de los suspirantes.