*.- No hay forma de compensar la destrucción del NAICM sobre este ecosistema. (Cuartoscuro).

CIUDAD DE MÉXICO 18 DE OCTUBRE DE 2018 (La Silla Rota).- El impacto ambiental que dejará la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) es muy grave, que según expertos en el área significa el ecocidio de una reserva no reconocida oficialmente.

Se habla en general de aves migratorias y nativas, pero hay más especies que habitan en el lago Nabor Carrillo, como roedores, peces, culebras de agua, tortugas, conejos y una lista que rebasa el centenar de ejemplares. Ello sin mencionar el impacto a la flora.

Diversos documentos que ha hecho públicos el equipo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador exponen los daños irreversibles que dejará en la región y a nivel Ciudad de México,  en la zona oriente.

Uno de los opositores más fuertes al proyecto de la terminal aérea es el doctor Fernando Córdova Tapia, quien en un dictamen de cuatro cuartillas que elaboró en conjunto con varias instancias de gobierno, reprueba en materia ambiental la continuidad del NAICM.

Sobre la llegada de aves migratorias del centro del país, el reporte recuerda que el lago Nabor Carrillo es uno de los principales receptores, como ocurrió en febrero de 2018 cuando arribaron más de 330 mil aves.

De ese número, el 94 por ciento son de la familia de los patos, un ave de alta peligrosidad para la aviación por riesgo de colisión, que en algunos estudios se les denomina como fauna riesgosa.

Los estándares internacionales de seguridad aeronáutica dictan que deben evitarse estas especies para proteger el acercamiento, salida y espacio aéreo circundante a un aeropuerto.

La regla ordena dejar una distancia mínima de 8 kilómetros en el área de operaciones aéreas, incluyendo cualquier tipo de infraestructura aeroportuaria.

Para evitar el riesgo de choque con las aves, se espera desplazar las especies a cuerpos de agua aledaños, aunque hay una deficiencia técnica en el análisis y se desconoce si otros ecosistemas serán capaces de alojar a las más de 300 mil que arriban cada año.

Por la magnitud del proyecto del Nuevo Aeropuerto era necesario tener un registro de las especies encontradas, como por ejemplo ocurre en Xochimilco, donde se tienen bien identificadas y hasta sus densidades.

Según información presentada por la CONAGUA, la intención es que el lago Nabor Carrillo, que actualmente es un cuerpo de agua permanente y con buena calidad del agua, se convierta en una laguna de regulación.

Dicha transformación implica no sólo la desecación del lago, sino la incorporación de aguas residuales en lo que llegó a ser un símbolo de recuperación ecológica en México al atraer a decenas de aves migratorias del centro del país.

Córdova Tapia explicó la magnitud por secar este lago de mil hectáreas, que equivaldría a una superficie mayor a la de las tres secciones del Bosque de Chapultepec juntas, de 680 hectáreas, o incluso de Ciudad Universitaria, con aproximadamente 700 hectáreas.