Los claroscuros de la presidencia de Obama
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Los claroscuros de la presidencia de Obama

ESTADOS UNIDOS - domingo 15 de enero de 2017 - La Silla Rota.
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*.- Sus derrotas y triunfos parciales

ESTADOS UNIDOS 15 DE ENERO DE 2017 (La Silla Rota).- Hace ocho años, su llegada a uno de los puestos más importantes del mundo lo colocó como una figura de aliento esperanzador. Por primera ocasión en la historia, el cargo que inviste al ocupante como uno de los hombres más poderosos del mundo, además de demócrata y espíritu reformador, era un ciudadano negro.
 
Su arribo provocaba, no sólo en la población afroamericana, un inusitado entusiasmo, pues sectores y minorías como las latinas o asiáticas, daban la bienvenida a lo que entonces fue comprendido como un verdadero cambio en las estructuras políticas y sociales de Estados Unidos.
 
Sin embargo al poco tiempo de su llegada, Barack Obama, quien quiso transformar su país y el mundo, pero se topó con una realidad compleja, comenzó una carrera de encontronazos, desacuerdos, sinsabores, fracasos y promesas inconclusas.
 
Algunos podrían considerar que el triunfo del proteccionista y xenófobo republicano Donald Trump, es síntoma inmediato del fracaso de la figura que pretendía eliminar los odios étnicos y el advenimiento de una era post-racial. La victoria del magnate, oculta el malestar profundo del sinsabor de un mandato que rompió la ilusión de toda una nación.
 
Obama prometió acabar con las guerras y aun cuando retiró decenas de miles de soldados de Irak y Afganistán, prosiguió los bombardeos con otros métodos, como los aviones no pilotados. Ordenó la muerte de Osama bin Laden, pero no anticipó la irrupción del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), que acabó forzándole a regresar a este país y a bombardear en Siria. Intentó cerrar la prisión de Guantánamo, símbolo de los peores excesos del Gobierno anterior, pero no pudo.
 
Ensayó un cambio de rumbo geoestratégico en dirección a Asia y el Pacífico, pero Oriente Próximo y Europa le atraparon. Puso fin a décadas de hostilidad diplomática con Cuba e Irán, pero asistió atónito al expansionismo de la Rusia de Vladímir Putin.
 
Obama fue el presidente que regularizó a centenares de miles de inmigrantes que habían llegado a EE UU de pequeños, pero le llamaron deportador-en-jefe por su récord de deportaciones de sin papeles. 
 
Reformó el sistema sanitario y amplió a la cobertura a 20 millones de personas sin seguro médico, pero preservó el carácter privado del sistema y quedó lejos de la cobertura universal, lo que sigue haciendo de EE UU una excepción en el mundo desarrollado. Estrechó los controles sobre la banca para evitar otra crisis financiera, pero no fue tan lejos como Franklin Roosevelt en la Gran Depresión. Con la ayuda del entonces jefe de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y con un plan de estímulo multimillonario, sacó a EE UU de la Gran Recesión mucho antes que los países europeos y creó casi 12 millones de empleos, pero muchos de estos fueron precarios y durante su mandato la brecha económica y social aumentó.
 
Para los politólogos independientes Norman Ornstein y Thomas Mann, los años de Obama fueron los de una transformación de la sociedad estadounidense: más diversa —más hispana— y más tolerante, en la que incluso el matrimonio entre personas del mismo sexo se ha legalizado en todo el país, además de que la pena de muerte está en descenso.
 
Al mismo tiempo, fueron los años en los que la polarización entre los ciudadanos mostró un mayor repunte, señalan los analistas políticos, pues explican, la primera presidencia de un afroamericano coincidió con la multiplicación de evidencias de la violencia policial contra los negros y con estallidos de tensión racial.
 
A la par de los conflictos que implicaban el excesivo uso de la fuerza y la brutalidad policiaca en contra de ciudadanos de raza negra, surgieron movimientos populistas y conservadores como el Tea Party y se normalizó un discurso del odio, aliñado con las teorías conspiratorias más perversas, que los más ingenuos creían desterrados de la arena pública.
 
A pesar de diferentes desilusiones, Obama es un hombre calificado por la novelista Marilynne Robinson, como un personaje multiétnico, multirracial y cosmopolita, quien además, calcula, fue quizá catalizó el ascenso de su opuesto, Donald Trump.

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