*.-En política y economía para generar bienestar común

TIJUANA BC  21 DE JUNIO DEL 2019 (AFN).-El predominio de un modelo de “Capitalismo de compadres o compinches” ha generado una gran injusticia y esto a su vez, un ciego apoyo al modelo socialista, que sin embargo tampoco garantiza las condiciones de bienestar común que la población requiere, afirmó Monseñor Isidro Puente Ochoa.

Frente a este panorama, en materia política y el manejo de la economía debe imperar el sentido común, como la mejor alternativa para servir a los demás y garantizar condiciones de justicia aseguró en AFN POLITICO Y ALGO MÁS.

“Es muy triste ver que después de toda la miseria, del estancamiento económico y de las más de cien millones de muertes causadas por los regímenes Socialistas y Comunistas, muchos el día de hoy están en favor del Socialismo”, dijo Puente Ochoa, quien fue objeto de un reconocimiento por parte de exalumnos, ante quienes  disertó sobre el tema.

Puente Ochoa aseguró que son tres las causas de ese fenómeno, y la primera es la ignorancia de la historia, y el verdadero rostro del socialismo, que ha provocado la muerte de millones de personas.

La segunda es la ignorancia de la economía básica, que enseña que el modelo normal en que se lleva a cabo el destino universal de los bienes materiales es la propiedad privada, y que la propiedad colectiva destruye la libertad, la responsabilidad y los incentivos para hacernos creativos. “Lo único que exporta la propiedad colectiva son seres humanos migrantes hacia otros países”, añadió Puente Ochoa.

La tercera causa es la injusticia del “capitalismo de compadres”, que está estructurado de modo que beneficia a ciertos grupos o individuos a expensas de los demás, condenados a la economía informal sin ninguna garantía ni esperanza de progresar.

Quien opta por laborar en lo informal, al margen del sistema oficial, asume una precaria situación de desprotección a sus derechos básicos a la propiedad, a la inviolabilidad de los contratos y al acceso al sistema de justicia, y todo ello sigue siendo efecto de la corrupción.

El no remediar esta corrupción impulsa a la gente a imaginar erróneamente que algo como el socialismo populista es el mejor modo de quitar la injusticia, “y este es el camino hacia la pobreza, hacia sistemas económicos injustos y hacia la destrucción del desarrollo”, agregó Puente.

Por ello sugirió preguntarse, a la luz del sentido común, si es justo privilegiar legalmente un negocio por encima de otros por intereses de orden político, o proteger a una empresa de la competencia o que la rescate a pesar de su ineficiencia y falta de innovación, o legislar de tal manera que nuevos empresarios trabajen con desventaja respecto a empresas protegidas por interés político.

Legisladores, ejecutivos o magistrados también deberían preguntarse si es justo que ellos sean “el centro de atención de los empresarios, en vez de que ellos se enfoquen en los millones de consumidores a quienes deberían servir”.

Monseñor Puente finalmente dijo que cada hombre de negocios debe preguntarse si de verdad está involucrado en trabajar para crear riqueza, transformando los recursos, y si de verdad es creador, creativo e innovador.