TIJUANA BC 24 DE MARZO DE 2019 (AFN).- La apnea del sueño es un trastorno causado principalmente por sobrepeso y obesidad que afecta la vida de seis de cada 10 adultos, pero los niños también la pueden sufrir; quienes la padecen presentan una respiración irregular al dormir, que impide la correcta oxigenación del organismo y con ello un adecuado descanso.
Lo anterior lo informó el doctor Octavio Castro, jefe de consulta de Medicina Familiar del Hospital de Gineco Obstetricia (HGO) del Instituto del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, quien explicó que este trastorno es factor de riesgo para padecer hipertensión arterial y pulmonar, debilidad e impotencia sexual, así como problemas digestivos, vasculares cerebrales y hasta un infarto cardiaco.
Es común, dijo, que la persona que ronca lo considere normal, e incluso se ha llegado a conceptualizarla como sinónimo de que se está durmiendo muy bien, pero esto en realidad es una manifestación de la apnea del sueño.
“Quien ronca usualmente amanece con la boca seca, dolor de garganta y presenta molestias para deglutir por problemas obstructivos de la zona nasofaríngea, por lo que es notable sufrir de faringitis”.
Los síntomas del padecimiento son entre otros, dolores de cabeza por la mañana, cansancio, somnolencia todo el día, falta de concentración, alteraciones de la memoria y baja productividad laboral o escolar.
En casos más graves, señaló, se presentan taquicardias, las cuales pueden causar accidentes al quedarse la persona dormida mientras maneja un vehículo. La Apnea, apuntó el especialista se presenta más en los varones entre las edades de los 30 años de edad, aunque también se presenta en niños, por lo que es importante acudir a atención médica principalmente cuando se presenta una sensación de taquicardia o ahogo.
El especialista recomendó para evitar la Apnea bajar de peso, dormir de seis a ocho horas diarias los adultos y hasta 10 los niños, así como evitar tener la televisión en la recamara, no consumir café, tabaco, chocolate después de las 17:00 horas, no leer en cama y no cenar en abundancia y hacerlo dos horas antes de dormir.