Nota: Juan Manrique Olmos
Fotografía: Israel Martínez Páez
TIJUANA BC 3 DE MAYO DE 2012 (AFN).- La empleada del expendio de cerveza donde la tarde de ayer miércoles inició el conflicto que culminó con tres policías lesionados, prefirió renunciar desde la noche de ayer, según revelaron las trabajadoras de este comercio a Agencia Fronteriza de Noticias.
Una de las encargadas, quien prefirió no dar su nombre ni el de su ex compañera confirmó lo sucedido la tarde de ayer, cuando el Coronel del 28 Batallón de Infantería, Edwin Tonatiuh Ruiz Delgado, tomó un paquete de cerveza, negándose a pagarlo, bajo el argumento de que no contaba con efectivo.
Según los entrevistados, repetía: “Soy jefe de las tropas”, por lo que la despachadora del lugar optó por pedir ayuda a unos jóvenes que caminaban por el exterior de los locales.
Después de que intentaron darle ayuda, le sugirieron a la joven que se encerrará “en lo que se iba el borracho”, por lo que cerró la puerta de cristal del local y se protegió en una pequeña bodega ubicada en la parte posterior de dicho establecimiento.
“Me contó que después de unos minutos salió y vio todo el montaje de patrullas y los muchachos (policías) golpeados”, dijo la mujer a AFN, al tiempo que informaba que este expendio de cerveza, apenas tiene un año de estar abierto, por lo que a manera de broma manifestó su deseo de que “con esto aumenten las ventas”.
Esta misma mañana agentes del Ministerio Publico acudieron a los comercios aledaños a tomar las declaraciones de los testigos que ocupan los otros locales del pequeño centro comercial que se ubica sobre la carretera libre Tijuana Tecate, a un costado de la entrada a las instalaciones militares del 28 Batallón de Infantería.
Algunos de los locatarios sin querer revelar su identidad y por temor a las represalias por parte de los elementos castrenses, sólo se limitaron a platicar que los militares estaban golpeando con los rifles a los policías ya tirados en el piso y cuando no se podían mover. Aseguraron que nunca antes vieron nada parecido con los efectivos castrenses.
En la banqueta exterior de los locales comerciales, todavía hoy se apreciaban las huellas de sangre de los policías lesionados.