Migración: Tras la tempestad, la calma
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Migración: Tras la tempestad, la calma

TIJUANA BC - domingo 10 de febrero de 2019 - AFN.
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TIJUANA BC 10 DE FEBRERO DE 2019 (AFN).- Después de la fuerte crisis que se dio en esta ciudad fronteriza del noroeste de México, a fines del año pasado y los primeros días de este 2019, por la llegada descontrolada de miles de extranjeros centroamericanos en busca de refugio en Estados Unidos, la situación ha cambiado notablemente, y la vida en Tijuana ha vuelto a su estado normal.

El tema de estos centroamericanos ha dejado de ser discurso de las autoridades municipales, cuyo titular el presidente municipal Juan Manuel Gastélum Buenrostro habría llegado a calificarlos como “indeseables”, y el centro de espectáculos “El Alamar”, situado al Este de la ciudad, y convertido en el segundo de los albergues (el primero en la zona Centro), bajo el cargo del Instituto Nacional de Migración, ya no funciona para este propósito, aunque la autoridad migratoria anunció en días recientes que de ser necesario, se volvería a utilizar, en caso de que las nuevas caravanas que lleguen a México se dirijan a Tijuana, cosa que hasta el momento no ha sucedido.

Por su parte, los residentes fronterizos, algunos de los cuales mostraron conductas racistas y xenofóbicas frente a esta que llamaron “invasión centroamericana”, también parecen haber olvidado a los extranjeros, de los cuales se considera que habría -a estas fechas- no más de 500 en la ciudad, casi todos trabajando con permisos de la propia autoridad, según confiaron en su momento las mismas autoridades migratorias. Sólo algunos grupos sin mayor influencia en la comunidad, han seguido pronunciándose esporádicamente al respecto, lo mismo que se observa en algunas redes sociales.

Por lo que respecta a los centenares de miles de tijuanenses que semana a semana cruzan de manera legal la frontera (una gran mayoría diariamente) han vuelto a saturar las dos garitas que operan en esta ciudad -la principal de San Ysidro, y la situada en Mesa de Otay- en las que se ven unos cuantos agentes federales mexicanos, vigilando, cosa que no ocurría antes de esta crisis, así como un poco más de personal migratorio del acostumbrado, de Estados Unidos, en la zona que corresponde a este país.

Los tijuanenses que por miles se forman en los numerosos carriles de ambas fronteras, además de los peatones que también integran largas filas, han vuelto a realizar sin sobresaltos sus actividades cotidianas de: compras, estudios, actividades sociales, y otras, sin alarmarse ya, por las vallas metálicas y grandes cantidades de alambres de púas que instalaron elementos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) como parte de las medidas extraordinarias que ordenó el Presidente Donald Trump al anunciarse la llegada de las primeras caravanas a México, con destino a Estados Unidos.

Estas “barreras”, ya forman parte del “panorama” en las garitas fronterizas, no obstante que en un principio causaron alarma y temor, por considerarse un acto ajeno “a la buena vecindad” que siempre ha prevalecido aquí, manifestaron en su momento los residentes y diversos organismos sociales, sobre todo porque llegó acompañada esta acción por la presencia de más elementos federales del vecino país, inclusive de las fuerzas armadas, y por el cierre –en algunos momentos- de las garitas, lo cual “desquició a la ciudad” y provocó millonarias pérdidas económicas en los renglones del comercio, servicios y turismo, de ambos lados de la frontera.

Los tijuanenses tampoco se percatan si realmente las autoridades de Estados Unidos están regresando a migrantes centroamericanos para que en esta ciudad esperen la resolución de sus casos, tal y como se anunció, ya que solamente se informó a los medios sobre un par de personas que retornaron en esta condición, y no se ha vuelto saber si hay más, aunque si eso está sucediendo los centroamericanos se estarían “mezclando” con los miles que también cruzan diariamente de San Ysidro a Tijuana, sin que esto altere la vida normal.

No obstante esto, de nueva cuenta el presidente norteamericano durante su discurso a la unión, volvió a repetir su pretensión de construir un muro en la frontera con México “para poner fin a la crisis en esa zona”.

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