*.- Y mexicanos, que se cierre la línea y ya no puedan regresar
*.- Caídas en ventas desde 30 hasta 50 por ciento, aseguran

Con información e imágenes de Carlos García Breitling

SAN YSIDRO CA 27 DE NOVIEMBRE DE 2018 (AFN).- Turistas estadounidenses que normalmente visitan Baja California han dejado de hacerlo porque piensan que se están registrando “ataques armados” en la frontera, en tanto que los mexicanos que viven en Estados Unidos y que tradicionalmente cruzan a Tijuana, tienen temor de que se cierren las garitas, o que se registren fuertes tiempos de espera.

Esto lo dijo a Agencia Fronteriza de Noticias, Carlos Villegas, quien se desenvuelve dentro del sector transporte en el sur de California, quien señaló que sus operaciones han caído de entre un 30 y un 50% desde que inició la llegada de las caravanas de centroamericanos a la frontera mexicana.

En información proporcionada por este servidor, resalta el hecho de que los clientes extranjeros que normalmente solicitan sus servicios para viajar de Tijuana a Los Ángeles y otras ciudades aledañas, así como en sentido contrario, ahora no lo están haciendo porque piensan que se están dando en la frontera mexicana “ataques armados” por las escenas que han conocido a través de los diversos medios de difusión, particularmente por lo ocurrido el pasado domingo. Dijo que al igual que ellos, los descendientes de mexicanos, y estos mismos que viven en territorio estadounidense, tienen “temor por las caravanas” y por el reforzamiento que se está registrando en la frontera.

“De por sí la ciudad de Tijuana tiene fama de inseguridad y con esto, se ha incrementado”, comentó Villegas, al referirse a los constantes crímenes y ejecuciones que se están cometen en esa frontera, y que ya contabilizan más de 4000 durante la actual administración municipal, de los cuales 2240 corresponden a este año.

 Para ejemplificar la situación que viven, en una ciudad que en estos días se ha notado semivacía, Villegas refirió que normalmente ellos mueven tres camiones diarios, y que ahora sólo están moviendo uno, por lo que los ingresos de los choferes y quienes se dedican a ventas de productos y servicios se han caído, sobre todo porque el proceso de revisión a estas unidades para que traspasen la frontera, que normalmente es de una hora, se ha elevado hasta cinco, ya que no solamente se trata de procesos muy tardados, sino también porque les cerraron el acceso por la garita de San Ysidro y los enviaron hacia la de Otay, aproximadamente a 14 kilómetros de distancia.

Destacó que ésta es la temporada alta, que se inicia el 20 de noviembre cuando muchos connacionales cruzan a México para visitar a sus familiares, pero ahora una gran mayoría no lo están haciendo, en tanto que otros han perdido sus vuelos por no poder llegar a tiempo al aeropuerto.

También los comercios sufren

Por su parte, Liliana Lozoya, quien trabaja para un establecimiento comercial en San Ysidro reconoció ante AFN que los comercios de San Ysidro se han visto muy afectados, y que en el caso de ellos, las ventas se han caído hasta en un 50% desde que inició esta situación.

Comentó que las personas con las que ha platicado tienen miedo de que se cierre la frontera, y que otros tienen temor a los hondureños: “la gente que viene para acá tiene temor de que los vayan a atacar, y los que van de regreso, que los vayan a robar”, dijo.

Sin embargo, consideró que esta situación es producto del “caos que la misma gente está generando” ya que señaló que aunque dentro de sus grupos puede haber personas que hagan daño, no son todos; además manifestó su creencia de que esto pronto se pudiera estabilizar porque “ya se dieron cuenta de que no es fácil cruzar, y de que Estados Unidos no les va a dar el asilo”.

En el mismo tenor, Orlando Estrada, quien vende alimentos en un vehículo “lonchera” en San Ysidro, dijo que durante estos días ha tenido que buscar otro sitio, además del que tradicionalmente utiliza, para poder completar sus ingresos. También dijo que sus ventas han bajado de entre un 30 a un 40%, y señaló que los martes -para contrastarlo con el de hoy- normalmente tenía lleno de clientes, y desde el domingo ha estado vacío. No ha tenido ventas.

También repitió que la gente tiene miedo de ir a Tijuana, inclusive él mismo, quien normalmente surte sus mercancías en la frontera mexicana; aclaró que tiene miedo de que las filas y los tiempos de espera sean muy grandes para regresar, así como la incertidumbre sobre si la garita estará cerrada o abierta.

San Ysidro California, una ciudad perteneciente al condado de San Diego y limítrofe con Tijuana, según una nota este día del Portal www.nbcsandiego.com tan sólo este domingo en que se registraron los disturbios resintió pérdidas estimadas por 5.3 millones de dólares en más de 700 negocios asociados, informó Jason Wells director ejecutivo de la Cámara de Comercio de esta ciudad. 

Una situación muy similar, con graves daños económicos para los comercios, se dio en los años noventa cuando ciudadanos tijuanenses se organizaron para hacer un boicot de dos días (19 y 20 de noviembre) ante las actitudes racistas que se derivaron de la proposición 187 de California, que era una medida legislativa que se presentó en las elecciones de 1994 y que ordenaba negar servicios sociales a inmigrantes indocumentados, así como servicios médicos y educación pública. 

En ese entonces, los comerciantes de San Ysidro hicieron declaraciones públicas en el sentido de que ellos no compartían esos sentimientos en torno a los mexicanos.

Ante lo ocurrido este domingo último, Wells dijo a la cadena NBC que el 75% de los negocios cerraron todo el día, y eso incluyó tiendas en el centro comercial más grande denominado Las Américas Outlets de San Ysidro. Por su parte, vecinos  dijeron AFN que inclusive las autoridades pidieron a los residentes del área cercana a la frontera, desocupar sus casas por unas horas “por su seguridad”, ante lo que estaba sucediendo en la frontera.