Vera Palestina señala a Xico
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Vera Palestina señala a Xico

TIJUANA BC - jueves 15 de marzo de 2018 - AFN.
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*.- Refiere que le preguntó al “Bombi” ¿fuiste tú?
*- De Romero Meza afirma que era alcohólico
*.- Y señala que Blancornelas le ofreció dinero

DORA ELENA CORTÉS

TIJUANA BC 15 DE MARZO DE 2018 (AFN).- Antonio Vera Palestina condenado a casi tres décadas de prisión (aunque salió antes) por el asesinato del periodista Héctor “El Gato” Félix Miranda sugirió que el crimen del codirector del semanario Zeta ocurrido en 1988 fue algo que provino del gobierno estatal de entonces, encabezado por Xicoténcatl Leiva Mortera, e incluso señaló como probable sospechoso a su hermano Edgardo alias “el Bombi”.

En una extensa entrevista ofrecida al Dr. Alejandro Álvarez Cárdenas para el libro “JHR Mi Vida entre Voces” dedicada al ex alcalde priista de Tijuana Jorge Hank Rhon, Vera Palestina insiste en su inocencia, afirma que nunca conoció de manera personal al autor de la columna “Un Poco de Algo”; que el ex gobernador Leyva Mortera se “desesperó” porque las primeras sospechas recayeron sobre su gobierno, y dijo que el también ex gobernador -panista- Ernesto Ruffo Appel y el ex presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa trataron de que confesara en contra de Jorge Hank, además de que supuestamente, en una visita que le habría hecho en prisión el extinto periodista Jesús Blancornelas le habría ofrecido dinero, y su libertad por dejar de ser leal al dueño de “Caliente”.

En su libro de casi 400 páginas y lujosamente impreso y encuadernado, Álvarez Cárdenas, quien fue presidente del PRI en Tijuana y colaboró en la administración de Hank Rhon, además de que dirige el colegio particular propiedad del priísta, le dedica al testimonio de Vera Palestina desde la página 353 hasta la 382, en las que -el otra vez- jefe de seguridad del ingeniero Jorge Hank relata no solamente su paso por las diferentes cárceles y penales en los que fue recluido, incluidos aquellos de máxima seguridad, sino que también se queja del “submundo” en que dice que se desarrollan las vidas de los internos en estos centros carcelarios, y acusa tortura por parte de policías estatales de Baja California, federales -por órdenes de Calderón Hinojosa -e inclusive de militares en Rosarito, donde dijo que fue llevado apenas tras haber sido deportado por las autoridades estadounidenses que lo capturaron en California, donde se encontraba.

Dentro de ese amplio relato en el que deja explícita su lealtad, afecto, cariño y hasta idolatría a su jefe, el empresario casinero, Vera Palestina también relata su convivencia con algunos de los narcotraficantes más conocidos del país, con los que se le obligó a convivir en el penal de Puente Grande, y de los que asegura que se hizo amigo, al grado de que inclusive llegaban a pedirle consejos para poder sobrellevar su estancia en ese lugar. Dice haber convivido con Joaquín “el Chapo” Guzmán Loera; con Rafael Caro Quintero y con Héctor Luis “el güero” Palma, que se encontraban dentro del mismo recinto carcelario, apenas separados unos de otros con una celda vacía. 

Narra cómo no podían juntarse para platicar y señala que solamente intercambiaban algunas frases cuando se cruzaban en algún punto del patio al que lo sacaban a caminar durante una hora, y asegura que cuando podían hablar un poco más, era cuando se comunicaban a través del sanitario de sus celdas, por medio de los tubos, ya que las tasas estaban muy bajas. También refiere que a través de los mismos “jugaban dominó” utilizando para esto el piso de mosaico -que figuraba un tablero- y que en voz alta se decían la “jugada” que estaban haciendo en ese momento. Esto afirma que lo “practicaba” con “el Chapo Guzmán” que era al que tenía más próximo.

Inclusive refiere cómo es que “El Chapo” se fugó la primera ocasión de ese Penal, afirmando que para que esto se lograra debió contar con la colaboración de varios de los empleados y funcionarios del reclusorio, ya que en contradicción al hecho de que la situación les era sumamente difícil, hasta para platicar, o detenerse un momento para charlar cuando estaban en el patio, Vera Palestina advierte que “el Chapo” Guzmán tenía fuerte control dentro de su espacio, al grado que tenía “vigilancia” privada por parte de uno de los reclusos, que no dejaba entrar ni siquiera a los custodios, que para esto debían solicitarlo.

Sobre el crimen de Héctor Félix afirma haberse enterado cuando estaba dentro de su oficina en el Hipódromo, ya que se lo comentó primero un delegado de la Secretaría de Gobernación, con quien tenía una cita, y después otros de los empleados del lugar, ya que era el tema de ese día. Afirmó que poco antes había ido hacia la frontera con San Ysidro para esperar la llegada de Jorge Hank a Tijuana pero como éste tardaba decidió regresarse a sus oficinas, en tanto que dejó a personal para que esperara a su jefe. 

De hecho aseguró que también Victoriano Medina había estado esa mañana del 20 de abril en “Caliente”, y que el vehículo Trans Am de su propiedad, que luego se dijo que estuvo involucrado en estos hechos, era un carro “viejito” que tenía mucho tiempo en ese sitio porque estaba fallando. Precisamente de ese lugar sacaron esta unidad los agentes estatales que ahí mismo hicieron una “reconstrucción de hechos”.

En el libro presentado apenas unas semanas antes de que se conmemore un aniversario luctuoso más de Félix Miranda, Vera Palestina insiste en que las sospechas iniciales recayeron en el gobierno de Leyva Mortera, y que tuvo conocimiento de que en algún momento el entonces gobernador le preguntó a su hermano “El Bombi” ¿fuiste tú?

Afirmó que desesperados por esa situación decidieron culparlos a ellos y sugirió que por un problema personal que tenía el entonces director de la policía judicial del Estado, Gustavo Romero Meza con Victoriano Medina, decidió involucrarlo y con aquel, a él mismo. De Romero Meza, el asesino convicto dijo que era un alcohólico y que además acostumbraba jugar mucho en el hipódromo. 

También aseguró que cuando Él (Vera Palestina) llegó a Tijuana para hacerse cargo de la seguridad de Jorge Hank Rhon, Romero Meza se puso a sus órdenes y le ofreció lo que necesitara para todos, menos para Victoriano Medina al que Vera Palestina había contratado al saber de su experiencia dentro de la policía judicial.

Al seguir rindiendo su testimonio ante Álvarez Cárdenas, al que dijo que era al primero que hacía una declaración de esta naturaleza por tenerle confianza, Vera Palestina aseguró que decidió huir primero hacia el interior del país al enterarse por terceros que “iban sobre él”, lo que afirma que le sorprendió porque reitera que nada tuvo que ver con este crimen. Fue “una injusticia de la justicia, señaló. 

Aseveró asimismo que ni al gobierno del Estado ni al propio Jesús Blancornelas, ni tampoco al primer gobernador panista Ernesto Ruffo Appel les interesaba en lo mínimo la muerte del periodista, sino lograr sacar ventaja del caso, en tanto que del gobierno de Leyva Mortera reiteró que lo hizo para desviar las acusaciones.

“El otro día -comenta en la entrevista- Xicoténcatl Leiva Mortera me dice delante del ingeniero Hank: amigo don Vera; con usted se cometieron muchas injusticias, si yo hubiera estado, no hubiera estado tanto tiempo”.

Y dentro de mí pensé: “tú pudiste haber evitado tanto problema”. Y continuó: “la verdad, hombres como usted pocos y este señor es muy afortunado de tener un hombre tan leal como usted”. En lo personal, agrega, a mí no me gustaron sus palabras, no había motivo para decirlas, no me parecieron sinceras viniendo de él. Pero todo eso me fortaleció. Hé aprendido estudiar las personas y a no guardar rencor porque es un veneno. 

Sobre la visita, que asegura que le hizo Jesús Blancornelas, al que no quería recibir pero lo obligaron, afirma que le dijo: “Toño, Antonio, sé que no tienes nada que ver, sé que tú… No sé, por la lealtad que le tienes este hombre ¿qué te ganas?, Después agregó: “¿qué caso tiene que sigas aquí?”; yo ahorita puedo arreglar que tengas beneficios, te puedes ir a tu casa; ¿por qué tanta lealtad ahí o qué?,  ¿para qué? Te tienen abandonado, te dejaron ahí sólo en la cárcel, ¿qué onda, Vera? ¿Por qué los proteges tanto? ¿Por qué proteger tanto a esa familia? Me le quede mirando, y estaban los oficiales en el área de visita y le dije: “don Jesús, creo que usted está hablando de más o innecesariamente porque, con todo respeto no lo estoy escuchando, porque lo que me viene a decir son puras tonterías, lo que me viene a decir es algo irreal, es una fantasía que sólo existe en su mente. ¡Déjenme en paz, déjenme vivir en paz! ¡Ya me perjudicó! Ya provocó que me dieran 25 años, que me refundieran toda la vida en esta cárcel de concreto; ¡déjeme en paz!, ¡déjeme morir aquí si me tengo que morir!, ¡ya déjeme en paz! Por favor ¡váyase de aquí, retírese de aquí, no tengo nada que hablar con usted!

Añadió: “todavía me acuerdo que cuando se paró quiso darme un abrazo, por lo que le dije: “¡No, no se me acerque!”, y me dijo Blancornelas: “es que no tengo nada contra ti, al contrario, te admiro”. Le respondí: “yo no, déjeme en paz. Ya le dije que me perjudicó mucho, ya le hizo mucho daño mi familia, déjeme en paz, déjenme vivir en la cárcel, en paz y si lo que quiere es que me muera aquí, aquí me voy a morir, pero ¡déjeme en paz por favor! y me volvió a decir yo no tengo nada contigo; al contrario te admiro, te respeto, que Dios te bendiga”. Finalmente se fue.

En su testimonio, el jefe de seguridad de Hank señala que a diferencia de otros presos sin recursos, él no tuvo que preocuparse por su subsistencia, la de su familia; la educación de sus hijos, dónde iba a vivir su familia, ni tampoco si tendrían dinero para ir a visitarlo en los penales en donde estuvo estos 25 años, ya que en todo esto le ayudó Jorge Hank Rhon.

El libro de Álvarez Cárdenas está basado en 87 horas de grabación que derivaron, según indica en más de 2000 cuartillas de transcripción literal, cuya edición implicó cuatro años para el entrevistador. Esos testimonios dan cuenta, según sus amigos, familiares y colaboradores de “diversos momentos de su vida, desde los más afortunados, de trabajo y éxito, hasta los más difíciles, de pérdidas, acusaciones y sinsabores políticos”.

Álvarez Cárdenas concluye que Jorge Hank Rhon es “un patriarca” porque cumple con 10 características: es disciplinado, eficaz, generoso, humano, honesto, justo, leal, sensible, servicial y solidario.

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