Nota: Juan Manrique
Fotos: Antonio Camarillo

TIJUANA BC  28 DE DICIEMBRE DE 2011 (AFN).- Melisa Luque esperaba de regalo de Navidad su acta de nacimiento. Tiene cinco años de edad y no cuenta con ningún documento oficial para poder entrar a la escuela y su abuelo César Luque lleva más de seis meses tocando puertas y pidiendo ayuda para cumplir con el deseo de su nieta.

A las afueras del Hospital General de Tijuana se encuentra don Cesar de 68 años de edad, cansado tras haber laborado como chofer de un taxi libre en esta ciudad para ganarse la vida. Es originario de Los Mochis, Sinaloa y la menor, hija de su primogénito, nació en Tijuana en la colonia Obrera, de la delegación de San Antonio de los Buenos. Una mujer que decía tener experiencia en traer al mundo a los bebés, ayudó a su nuera en la labor de parto.

De la “partera”, quien podría fungir como testigo del alumbramiento, ya no saben nada y a falta de ésta, las autoridades a las que ha recurrido en busca de ayuda le sugieren –para que el trámite sea “más rápido”- que se practique un examen de ADN, para así avalar el parentesco con la menor y poder registrarla.

Don César refiere que “ya fui al DIF pero ellos me mandaron al Estado, el Estado me dijo que ese problema se arregla en el municipio y el municipio me vuelve a mandar al Estado”, y así ya han pasado seis meses, más un mes que estuvieron los padres de la pequeña Melisa haciendo lo mismo.

“Hasta a un diputado le pedí ayuda y los abogados Barraza (a los que acudió) me dijeron que ellos no podían hacer nada”, platicaba César cubriéndose del sol con una gorra y con las piernas cansadas después de estar por algún rato parado, esperando turno en el Hospital General de Tijuana, para que al final de su espera, le dijeran que la persona que podía saber del tema, regresaría hasta el 25 de enero, ya que se encontraba de vacaciones.

Tras la espera acudió a los reporteros de AFN a quienes le contó las peripecias  que ha vivido para lograr que lo escuchen y le resuelvan el problema que a su decir, fue por falta de recursos económico. Su hijo de apellido Luque es mensajero de una fábrica, mientras que la madre de su nieta, labora como ensambladora en otra empresa del mismo giro.

El chofer de profesión por necesidad, dejó un teléfono celular para las personas que quieran hacer posible que Meli, como él le dice, pueda ingresar a iniciar sus estudios de manera legal y sin recibir burlas de sus vecinitos que conocen la situación que está viviendo su familia.

Celular: 044 664 280 12 71