*.- De Tecate a El Sauzal

 

Tijuana BC 23 de julio de 2014 (AFN).- La República Popular China analiza la posibilidad de participar en el proyecto de ferrocarril que podría llevarse a cabo al interior del Estado de Baja California, en un tramo que abarca desde el municipio de Tecate hasta El Sauzal, en Ensenada; según informó este día el cónsul general de la República Popular de China en esta ciudad, Wang Jian.

 

El diplomático chino explicó en entrevista con AFN que esta participación podría darse, luego de una invitación expresa del Gobierno del Estado de Baja California a invertir en la obra, y que ésta se encuentra ya bajo consideración en la empresa Proyectos Ferroviarios de China.

 

El cónsul Wang Jian dijo que la compañía podría otorgar el resultado de este análisis en el lapso de dos meses.

 

Inversiones en 2013 y a futuro

  

En otro tema, el mandatario chino informó que en 2013 la República Popular China invirtió en México un total de 38.9 millones de dólares, y que durante los próximos cinco años ese país planea importar alrededor de 10 trillones de dólares en el mundo en productos, con lo cual podría beneficiar de manera indirecta a México y particularmente a Baja California.

 

Jian indicó que su nación principalmente se interesa en productos electromecánicos, minerales y maderas, sin embargo estaría abierto a la posibilidad de importar bienes con un valor agregado superior; por lo cual estarían en espera de que los mexicanos planteasen estrategias de innovación o la creación de nuevos productos.

 

Sobre los pros y contras de invertir en México, el cónsul añadió que como puntos buenos existía una buena relación bilateral entre ambos países, y que eran compatibles económica y financieramente; sin embargo, recordó la barrera del idioma, así como las discrepancias culturales a las que debían adaptarse los empresarios de las dos naciones para poder trabajar en conjunto.

 

En este último ámbito, habló de la diferencia entre “la moralidad china” y la mexicana, externando que gran parte de la preocupación de los empresarios chinos era garantizar su inversión, a través de que se generen las condiciones de seguridad y legalidad en los países donde habrán de inyectar un buen número de su capital.

 

Dijo -para concluir- que esta clase de inversión tenía tres retos: el concordar ambos países en cuanto a la adaptación y adopción de reglas; el asimilar prácticas internacionales en los empresarios mexicanos, y poder “combinar” la cultura China con el país en el que se esté invirtiendo.