Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 13 DE SPETIEMBRE DE 2019 .-Hace más de un año y medio, cuando todas las encuestas mostraban a un Andrés Manuel ganador, así como un voto que podía ser en bloque, como sucedió, apuntamos que esto iba a ser otro país. No sabíamos si para bien o para mal, pero sí diferente porque parte de los grupos que podría tomar parte en la nueva fórmula, tendrían propuestas distintas. 

Con el paso del tiempo, indicamos que habría novedades, pero en parte de los cuadros, no vimos el suficiente empuje en una sola dirección. Había algunos, como Bartlett, por ejemplo, que poco cambio anunciaban; en todo caso  una señal de gatopardismo, es decir, mero chambismo  con poca idea de realmente modificar de fondo.   Las casas y sus excesos,  nos indican que algo de ello se mantiene. 

Pero lo que no  imaginamos, ni por asomo, es que el presidente recibiera como buena noticia que el dinero de  El Chapo, fuera a dar a las manos de los indígenas, idea que el encarcelado en Estados Unidos expresó. Así, uno de los peores criminales en México, asesino  y psicópata incapaz de sentir empatía por cientos de  personas que mandó matar, es mencionado para realizar obras de caridad. 

Cierto, el beneficio inmediato puede ser importante para miles de indígenas en este país.  Sin  duda, la miseria en la que viven  muchos de ellos justifica pasar por alto detalles y se podría generar una ayuda a quienes más lo necesitan. Sin embargo, nunca imagine que un representante del poder ejecutivo lo expresara quitado de la pena. Sin el menor problema. 

¿Que no sucedió en la prensa y en los medios electrónicos en general? Las  críticas a su expresión. Fue una noticia que no provocó reacciones del significado para el estado de derecho. No se volcaron los partidos políticos a buscar votos desesperadamente  para sus alicaídas ánforas. Los panistas no se pronunciaron masivamente, los priistas no destacaron titulares de ocho columnas en sus antes periódicos  incondicionales.  Los perredistas, una autentica especie en extinción, tampoco salieron a decir que cómo era posible  tal idea. 

Es decir, la idea  o no molestó o no fue leída como negativa por parte de organismos de diverso orden.  Si el malamente celebre Joaquín Guzmán lo dijo así o no, es difícil de saber.  La forma en que se difundió el supuesto deseo  no tiene hasta el momento una ratificación formal.  Pero llama la atención que no se condene el origen del recurso, los muertos que dejó a su paso para que   tal fortuna se acumulara.  Los efectos de la  distribución de la droga y los resultados que de ninguna forma son positivos. 
¿Por qué AMLO lo puedo decir y no pasó gran cosa? Si lo hubiera dicho Peña Nieto se hubiera armado la de Dios es padre. La idea del narco Estado habría llenado cientos de críticas. Considero imposible que Felipe Calderón hubiera expresado la idea, dada su declaración de guerra a los narcos, independiente de los magros resultados de una  lucha sin estrategia. Vicente Fox, en uno de sus tantos arrebatos es posible que también lo hubiera dicho, pero tampoco hubiera levantado ámpulas, como otros tantos absurdos que expresó. 

La diferencia se llama legitimidad. Aún existe un apoyo a AMLO que le permite decir cosas que en otro presidente hubiera sido motivo de críticas. ¿Esa legitimidad, fue creada por sus ideas y propuestas? No necesariamente aunque sin duda su personalidad ayuda. Las  ideas no fueron nunca tan claras ni  numerosas, sino sencillas, basadas más en los errores de sus contrincantes y los partidos que representan.  No a la corrupción, tan sencillo como eso. Y con ello le alcanzó para tener más de 30 millones de votos y para que en los diez meses de gobierno, aun pueda decir cosas como que el Estado acepte dinero del narco para repartirlo entre indígenas. La  idea no es del todo mala, pero los significados no son tampoco los mejores.  

No imagino al Secretario de Hacienda, Arturo Herrera,  organizando las acciones conducentes para recibir el dinero  de las cuentas de Joaquín Guzmán para luego, incorporar el recurso al Estado y repartirlo bajo algún criterio formal a los indígenas. No imagino a Tzotziles, Purépechas, Kiliwas o mixtecos, con un mensaje de agradecimiento al Chapo, en un mitin en alguno de sus pueblos. No imagino los gritos de viva al Chapo, por sus acciones benéficas. No creo que suceda. 

Otra forma seria llegar con los billetes y empezar a repartirlos, sólo asegurándose que sean indígenas, aunque desconozco como. Tendrían que ocultar la información de cuando sería, porque al enterarse que van a llegar con el dinero, muchos que no pertenecen a las comunidades irían a sumarse al reparto.  O lo que es más probable, llegarían delincuentes a  robarlo a los repartidores  y a los beneficiados. Dicho de manera simple, no creo que este método funcione. Así pues, el Estado tendría que ser el organizador, y seria noticia ante el mundo.   El recurso de un asesino, que dejo huérfanos a cientos, es repartido   por el gobierno. Las madres, padres, hermanos de los muertos, ¿Que pensaran de esto? 

* Marco Antonio Samaniego López.  Doctor en historia por el Colegio de México.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor