Dejó de ser el día "del presidente"
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Dejó de ser el día "del presidente"

TIJUANA BC - domingo 1 de septiembre de 2019 - Obed Silva.
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DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva
(Militante del PRI)

TIJUANA BC 1 DE SEPTIEMBRE DE 2019.- Desde muy joven, mí inconsciente masoquismo me provocó el hábito de ver, oír y en muchas ocasiones leer los informes de gobierno del Presidente de México en turno.

Descifrar y leer entre líneas lo que el máximo jefe de la nación le quiere decir a los mexicanos ha sido un ejercicio que en décadas han consumido litros de tinta. 

En mi memoria está grabada la época en la que el primero de septiembre se festejará "el día del presidente".

Ese día era de descanso y víspera del regreso a clases. Desde muy temprano, la "cadena nacional de radio y televisión" de la Secretaría de Gobernación, se encargaba de informarnos hasta el último detalle de lo que ocurría "con el señor presidente". 

Los conductores de televisa Jacobo Zabludovsky, Guillermo Ochoa o algún otro, nos decían a los mexicanos de qué humor había amanecido el primer mandatario.

Si había desayunado chilaquiles rojos o verdes, si había hecho sus ejercicios matutinos, si "la primera dama" lo había acompañado. El color del traje y la corbata que llevaría ese día el titular de la primera magistratura.

Capítulo especial guardaban los detalles respecto de si algún alto funcionario, político o empresario había acompañado por la mañana al jerarca o si había hablado por teléfono con algún personaje. 

Las cámaras de televisión cubrían en tiempo real las imágenes del vehículo oficial que, bajo un lluvia de confeti, llevaba al Presidente por las calles de la Ciudad de México (antes Distrito Federal), quien saludaba a la muchedumbre que aplaudía al paso de: "el Jefe de la Nación".

La "cadena nacional" informaba momento a momento la hora en que salía de Los Pinos a Palacio Nacional y de ahí a Donceles o a San Lázaro. No se decía que al recinto legislativo representante de la soberanía nacional ya que esa la encarnaba el propio Presidente.

Al ver el ritual televisivo de la colocación de la banda presidencial siempre tuve la percepción de que el Presidente se santiguaba y se encomendaba a algún santo o héroe nacional de su devoción. 

Todo lo que hiciera o dejara de hacer "el señor presidente" antes, durante o después de su informe a la nación, eran mensajes crípticos que los "analistas políticos" de los medios "nacionales" se encargaban de escudriñar y revelarlos a los mortales. 

Los informes del Presidente tenían sus características. El primero era, el del advenimiento. El tercero, la evaluación reflexiva. Cuarto y quinto se iban como agua y el sexto el más intrigante pues mandaba los atisbos respecto del ritual más apasionante de la política mexicana: la sucesión.

Desde la era en que la revolución fue "institucionalizada" todo esto funcionó bien hasta el día en que "Don Porfirio" Muñoz Ledo, quien se acaba de reelegir al frente de la Cámara de Diputados, rompió con la solemnidad de "el dia del presidente". 

Fue un primero de septiembre de mil novecientos ochenta y ocho. El Presidente Miguel de la Madrid leía su sexto informe de gobierno cuando, inesperadamente, fue interrumpido por la ronca voz del entonces senador Porfirio Muñoz Ledo quien a grito pelón le solicitó al presidente de la mesa directiva del Congreso de Unión el uso de la palabra para, ni más ni menos, interpelar al jefe de la nación.

Fidel Samaniego, conocido como "Narigón cronista" quien falleció en 2010 y fue considerado como el mejor cronista de la prensa escrita en el México del siglo XX, describe el cuadro vivido en aquél momento de la siguiente forma: “estupor en unos, nerviosismo en otros… De la Madrid volteaba hacia el palco en el que estaba su mamá. Muñoz Ledo no evitaba el temblor de la barbilla…diputados y senadores del Frente Democrático Nacional abandonaron el recinto…Fue entonces cuándo y cómo el 1 de septiembre dejó de ser el día del presidente”.

Desde ese dia hasta hoy "el día del presidente" ya no fue igual. Llegó Vicente Fox y de la pomposa parafernalia priista se pasó a la frivolidad foxiana. 

Al final de su mandato y frente a la toma de la tribuna por diputados perredistas, Fox ya no pudo rendir su último informe de gobierno  ante el Congreso de la Unión y se retiró del recinto parlamentario sin leerlo. 

Felipe Calderón quiso rescatar la suntuosidad presidencial pero la atropellada toma de protesta de su encargo aunado a que la fecha del informe presidencial ya se había convertido en el "anti día del presidente", lo llevaron a entregar a través de un propio el informe "del estado que guarda la Nación".  

De esa manera, desapareció el necesario ejercicio republicano del uno de septiembre y se instauró un monólogo en Palacio Nacional. Enrique Peña Nieto sólo continuó con el formato.

López Obrador anunció que el informe ya no se transmitirá en cadena nacional porque eso, según declaró, "pertenecía al antiguo régimen". Al igual que sus dos antecesores prefirió mantener como formato oficial de su primer informe de gobierno el monólogo "del antiguo régimen" en el patio de Palacio Nacional.

Este año me dio flojera ver, oír o leer el informe. Mejor me espero al parte de novedades matutinas del señor Presidente. 

NOMAS POR JODER:

Popularidad de los últimos seis presidentes de México en su primer año de gobierno:

Carlos Salinas  70%

Ernesto Zedillo 36%

Vicente Fox       62%

Felipe Calderón66%

Enrique Peña    56%

Andrés López63.2%

Fuente:

El Economista/Mitofsky.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.

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