Por: Armando Lares

TIJUANA BC 9 DE JUNIO DE 2019.- “Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, es una frase atribuida a Porfirio Díaz, que resulta perfecta para describir la crisis política por la que atravesó el país hasta el 07 de junio, cuando se anunció que hubo humo blanco en Washington, pues se había alcanzado un acuerdo con el gobierno norteamericano, que fiel a su estilo sometió la relación bilateral a un interés político.

La trama inició con un tweet del presidente estadounidense, anunciando que impondría a partir del 10 de junio un arancel gradual, que iniciaría en 5 por ciento, a todos los bienes importados desde México, y se extendió en un comunicado oficial de la Casa Blanca, fechado el 30 de mayo, detallando que los aranceles subirían al 10 % para el primero de julio, y se incrementarían al 15 % para agosto; 20 % para septiembre y 25 % en octubre, si no se actuaba para reducir o eliminar el número de extranjeros ilegales que crucen al territorio de Estados Unidos. Todo esto en represalia a que supuestamente nuestro país no ha combatido el problema de la migración ilegal, que tiene como destino la unión americana.

La amenaza era muy preocupante, sobre todo porque históricamente México ha tenido una sujeción al vecino país, nuestra economía depende en gran parte del comercio que se realiza entre ambas naciones. Si bien es cierto contamos con doce Tratados de Libre Comercio con 46 países, Estados Unidos es por mucho el principal receptor de las exportaciones mexicanas con un porcentaje aproximado al 80%, lo que nos condiciona de manera tácita a depender y someternos a acciones ventajosas impuestas por la unión americana.

Ahora veamos que sucedió en la capital del país más poderoso del mundo, según la “Declaración Conjunta México Estados Unidos”, México se comprometió a desplegar a seis mil elementos de la guardia nacional en la frontera sur, lo que es una buena noticia pues no olvidemos como la caravana migrante vulneró la frontera sin que nadie pudiera detenerlos. Además, este despliegue servirá para combatir el tráfico de personas y a la delincuencia organizada.  También se acordó la aceptación de facto de la instrumentación de la sección 235(b)(2)(c) del acta de inmigración y nacionalidad de los Estados Unidos de América. Ello implica que aquellos que quienes crucen la frontera sur de Estados Unidos para solicitar asilo serán retornados sin demora a México, donde podrían esperar la resolución de sus solicitudes de asilo.

“A su vez, por razones humanitarias y en cumplimiento de sus obligaciones internacionales, autorizará la entrada de dichas personas mientras esperan la resolución de sus solicitudes de asilo. México, de acuerdo con sus principios de justicia y fraternidad universales, ofrecerá oportunidades laborales y acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias mientras permanezcan en territorio nacional, así como protección a sus derechos humanos”.

Es importante resaltar, que la obligación de dar protección y asilo a los migrantes, no es nada nuevo puesto que México esta obligado a cumplir con los compromisos adquiridos en; los tratados, protocolos, convenciones, acuerdos y otros instrumentos del derecho público internacional, de los cuales México forma parte, en algunos casos desde hace más de cincuenta años.

Tampoco hay que olvidar que, para Estados Unidos, tal como lo hizo con Canadá con quienes firmaron un acuerdo oficial el 05 de diciembre de 2002, en Washington D.C. Ahora su objetivo es lograr un acuerdo similar con México para declararlo tercer país seguro mediante la firma del “Safe Third Country Agreement”, un instrumento jurídico en materia migratoria.

Este tipo de acuerdos, tendría como consecuencia que un migrante de cualquier país, una vez estando en México hace una solicitud de asilo a Estados Unidos, esta le sería rechazada toda vez que las autoridades americanas considerarían a México como un país seguro.  Y como una de las garantías del derecho internacional en materia de refugiados, es el principio de no devolución (non-refoulement), que prohíbe la devolución de personas a situaciones en las que su vida corre peligro. Se quedarían en México.

Un acuerdo de esa magnitud, se perfecciona mediante la firma de un documento legal, que al ser inherente de la política exterior, debe ser ratificado por el Senado de la República en los términos de la fracción primera del artículo 76 de nuestra Carta Magna, por lo tanto es más que entendible, que el arreglo en Washington no reúne las formalidades para poder declarar de manera oficial que México es un tercer país seguro.

En política no siempre se gana y a veces se puede ganar perdiendo. En resumen, es más lo que pudimos haber perdido si no se evitaban los aranceles, pues la presencia de migrantes en México, ha proliferado a lo largo de la historia. Según datos de la Oficina Regional del ACNUR en México, la tradición “data del siglo 19, cuando los indios Kikapú de Norteamérica encontraron refugio en el estado de Coahuila. Los refugiados europeos que huyeron del fascismo en la década de 1930, fueron recibidos por el gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas, mientras que los sudamericanos que huían de las dictaduras también encontraron seguridad en México en la década de 1970”.

Atender migrantes no es nada comparado con caer en una crisis económica, ocasionada por una decisión unilateral e inequitativa pues los productos que se exportaran a USA, por el solo hecho de ser de origen mexicano, pagarían un impuesto excesivo. Sin duda evitar los aranceles es un triunfo, dado que el aumento gradual terminaría ahorcando la economía mexicana.  Ante esto el Canciller Marcelo Ebrard, afirmó; por esta ocasión no hay tarifas y salimos con la dignidad intacta.

Extra: México nunca ha sido un país seguro.   

Lararium: En la cumbre de Tijuana, el padre Solalinde, finalizó su discurso comentando que creía que estábamos muy cerca de tener la primer mujer presidenta. En el evento había por lo menos cinco que podrían serlo, pero por ahora el que habló primero, se les adelantó.

El autor es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Baja California, abogado titular del despacho jurídico Orden Legal, además de desempeñarse como consultor en materia legislativa, en su trayectoria ha sido reconocido con el premio estatal de la juventud, fue campeón estatal de debate político juvenil y participa como asesor en Organismos de la Sociedad Civil.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.