El Punto

Por: Antonio González Díaz

“No señor, mi hijo debe estar aquí, yo vi en la tele cómo lo sacaron de una casa que dijeron era de seguridad, vi cómo los policías se lo llevaron” dice Pedro, padre de Luis, a las cámaras de una televisora local de Nuevo León, el señor afirma que su hijo llevaba días desaparecido, que unos supuestos delincuentes lo habían “levantado”, mientras, recuerdo el caso de Melchor Flores Hernández, quien a decir de su familia, el 3 de marzo de 2009  fue privado de la libertad afuera de su casa por personas que viajaban a bordo de tres patrullas de la Policía Municipal de Monterrey.

Debido a la presión en diversos medios de comunicación, para mayo de 2010, 12 polimunicipales fueron detenidos y acusados del “levantón” de Melchor. “Lo entregamos a unos sicarios, quienes lo mataron y desaparecieron”, afirmaron los acusados ante las autoridades.

De acuerdo con un informe sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias que realizó en México a principios de 2011 un grupo de especialistas de las Naciones Unidas (ONU), “hay evidencia concreta, detallada y verosímil de casos de desapariciones de personas donde intervinieron directa o indirectamente las autoridades”.

De Luis ya no se supo nada. Nunca fue remitido oficialmente ante ninguna autoridad.

“Muchas veces para la autoridad el ‘levantado’ es la gente involucrada con el narcotráfico y es mentira. La palabra la han inventado para que el Ministerio Público no realice investigaciones. Es una manera fácil de etiquetar un caso y dejarlo sólo como registro. Normalmente están involucrados grupos policiacos, militares o paramilitares y al decir ‘levantón’ descalifican a la víctima”, afirmó al periódico La Jornada Julio Mata Montiel, secretario ejecutivo de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos en México.

Tan sólo en el estado de Coahuila, para enero de 2012, el Gobierno Estatal reportó mil 600 desapariciones, sin dar referencia del período reportado. Ante ello el gobernador planteó un Plan de Búsqueda de Desaparecidos… a la fecha no se ha concretado nada.

“Nada se está investigando, no investigan las desapariciones. Es una forma en la que el Estado evade su responsabilidad. Con la palabra levantón, unida a la de narcotráfico, la respuesta para referirse a los desaparecidos es la misma: el descrédito: algo debían, se lo merecían, en algo malo andaban... Y no hay investigación; conocemos personas que no estaban involucradas en nada: abogados, ingenieros, transportistas, choferes de mudanzas, trabajadores, gente que salió a cumplir con su trabajo y en el camino desapareció y ya no se supo de ellos”, afirma Julio Mata Montiel, secretario ejecutivo de la Afadem.

En México no hay una cifra oficial sobre las personas desaparecidas. La Secretaría de Seguridad Pública federal tiene registrados 2 mil 44 casos. Por su parte, la Procuraduría General de Justicia del DF, que concentra reportes no sólo de la Ciudad de México, sino de toda la República, hasta marzo de 2012 contabilizaba 5 mil 229 casos, mientras que diversas organizaciones de la sociedad civil refieren hasta 40 mil 483 desaparecidos.

La mamá de Juan luce deshecha, su cuerpo está enfrente de mí, pero su alma está perdida, ya no trae ninguna joya entre sus dedos ni en el cuello como el primer día que conversamos, se ve con muchos kilos menos y su cabello ya está totalmente gris. Han pasado 18 meses desde la desaparición de su hijo en Michoacán. “Todas las noches duermo con el teléfono en mi almohada, y las horas pasan sin que pueda cerrar los ojos, reviso que el celular tenga volumen y buena señal. Todas las noches me quedo esperando y nada. Lo que quiero es que me digan algo, no importa ya que me llamen para decirme que mi hijo está muerto, lo que quiero es saber algo… no sé nada”.

Si 60 mil muertos como saldo de la guerra del narco en México aun no han hecho revocar la indolencia, los 40 mil desaparecidos no son cosa importante. Pero imagínese usted si de repente matamos a la mitad de los asistentes del Estadio Azteca lleno y a la otra mitad la desaparecemos… sería noticia en todo el mundo, ¿no?

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