POLITEIA
Por: Javier Iván Maldonado Preciado.
TIJUANA BC 2 ABRIL DE 2019 (AFN).- El domingo 31 de marzo arrancaron las campañas para elegir al sucesor de Francisco Vega de Lamadrid como Gobernador del Estado. La administración de “KIKO” ha sido, probablemente, la que mayores índices y señalamientos de corrupción posee en la historia política de Baja California.
Entre impugnaciones y señalamientos en contra de sus adversarios, se validaron los registros de Jaime Martínez Veloz por el PRD, Enrique Acosta por el PRI, Oscar Vega por el PAN, Ignacio Anaya por el PBC, Héctor Osuna por Movimiento Ciudadano y Jaime Bonilla como el abanderado de la coalición entre MORENA, PT, Partido Verde y Transformemos.
El proceso aparentemente será histórico, pues corre riesgo la continuidad de Acción Nacional en el gobierno estatal, partido que prácticamente ha tocado fondo en las preferencias, producto de la mala gestión de Vega de Lamadrid. Tras 30 años de gobiernos ininterrumpidos del PAN, la alternancia se vislumbra más cerca que nunca, por lo menos desde 1989.
El PRD se introduce en la contienda con uno de los “renegados” de MORENA como su candidato a la gubernatura, quien busca restarle adeptos al proyecto afín a AMLO, movimiento que hoy encabeza las preferencias electorales. Sin embargo, el verdadero objetivo del Partido de la Revolución Democrática es utilizar a Martínez Veloz como su “gatillero”, de tal forma que facilite sumar voluntades y simpatías a la candidatura de Julián Leyzaola en Tijuana y el Lic. Rosales en Mexicali.
En lo que respecta al PRI, dicho instituto se encuentra “reventado” y con posibilidades de incluso perder su registro estatal como partido político, pues su candidato ha quedado estancado en un ambiente de impopularidad e incluso de polémica, teniendo en cuenta que recientemente fue acusado por el periodista Carlos Loret de Mola, ya que presuntamente estaría implicado en amenazas de muerte a su persona.
Acosta Fregoso, uno de los candidatos del “phankismo”, deberá remar contra corriente, si es que pretende lograr la supervivencia del Revolucionario Institucional, para el posterior control de su corriente ideológica, en caso de no lograrlo, ya no habrá instituto por el que valga la pena continuar pugnando internamente.
Oscar Vega llega a la disputa con características similares a las que llegó José Antonio Meade a la contienda presidencial de 2018: cargando sobre sus hombros el peso de la mala gestión del ejecutivo, al cual quedaron asociados desde sus registros como candidatos. Aunque cuenta con el aparato del Estado a su favor, el ambiente de resignación que se vive al interior de su partido y gobierno parece ser lapidario. Su arranque de campaña dejó reflexiones sarcásticas, tales como que “reúne más gente un atropellado en la carretera, que él en un mitin”.
“Nacho” Anaya y Osuna Jaime vuelven a competir por un cargo de elección popular, aunque en ambos casos por distintos partidos a los anteriores, luego de haber sido derrotados en contiendas pasadas. Anaya se presenta como candidato del PBC, tras haber representado al Partido Verde y ser superado el año pasado por el Ing. Bonilla (en la lucha por el Senado), mientras que Osuna Jaime hoy es el candidato de M.C al gobierno del Estado, tras haber sufrido un descalabro en 2016, año en el que intentó convertirse en alcalde de Tijuana, abanderando la plataforma precisamente del PBC de Anaya.
La coalición “Juntos Haremos Historia en Baja California” -que abandera el Ing. Jaime Bonilla- parece conservar su ventaja sobre el resto de candidatos, a pesar de la partida de disidentes a otros partidos políticos, dejando claro que las masas afines a la coalición siguen el proyecto de Andrés Manuel López Obrador y MORENA, no de los autoproclamados “luchadores locales” que emprendieron su desbandada hacia otros proyectos.
Como no sucedía hace mucho tiempo en México, el principal activo de MORENA es la popularidad del Presidente de la República y las simpatías que genera su candidato a la gubernatura, pues es uno de los hombres más cercanos a AMLO. Su principal obstáculo es, quizá, la organización del movimiento, ya que en 2018 la victoria de MORENA fue tan contundente, que no dio pie a dudas sobre el triunfo, ni a conflictos post-electorales en los consejos distritales.
De no mantener la clara ventaja que hoy se tiene sobre el resto de candidatos, deberán lograr una amplia representación en las casillas, para no repetir escenarios como los de 2006 y 2012 a nivel federal o como los de 2013 y 2016 en Baja California.
Como hemos referido antes en esta columna, nada está escrito hasta el día de la elección y nadie puede asumirse como triunfador o derrotado a estas alturas, sin embargo, hay tendencias que parecieran ser definitivas, las cuales, en caso de concretarse, propiciarían la alternancia en el Estado después de 30 años de gobierno conservador e incluso llevarían a perder el registro de partidos tradicionales, tales como el PRI.
Javier Iván Maldonado Preciado es un hombre de letras libres, egresado de la Licenciatura en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Baja California, ha sido distinguido como campeón nacional de investigación política, además de fungir como columnista para diversos portales y ser analista político.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.
