DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva
(Militante del PRI)

TIJUANA BC 31 DE MARZO DE 2019.- En su reciente reporte sobre la felicidad en el mundo, la Organización de las Naciones Unidas subió a México del lugar 24 al 23 lo cual indica que los mexicanos hoy somos más felices.

En su última visita, el presidente López Obrador no encontró muy felices a los bajacalifornianos ya que la inseguridad es lo que mantiene a la comunidad en zozobra. Nada más en Tijuana la cifra de homicidios ronda los 500 en sólo tres meses.

En ese sentido, AMLO  escogió a la emblemática Tijuana para anunciar la creación de la guardia nacional como parte de su estrategia de pacificación nacional.

Desde su llegada a Mexicali, López Obrador constató el alto grado de crispación en el que se encuentra la entidad y al reiterar su respaldo al gobernador mando un mensaje contrario a sus promesas de campaña.

En reciprocidad, el gobernador aprovechó “la recta” pichada por AMLO y la bateó hasta el fondo del campo, acusando al gobierno federal de ser el responsable de la caótica situación de las finanzas estatales. 

Por si fuera poco, después de la visita presidencial, un incidente entre pescadores y la Marina Armada hizo estallar la violencia en San Felipe evidenciando, una vez más, el entramado de todo tipo de intereses alrededor de un conflicto social que ninguna instancia de gobierno ha podido resolver.

Los focos del conflicto y malestar social desde el valle de Mexicali hasta San Quintín son muy claros. Como muy claro es también el hartazgo del ciudadano frente a la ineficacia de los tres órdenes de gobierno, lo que llevó a AMLO a pedir tiempo para dar soluciones. 

En este escenario, iniciada la campaña electoral resulta indudable que la incógnita a despejar en este proceso electoral sea: ¿terminará por fin la hegemonía panista de 30 años?

Varios analistas coinciden en que esta elección será la más reñida en décadas. No obstante ello, lo breve de la misma, el descrédito de los partidos políticos, el histórico abstencionismo y la inacción de la autoridad electoral para prevenir y sancionar ilegalidades, se apuntan como los retos más difíciles a vencer.

Respecto a un previsible escenario en la contienda, estimo que el abstencionismo y la división de la votación entre seis contendientes son los dos factores con los que el panismo juega para ganar. Lo cual sustentará en el sostenimiento de una base electoral alimentada durante décadas con el erario. 

Aunado a lo anterior, el rol que jugaría una alianza de facto con el PRI y el PRD podría darle al panismo el plus que necesita para mantenerse en el poder estatal. Al parecer y con tal de conservar la gubernatura, los panistas podrían estar resignados a perder municipios y a compartirle el congreso a sus aliados históricos.

Por cuanto a los seis candidatos. En mi opinión, el panorama no les pinta muy bueno. La corrupción e incompetencia son los lastres acumulados por un panismo en decadencia. La inquina y egolatría distinguen al candidato perredista. El descrédito e incongruencia al priista. Suspicacias y esperanza rodean al morenista. Los dos restantes difícilmente dejarán de tener una participación testimonial.

NOMAS POR JODER:

Con broches de oro cierran su insulza actuación los tres diputados del PRIAN. Con su voto impusieron a Baja California una deuda impagable. Los dirigentes priistas con falso rubor solo atinaron a decir que les da verguenza.

Las futuras generaciones siempre les recordarán cada diez de mayo.