¿A quién le pedimos perdón?
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¿A quién le pedimos perdón?

TIJUANA BC - jueves 28 de marzo de 2019 - AFN.
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Por: Dr. Marco Antonio Samaniego López

 

Las sociedades occidentales tenemos una larga lista de perdones que pedir. Hemos ocupado el espacio de hombres y mujeres a los cuales se les despojó de una forma de ser y hacer, para establecer grupos humanos que a su vez, también recibieron el embate de otras formas de aprovechar los recursos naturales.

Incluso, los hemos inventado y nos han inventado como formas de sociedad que puede o no coincidir con los lenguajes que usamos para describir a los grupos humanos que vivieron en el espacio que hoy ocupamos.

En sociedades como la nuestra, por ejemplo, grupos de misioneros e indígenas
desplazaron a otros indígenas que residían en estos lares. Unos, por el proceso de aculturación, vivieron en nuevos espacios convencidos de que su forma de vida era mejor que los otros. A su vez, los que estaban, aprendieron de los que llegaron y a través a de alianza, matrimonios, relaciones, reconstituyeron otra sociedad.

Unos hombres, con tecnologías aplicadas en otros espacios como la India, Australia, Canadá y el noreste de Estados Unidos, decidieron cambiar las formas de uso del río Colorado, y con ello el desplazamiento de cientos de hombres y mujeres que nunca conocieron, por ejemplo, del yugo español. Afirmar que hubo una sociedad colonial, en lo que actualmente es el valle de Mexicali, es un error. Sin embargo, los indígenas que permanecieron en las zonas riparias, observaron como otros movilizaron el agua, le dieron otro sentido y uso y terminaron con las formas de vida precedentes.

El resultado de modificar totalmente el flujo de un río generó la posibilidad de controlar el río Colorado y con ello abrir valles agrícolas como Imperial, Mexicali, Yuma y San Luis Río Colorado, en Sonora.

Años después, a imitación del modelo de Los Ángeles, se decidió trasladar el agua desde el valle de Mexicali a ciudades como Tijuana y Tecate y últimamente a Ensenada.

Dicho de manera sencilla, el agua con la que vivimos todos los días se le quitó hace algunas décadas a otros, incluidos por ejemplo los indígenas, que ya habían sido desplazados e incluso, convertidos en ejidatarios y convertidos en tema de cultura popular.

Esta ecuación la podemos ubicar para más o menos 40 millones de personas que vivimos del río Colorado. Es decir, casi toda la población española actual, por ejemplo.

Entidades como Arizona, Nuevo México, Utah, Colorado, Wyoming o California y por supuesto nosotros y los sonorenses, tenemos que pedirle perdón a alguien. Les quitemos todo y nos ubicamos nosotros y cambiamos flora, fauna y necesariamente la geografía de ciertas zonas en las cuales se instalan las obras para que al abrir la llave, tengamos agua, cerveza y productos agrícolas.

Incluso, para algunos, el nombre de Tijuana es de una supuesta tía de alguien que se llamaba Juana, y pocos manejan el sentido que tuvo la palabra indígena y que le da nombre a esta ciudad.

El tema, por supuesto, tiene que ver con la llegada de AMLO a una tierra en la que el dominio español fue inexistente y donde el problemón siempre es el agua. Varias voces han dicho que tenemos mucha agua, que una cervecera no va a acabar con el valle de Mexicali.

Obviamente con la importancia económica de una cervecería como la Tecate, el tema toca fibras profundas. El presidente que solicita a la corona española y no a los españoles pedir perdón, indica como respuesta que se haga un estudio. La pregunta es a quien le pide el estudio y de que va a ser el estudio.

Quien esto escribe tiene una respuesta. No puede haber agua donde no hay agua. Baja California se ha desarrollado con agua del río Colorado, que nace en Estados Unidos y que en las montañas rocallosas tiene su principal abasto. Si el estudio dice que hay agua – mucha o poca, es lo de menos - y no dice de donde viene, es como decir que hay porque ahí está, pero eso no aclara nada.

Por ello, el agua en Baja California, es relación con Estados Unidos, es tecnología que se aplica, es un conjunto de especialistas, son programas de largo plazo, es intervención de Relaciones Exteriores y el Departamento del Interior, es CILA/IBWC, son los grupos ambientalistas y conservacionistas, son especies en peligro de extinción o ya desaparecidas a lo largo del río, es también, por supuesto, transformación del Golfo de California y de cambios en la temperatura del agua. Es presiones de entidades como Colorado y Arizona que se confrontan, es California que tiene problemas para implementar el plan 4.4, que tiene como objetivo limitarse en el uso del agua.

Ojala que el resultado del estudio no sea, hay agua o no hay agua para una cervecera. Y por cierto, no se puede decretar el fin del problema del agua en Baja California, no es tan fácil como eliminar el neoliberalismo, esto es más serio.

Marco Antonio Samaniego López.  Doctor en historia por el Colegio de México.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.

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