Por: Dr. Marco Antonio Samaniego López*

TIJUANA BC 8 DE MARZO DE 2019.- La propuesta de eliminar el 50% los altísimos presupuestos que gastan los partidos políticos es una de las mejores que se han realizado en los últimos años.  Lo  hemos repetido en estas páginas con frecuencia. El sistema de pagarles para que existan no ha servido de mucho, sus  plataformas no tienen continuidad y sus proyectos cambian como si se tratara de veletas llevadas por el viento.

Tatiana Clouthier propone  quitarles de 4, 965 millones de pesos a 2, 482; en cualquier caso una cifra  increíblemente alta. Es decir,  en este año los partidos van a gastar en no sabemos que casi cinco mil millones de pesos y para el próximo presupuesto se reduciría a la mitad. Bien. Bravo. Una enorme carga a un pueblo que poco obtiene de tamaño gasto. En este caso, es un dinero tirado.

Curiosamente, Mario Delgado, el coordinador de Morena en la cámara de diputados,  afirmo ante varios medios de comunicación que la propuesta tenía como sustento el triunfo de su nuevo partido. Es decir, la prueba de que el sistema no tiene sentido es el triunfo de Morena que con muchos menos recursos que los otros partidos logró ganar la elección y prácticamente  eliminar a partidos gobernantes que tenían todos los recursos para sus campañas.

De acuerdo con ellos.  El mejor ejemplo de que darle presupuesto a partidos políticos es una mal gasto es el proceso electoral de 2018,  en el que los que se dieron dinero a sí mismos hicieron  un ridículo más que sorprendente que  nos ha llevado a que hoy los contrapesos en las discusiones sean escasos. Darles dinero para campañas y discusiones  plagadas de insultos y superficialidades sin sentido, no mejoró las propuestas  ni  hizo que a los tímidos candidatos  se les  ocurrieran ideas que marcaran una  diferencia al exterior de sus partidos. Decimos al exterior porque en la elección pasada los militantes de ningún partido contaron, ni siquiera a simulación de encuesta arreglada llegaron.

Esperamos que se apruebe la propuesta de Tatiana Clouthier y que el año que entra alguien más diga vamos por otro cincuenta, y el que sigue otro cincuenta y que lleguemos a un mínimo  de lo mínimo para que los gastos en educación, salud, refugios para mujeres maltratadas, tengan mayor solvencia. Esas son las inversiones que necesitamos, no dar dinero para que los ricos no gasten en sus campañas.

El argumento de que puede entrar dinero del narcotráfico  carece de sentido. Si los candidatos o dirigentes de un  partido tienen la desvergüenza de participar en negociaciones de ese tipo no son dignos de  estar al frente de ningún partido.  Ningún discurso o postura va a ser creíble. El sólo hecho de que se contemple y se diga que  darles dinero es para evitar que se lave dinero, significa que no se confía en las  militantes que los nombran.  Es como decir que les damos dinero para que no vuelvan delincuentes.

Por otra parte,  a pesar de las toneladas de recursos que reciben  los partidos de Estado,  el dinero sucio  y sus candidatos ya  han participado en la vida electoral. La  hoy conocida internacionalmente como chapo diputada es una  prueba de ello. Ante un jurado en Nueva York ofreció detalles que dejaron en claro que el dinero sucio entró por que los partidos no han logrado cuidar sus procesos. Es decir, para los que argumenten que se trata de prevenir ese tipo de eventos, es claro que eso sucede con los presupuestos asignados que pagamos todos los mexicanos.

Así, pues, es motivo de celebración la propuesta de Tatiana Clouthier. Una verdadera continuidad de las luchas de su padre, quien no vivió  las etapas de recibir dinero del gobierno. En aquellos años, su presencia y su discurso  movió a miles  y despertó a la acción política a  cientos de seguidores de Acción Nacional. Muchos más que los tristes números de Ricardo Anaya, con todo y presupuesto. Colaboró a que se cayera el sistema, en palabras del actual encargado de la CFE, quien al parecer hizo malabares para que la votación privara a Cuauhtémoc Cárdenas de llegar a la presidencia. Las paradojas de la política, hoy los ubica, cuando menos superficialmente, en el mismo lado.  Tatiana da un paso que ojala tenga continuidad. La vida política de México lo requiere.

* Marco Antonio Samaniego López.  Doctor en historia por el Colegio de México.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.