Dr. Marco Antonio Samaniego López 

TIJUANA BC 17 DE ENERO 2019 .-En los últimos dos meses, prácticamente todos los días se informan detalles de los testimonios que se ofrecen en contra del Chapo Guzmán. El personaje, ha generado atención de diferentes medios informativos en los Estados Unidos, aunque es en nuestro país donde se le otorga más espacio a las declaraciones de los testigos, en su mayoría en calidad de protegidos, que  presenta la fiscalía. 

Temas sobre quienes eran las amantes del tristemente célebre personaje, detalles de sus pretensiones de filmar una película de su vida, menciones sobre distintos funcionarios mexicanos que recibieron dinero, menciones a sus vínculos con capos colombianos y en fin, una  lista de detalles de mediana importancia que demuestran lo que todos ya sabemos, que era un narco de la peor ralea y que sus  asesinatos y crímenes era brutales. En algunos momentos, situaciones parecidas a otros narcos que han llenado el espacio virtual, televisivo y en menor medida carcelario, donde debieron estar muchos años antes de construir  los imperios de extorsión de los que se habla. 

Quien esto escribe ha esperado con paciencia que los testigos digan algo distinto. Por ejemplo, las rutas por las cuales ingresan las drogas a los Estados Unidos.  Sería realmente nuevo tener información de los espacios marítimos usados para ello, las aduanas que no son capaces de detectar los envíos, las zonas de la tan mencionada frontera sur por donde empleados de todo orden  y de ambos lados de la frontera son incapaces de  detener todas la toneladas de drogas de las  que se habla. 

Por supuesto, muy interesante y mucho más digno de credibilidad y no de montaje repetitivo, tener detalles de cómo se  hacen los pagos. ¿Cómo aparecen dos o tres millones de dólares en territorio mexicano? ¿Dónde se acumularon?  ¿En qué casas, bodegas, almacenes o en que automóviles se queda todo ese dinero por no sé cuánto tiempo para que finalmente aparezcan en manos de una capo? ¿Cómo se traslada por territorio estadounidense todo ese cumulo de recursos sin que nadie los encuentre? ¿Cómo pasan todos esos dólares a territorio mexicano? ¿En autos, en avionetas, en bolsas, en lanchas? 

Dicho de manera simple: ¿Cómo se puede acumular tanto dinero producto de las ventas, se traslade a otro país y lleguen en enormes fajos a territorio mexicano? 

Hasta el momento no aparecen los nombres de los estadounidenses que necesariamente están involucrados para poder entender el trasiego de toda esa mercancía que se mueve en el vecino país. Nadie ha mencionado donde aterrizan las avionetas que llevan, se supone, toda esa carga. ¿Por qué no son detectadas por los radares?  ¿Por qué los nombres de los propietarios de las pistas de aterrizaje no se mencionan? ¿ y si son de los capos,  a quien se las compraron? ¿ y los controladores aéreos que es lo que hacen? 

¿Cómo se puede mover tanta mercancía y tanto dinero sin que un estadounidense participe? El chapo tiene que explicarnos a los mexicanos como logró hacer una organización tan bien estructurada para que asesore, por ejemplo, la distribución de gasolina en nuestro país sin que los huachicoleros hagan de las suyas. De ser cierta esa capacidad, las dotes del mencionado, son mejores que de cualquier administrador de la cuarta transformación o de cualquier administración mexicana y estadounidense de toda la historia. 

Desde la prisión, podría  dar cursos en you tube y  hacerse rico por vías legales. Pero eso no va a suceder porque tal capacidad de organización no existe. Es imposible que la droga y el dinero circulen en tales cantidades sin que sectores de estadounidenses participen. Y por ello en el juicio del siglo falta algo, una segunda parte, unos testigos que vean  lo que sucede en los dos países, que expliquen  en realidad ese mundo que destroza a familias enteras y que deja diezmados de formas distintas la salud en ambas naciones.  

Dicho de manera sencilla, para el caso de México, mucho escándalo y poca sustancia. Para el caso estadounidense,  un simple agarremos al malo, pero no ataquemos el problema. 

* Marco Antonio Samaniego López.  Doctor en historia por el Colegio de México.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.