Cuando el PRI intentaba ganar
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Cuando el PRI intentaba ganar

TIJUANA BC - viernes 9 de noviembre de 2018 - Javier Iván Maldonado Preciado.
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POLITEIA
Por: Javier Iván Maldonado Preciado

TIJUANA BC 9 DE NOVIEMBRE DE 2018.- Como politólogo, me llama la atención el caso particular del Partido Revolucionario Institucional en Baja California. Un partido que ha vivido casi 30 años en la oposición de la entidad, sufriendo trágicas derrotas y otras veces muy cerca del tan anhelado triunfo, sin embargo, sus elecciones más recientes se han visto opacadas por fuertes señalamientos internos, tales como la traición entre diversas corrientes políticas, pactos centralistas o compadrazgos “interpartidarios”.

La última gran polémica de este partido es la negativa a ampliar el periodo de la próxima gubernatura de 2 a 5 años, cuyas elecciones se encuentran muy próximas. No debatiremos la viabilidad jurídica o política de la iniciativa que promueve la diputada Patricia Ríos López –ello ya ha sido objeto de nuestro análisis--, sino el sentimiento de derrota que invade al priísmo en Baja California, incluyendo a cuatro de sus cinco diputados locales, la dirigencia estatal y nacional, así como a algunos de sus cacicazgos locales.

Como analista político, esperaría que un partido que ha permanecido por casi 3 décadas en la oposición mostrase “hambre” de recuperar el Estado y ejecutar su plan de gobierno durante el mayor tiempo posible, avaricia que sí han mostrado el partido gobernante durante casi 30 años y el partido triunfador en los recientes comicios federales. Como solía sentenciar cierto líder político, en el primer tercio del siglo XX: “hemos llegado para gobernar todo el tiempo que nos sea posible”.  

Ese sentimiento parece ser ajeno al partido más viejo de nuestro sistema político. De Acción Nacional se sabe poco, aunque no se han pronunciado a favor o en contra de la reforma, sabemos que hay un ala de dicho instituto que no simpatiza con el Gobernador, pero recomienda a éste mantener un periodo de únicamente 2 años, ante la posibilidad de que el partido del próximo Presidente de la República triunfe, sin embargo, podemos deducir que es esta falta de carácter la que mantiene a dicha corriente sin ser la “oficialista” en el PAN.

Para entender por qué se dividen los partidos y cómo es que un partido en la oposición puede desconocer la iniciativa que promueve uno de sus diputados, cuyo fin es precisamente ampliar el periodo de la gubernatura e intentar ganarla, hay que comprender que existen dos tipos de facciones partidarias:

a) Facciones reales. Se construyen a partir de una ideología o de objetivos sólidos en común, tales como programas de gobiernos o competir por el poder.

b) Facciones sociales. Surgen a partir de un vínculo personal con el líder o por amistad con él, por ejemplo, empleados del representante de la facción, familiares o amigos.

Cabe destacar que rara vez una facción mantiene su estado “puro” en nuestra clasificación, sino que suelen ser el resultado de una composición entre ambas. Hay quienes son partidarios de estas, señalando que abonan a la vida democrática interna de los partidos políticos o que les permiten a estos la alternancia en la dirigencia y quienes rechazan su existencia, argumentando que incitan a la división entre la militancia.

En el caso del partido que monopoliza nuestro análisis, dos corrientes se han disputado principalmente el control de la institución. Ser acusado de pertenecer a una de ellas, puede ser motivo suficiente para sufrir el veto político (acuñación propia). Por ello, no pueden menos que extrañarme los descalificativos en contra de la inicialista de la reforma, acusándola de obedecer a intereses del máximo exponente de una de estas expresiones políticas. Me parece aberrante esta forma de denostación –que busca neutralizar la propia personalidad y trayectoria de la legisladora-, pero más curioso resulta analizar los resultados que dicha corriente ha obtenido en el Estado.

En el año 2010, por ejemplo, cuando el Lic. René Mendivil Acosta presidía el comité directivo estatal del PRI y era todavía identificado con la corriente política del Dr. Fernando Castro Trenti, la coalición encabezada por dicho instituto logró alzarse con el triunfo en los 5 ayuntamientos que componen el Estado, así como en 13 de 16 distritos locales, resultado que contrasta, por ejemplo, con el de 2004, cuando “los otros” presidían el PRI en Baja California y a través de una amplia coalición --que excluía Tijuana— el Revolucionario Institucional logró el triunfo en 3 de los 5 municipios y en 5 de 16 distritos.

Pero el análisis que resulta más interesante es el de las elecciones de 2007 y 2013, donde los líderes de ambas corrientes contendieron por la gubernatura del Estado, echando a andar toda su maquinaria política. Aunque ambos obtuvieron un porcentaje similar de votos y ninguno de los dos pudo celebrar el triunfo, en 2013 el PRI obtuvo su mejor resultado desde 1983, quedando a solamente 3% de ganar los comicios para Gobernador, obteniendo casi 38,000 votos más que en 2007.

Hago un paréntesis para sentenciar que, en la actualidad, el principal problema de los partidos políticos en el mundo es que estos vuelven a sus representantes populares dependientes de ellos, es decir, cuanto más se fortalecen las plataformas de un partido, mayor debilidad de sus diputados o secretarios frente a ellos. En un Estado de oposición, esta regla debería convertirse en la excepción para cualquier partido político que ha permanecido durante casi 30 años sin acceso al gobierno, pues la percepción es distinta desde un escenario adverso, sin embargo, sus actores políticos han sido incapaces de desmarcarse de la agenda centralista, por la tendencia natural del incomprendido fenómeno.  

La tesis de complot que formulan los detractores de la reforma que ampliaría el periodo del próximo gobierno, para señalar a la diputada Patricia Ríos como un activo del hasta hace poco embajador de México en Suiza, es rebatida por el historial político-electoral de dicha corriente, la cual históricamente ha recuperado espacios que el PRI suele perder. En todo caso, bajo un análisis crítico, no hacen más que fortalecer la hipótesis de que se busca encabezar gobiernos sólidos.  

No es mi intención mostrar parcialidad únicamente hacia un ala, ya que mis comentarios no buscan ser despectivos, sino descriptivos, al señalar que, ante la incomprensión del fenómeno que enfrentan los partidos en el mundo, se introdujo en el debate a un enemigo externo, el cual curiosamente ha traído los mejores resultados en la entidad para dicho instituto (o eso indican las estadísticas). Como he sentenciado en análisis anteriores, es necesario que los funcionarios ganen el debate público antes de implementar o desechar una política pública (o cambios constitucionales), y la sociedad civil está también obligada a participar. Los ciudadanos debemos exigir a los 25 diputados locales que intercambien argumentos sólidos, sin ejercer violencia política, pues dichas conductas antidemocráticas no abonan al desarrollo de nuestra entidad.

Lo cierto es que las campañas electorales no están lejos de comenzar y el mensaje que se le envía a los ciudadanos --desde el PRI-- es que la alternancia a favor de la izquierda mexicana está dada ya por hecho o bien, que se le cederá exclusivamente al PAN la tarea de intentar frenar el avance de MORENA en la entidad. Estos dos últimos partidos, próximamente serán objetivo de análisis en Politeia.

Javier Iván Maldonado Preciado es egresado de la Licenciatura en Administración Pública y Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Baja California, campeón nacional de investigación política y ex Presidente del Parlamento de la Juventud del Estado de Baja California.

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