Cuenta voces
Por: Armando Lares

TIJUANA BC 23 DE AGOSTO DE 2018.- Estimado lector, en esta ocasión comentaré sobre un tema trascendental en la vida política de nuestro estado; las concertacesiones, para esto es imperante remontarnos a la historia, donde vemos que momentos posteriores a la dudosa elección presidencial de 1988, los partidos opositores, después de un amplio debate público decidieron “reconocer” el triunfo del candidato ganador, ante esto el Partido Acción Nacional obtuvo como pago a este acuerdo, el apoyo y el reconocimiento a su triunfo en la elección de 1989, a lo que se le conoció con el nombre de concertacesión, un término exclusivo de la política mexicana.

Un par de años después, una situación similar aconteció en el Estado de Guanajuato, donde según la definición de concertacesión consultada en el diccionario electoral del Instituto Nacional de Estudios Políticos A.C. la cual expone que; “El término se popularizó debido a los siguientes hechos: En 1991, después de la disputada elección para gobernador del Estado de Guanajuato, ganada de manera presuntamente fraudulenta por el candidato Ramón Aguirre Velásquez del Partido Revolucionario Institucional, bajo una fuerte presión social expresada en movilizaciones y actos de desobediencia civil por parte de la oposición encabezada por el candidato perdedor Vicente Fox del Partido Acción Nacional, se obligó al triunfador a renunciar, tras lo que se procedió a designar como su sustituto a una persona del gusto de los perdedores: el panista Carlos Medina Plascencia. Se dio así una salida política a un conflicto electoral grave”

De igual forma en la columna titulada: Baja California: ¿regresan las “concertacesiones”? escrita, por el entonces Diputado Federal Ricardo Monreal, en el marco del desarrollo de la elección a gobernador de Baja California celebrada en 2013, definió el término concertacesión, como: “Peyorativo de concertación. Dícese de la operación de Estado para reconocer triunfos electorales de la oposición a cambio del reconocimiento político de mandatos cuestionados y de apoyar legislativamente reformas impopulares. Término que se acuñó durante el gobierno de Carlos Salinas, pasó al olvido durante las presidencias panistas y ahora busca actualizarse al amparo del Pacto por México”.

Ahora remitiéndome al escenario local, recordemos que en la tarde noche del siete de julio de 2013, el programa preliminar de resultados electorales (PREP), arrojaba como ganador al candidato de acción nacional, lo particular que esta vez y en comparación con todas las elecciones de Gobernador en Baja California desde 1989, la diferencia de votos era mínima. La alianza conformada por los partidos; Acción Nacional, Nueva Alianza, de la Revolución Democrática y el de Baja California, obtuvo; 442, 868 votos, contra los; 417,909 obtenidos por la alianza opositora integrada por los partidos; Revolucionario Institucional, Encuentro Social, Verde Ecologista y el del Trabajo, esto es: 24,899 votos de diferencia que significaron cerca de 3 puntos porcentuales entre una y otra, con una participación del 36.77% del padrón electoral y 30,008 votos nulos que representan el 5% de la votación total emitida.
 
Por ello es necesario comentar que aún y cuando la Ley exige que; en caso de que un resultado refleje que el número de votos nulos es mayor a la diferencia entre los candidatos ubicados en el primero y segundo lugar en la votación, es obligatorio el recuento de votos, y si a esto le integramos las condiciones bajo las cuales se desarrolló el proceso; campañas negras, uso faccioso de las instituciones y el desvío de recursos públicos hacia el candidato oficial, procedería una impugnación con gran probabilidad de obtener la razón en los tribunales.

Es decir la alianza Compromiso por Baja California tenía amplias posibilidades de revertir el resultado, pero nuevamente en Baja California apareció el fantasma de las concertacesiones, donde el mismo PRI ordenó detener el recuento, imperando los acuerdos de poder, se negoció el resultado a cambio de apoyo a las reformas impulsadas en el ámbito legislativo, mediante el conocido “Pacto por México”.

Esto ha sido negado por unos y confirmado por otros, como es el caso de la declaración vertida por el panista Juan de Dios Castro Lozano, ajeno al Estado pero conocedor de la política nacional, quien en el seno del Consejo Político Nacional del PAN declaró que; “Se le regaló a Madero, Baja California (en 2013) para que dentro del PAN lo reeligieran, porque era un triunfo para él como jefe nacional. Y a cambio Madero le regaló la energética, fiscal y educativa”, esto en alusión al acuerdo entre quien presidía en 2013 el CEN del PAN y el gobierno federal.

Esta declaración causo revuelo, sobre todo porque estamos a escasos días de que inicie el proceso electoral en Baja California, donde se renovarán la gubernatura, los cinco ayuntamientos y las 25 Diputaciones del Congreso del Estado, sin duda tocó fibras sensibles en la clase política, tan es así que se desató una campaña sistemática contra uno de lo actores de aquella elección, Fernando Castro Trenti señalándolo de difundir la declaración de Castro Lozano.

Cabe mencionar que el hoy Embajador de México en Suiza, ha dejado en claro de manera reiterada, que no volvió a participar en procesos electorales, y nunca más regresó a la política partidaria desde julio de 2013, dedicándose de lleno a su función diplomática y manteniéndose al margen de las decisiones políticas partidistas, sobre todo de la política regional, manejándose bajo la ética obligada del Servicio Exterior Mexicano, por lo que las afirmaciones vertidas podrían obedecer al temor de opositores o al fuego amigo.

Volviendo al tema de las concertacesiones y partiendo del hecho que estas han sido articuladas entre los otrora partidos dominantes, y ante el inicio de una nueva era en la política nacional, donde la izquierda progresista tendrá la titularidad del ejecutivo, bajo la conducción y liderazgo del Presidente electo, surge la expectativa de lo que sucederá en la siguiente elección en Baja California, ¿continuará el PAN en el poder?, ¿nuevamente habrá un gobierno bajo el estigma de una negociación?. En mi opinión con la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, la de 2013 pasará a la historia como; la última concertacesión.

Lararium: La traición y el voto cruzado son algunos de los elementos inherentes a la concertacesión.
 
Armando Lares es Licenciado en Derecho por la UABC, abogado titular del despacho jurídico Orden Legal, además de desempeñarse como consultor en materia legislativa, en su trayectoria ha sido reconocido con el premio estatal de la juventud, fue campeón estatal de debate político juvenil y participa como asesor en Organismos de la Sociedad Civil.

Twitter: @armandolares

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.