Por Marco Antonio Domínguez Niebla

RUSIA 23 DEJUNIO 2018.-No sé si pase algún día. No hasta hoy. La realidad ha resistido el vaticinio de aquel viejo capítulo de los Simpsons que tanto ilusiona por acá y tanto divierte más allá. Fuera de Francia y España nadie se ha sumado a la última cita. Por eso ni Les Blues ni La Furia fueron sorpresa. Francia jugaba en casa y tenía a Zidane en el 98. Y España venía de hacer poesía en la Euro de 2008, dos años antes de levantar su Copa del Mundo en Sudáfrica. Revelaciones siempre, o casi siempre: Suecia y Bulgaria (94), Croacia (98), Turquía (2002), Portugal (2006), Ghana (2010) y Costa Rica (2014). Semifinalistas o clasificados a cuartos, todos, cuando mucho. Pero las finales son cosa de grandes, de adultos, graduados en el mano a mano en la definición de la Copa, aquellos que pueden deambular en la primera ronda, titubeantes, pero, salvo las sorpresas habituales cada cita cuatrienal, llegarán el 15 de julio. Y llegan porque tienen a los mejores. El conjunto, si tarda en aparecer, es rescatado por el individuo.

Un ejemplo este noveno día del mundo ruso. Costa Rica pudo resistir 90 minutos, estoico, con un Keylor Nava imbatible (como para responder a la dirigencia del Real Madrid que estaría atenta a ese mismo juego pero mirando a la otra portería, custodiada por el brasileño Alisson, por ahora de la Roma), pero entonces Coutinho la pone adentro después del 90, y Neymar sentencia la historia siete minutos más tarde. Y así, mientras el mundo espera la gran campanada y tantos se regodean ante el (im)posible fracaso brasileño en primera ronda, o sufren la victoria nigeriana sobre Islandia que le da vida a la moribunda Argentina de Messi, supongo (porque no podría asegurar lo que no me consta), que de Argentina a Islandia o Nigeria, seguramente los franceses cruzarán los dedos para que el destino no los encuentre con el deprimido capitán albiceleste, dormido, pero capaz de despertar en un par de minutos para sentenciar el asunto un día cualquiera, de octavos por ejemplo. Y así se van metiendo España y Portugal (por contar con el jugador al que menos querrán encontrar en fase de eliminación directa ni la anfitriona Rusia ni la bicampeona Uruguay). También caminan Francia, Brasil e Inglaterra, con el pendiente de la tetracampeona Alemania, sacudida por el Tri del colombiano y en espera de iniciar la cuesta arriba en unas horas frente a los suecos. Por cierto, en México, igual que en Irán, Dinamarca, Suiza (que hoy le dio la vuelta para ganarlo contra Serbia), Japón y Senegal, se juguetea con la posibilidad de romper el esquema, sacudir la historia, aun cuando sea tan temprano. Ya veremos cómo va todo mañana, después de Corea del Sur.

*El autor es colaborador de AGP Deportes.