Dr. Marco Antonio Samaniego López *
TIJUANA BC 13 DE ABRIL 2018.- En español perfecto, el agente de la patrulla fronteriza gritó a la agente de inmigración de México que la persona a la que se pretendía regresar, parece mexicano. El video circuló en redes sociales y posteriormente en algunos noticieros locales y nacionales.
El agente, en efecto, parece mexicano. No el detenido, el agente. Las respuestas que dio fue ante una agente mexicana apostada en Mexicali, quien le indicaba que a la persona que pretendía pasar por un sitio incorrecto de la línea fronteriza, no la cruzara, dado que no era la forma en que los acuerdos internacionales lo han determinado.
El agente, que parece mexicano, argumentó, entre otras cosas, que la persona con claras muestras de ser indigente con alguna afectación mental, no estaba bajo su custodia, que no era su responsabilidad, que como parece mexicano, lo iba a regresar a nuestro país. La persona que aparece en el video, con el dorso desnudo, era arrastrada por el otro agente de la patrulla fronteriza. Este no habla, sino que de manera violenta, pretende que la persona en cuestión sea literalmente aventada a México.
La intervención y grabación que se realizó detuvo la acción de los agentes de la patrulla fronteriza. La información que apareció en los medios fue que la persona permaneció en un parque de Calexico por varios días y luego que se demostró que en efecto era mexicano, se le regresó a este país por los caminos formales. Y sin duda, sí padece de alguna enfermedad mental.
Sin embargo, las palabras del agente de la patrulla fronteriza que en perfecto español y que en términos de características físicas parece mexicano, llamo la atención de quien esto escribe. La condición de parecer, no puede ser menor ante una condición de actuar ante lo que parece. Aplicar una ley en el caso de que sea, y si no lo es, pues ni modo.
No es posible eludir el argumento. Si el indigente parecía mexicano (para el que esto escribe, no necesariamente) y por tanto sujeto no a deportación, sino a ser aventado a México, el paso siguiente, lógico en ese marco de referencia, era que el agente que jalaba al indigente, luego de terminada su acción, hiciera lo mismo con su compañero. En ese caso, apuntamos, parece más mexicano que el indigente. Así, en ese marco tan estrecho y limitado, el otro agente faltó al mismo criterio. Dicho de manera sencilla, el que parece más mexicano, no fue deportado por parecerlo.
No es posible indicar que los lenguajes de odio promovidos por Trump hacia los mexicanos son la explicación del proceso. Escenas como esa, se han presentado desde mucho antes. No es nada nuevo, por desgracia, en función de los enormes rezagos sociales que existen en nuestro país. La diferencia, en todo caso, son nuevas tecnologías que permiten ese tipo de registro y que modifican la manera en que actuaron las autoridades de uno y otro país.
Lo interesante sería que se entrevistara al agente de la patrulla fronteriza en cuestión. Sin duda, su valiosa participación en la agencia es precisamente porque parece mexicano y porque habla perfecto español. Sus reclutadores observaron ventajas de esa condición y lo han utilizado para los fines específicos de la institución. ¿Porque no decirle que parece mexicano? ¿Porque no decirle que por eso lo contrataron y así se gana la vida, porque parece mexicano?
* Marco Antonio Samaniego López. Doctor en historia por el Colegio de México.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.