Dr. Marco Antonio Samaniego López *
TIJUANA BC 6 ABRIL 2018.- No cabe duda, el presidente de Estados Unidos genera condiciones de confrontación innecesarios con mayor pretensión de mantener a su base contenta que de solucionar problemas de manera efectiva. En varias ocasiones hemos indicado que entender el tema del límite fronterizo entre México y Estados Unidos es más complejo que la mera relación formal entre ambos países.
En diversos escritos hemos planteado que no es suficiente analizar la relación entre los gobiernos para entender la historia de los dos países. Las condiciones que se generan por un límite fronterizo como el que comparten México y Estados Unidos obliga a estudiar varios aspectos con mayor cuidado en función de que las políticas nacionales no necesariamente se reflejan de manera directa en la relación de quienes vivimos en la frontera.
En días pasados, organizaciones académicas, sociales y diferentes instancias de gobierno de Baja California y California y en específico de Tijuana y San Diego, convocaron a un evento que se realiza desde hace algunos años para mejorar el medio ambiente en el contexto de la zona fronteriza. El anuncio refleja una preocupación legítima en ambos lados de la frontera en función de que los desechos que se generan en un lado afectan al otro. Las propuestas van encaminadas a mejorar las condiciones de vida de un espacio binacional que más allá de las identidades, obliga a todos a poner atención en el tema de la forma en que se ha realizado la apropiación del espacio en la zona en que nos encontramos.
Sin embargo, en esta semana, surgen las nuevas afirmaciones que no solucionan nada por parte del presidente estadounidense. Movilizar las guardias nacionales como una medida para contener el tráfico de drogas y la migración. Sin ofrecer cifras ni argumentos, se sobredimensiona una medida que se ha tomado en años anteriores. Cuando lo realizó George Bush o Barack Obama, no hubo las respuestas inmediatas ni los pronunciamientos que se han generado en dos días.
En varias de las opiniones y comentarios que hemos revisado, surge la idea de que es con este presidente que se toma una postura como la mencionada. Sin embargo, como apuntamos, no es ni la primera vez y los efectos no han sido dimensionados. El contexto en que se realiza, y la personalidad de quien ha mantenido un lenguaje de odio desde hace cuando menos tres años, es lo que le da notoriedad a sus exabruptos constantes.
Por otra parte, los interesados en el medio ambiente de la región trabajan y hacen propuestas para mejorar ambos lados de la frontera. Tampoco vamos a indicar que es sencillo. Las ciudades de Imperial Beach, Chula Vista y el Distrito Unido del puerto de San Diego, han presentado una demanda por el tema del Río Tijuana, que ha sido una constante disputa desde hace varias décadas. La razón: la contaminación que arrastra la corriente hacia el estero que se encuentra en Estados Unidos. El resultado es el constante cierra de la playa en Imperial.
La institución demandada es la Comisión Internacional de Límites y Aguas/ International Border and Water Commission (CILA/IBWC). La razón: no se realizan las obras y trabajos en conjunto que modifiquen los niveles de contaminación. Qué podría hacer la guardia nacional para modificar el tema: nada. Por ello, en ámbitos de frontera, los temas son distintos y deben abordarse con más cordura. No hay soluciones fáciles y el millonario convertido en presidente, poco ayuda a negociar con su lenguaje.
* Marco Antonio Samaniego López. Doctor en historia por el Colegio de México.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.