MÉXICO 6 DE FEBRERO 2018 (La Silla Rota).-La migración, el muro, el crimen y la victimización del pueblo estadounidense formaron parte de la narrativa del presidente Donald Trump durante su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso estadounidense el 30 de enero.
Trump se refirió explícitamente a la frontera que Estados Unidos comparte con México e insistió en la necesidad de la reforma migratoria como una acción para mantener a los delincuentes violentos fuera de territorio estadounidense.
Lo que llama la atención es la forma en la que el presidente republicano manejó la actual situación fronteriza y lo que para él involucra –drogas, bandas criminales, inmigrantes indocumentados-, en su intento por lograr el convencimiento y la colaboración de la audiencia demócrata para la reforma migratoria presentada al Congreso, y de la cual Trump señaló que se fundamenta en cuatro pilares: el DACA, el muro en la frontera y la limitación de dos importantes programas de visas.
Pilares de la reforma migratoria
Sin lugar a dudas, el primer pilar constituye un desafío a los demócratas para llegar a un acuerdo sobre el problema del DACA. Así, Trump anunció su "generosidad" para que 1,8 millones de dreamers obtengan la ciudadanía estadounidense con la condición de que cumplan los requisitos de educación, trabajo y buena moral. La alocución de Trump sobre el DACA cambió de forma pero no de fondo, ya que días antes el "altruismo" de Donald Trump consistía en dar todo su respaldo para la legalización de los dreamers a cambio de un fondo de 20 mil millones de dólares para construir el muro en la frontera con México.
La construcción del muro en la frontera común con nuestro país y la contratación de más agentes fronterizos para impedir la entrada a criminales y terroristas a territorio estadounidense son parte del segundo pilar de la reforma migratoria.
Lamentablemente, en su discurso Trump asocia "inmigrante" con "criminal o terrorista". Existen casos en los que migrantes en Estados Unidos están involucrados en actos criminales, pero las cifras del Departamento de Justicia sugieren que no hay un fundamento sólido que indique que los inmigrantes estén vinculados al crimen o al terrorismo en proporciones más altas que los nacidos en territorio estadounidense.
Con el tercero y cuarto de los pilares, Trump propone poner fin a los programas de "lotería de visas" y "cadena de migración", programas conocidos como Visas de Diversidad de Inmigrantes y Permisos para Reunificación Familiar, respectivamente. En su lugar, plantea instrumentar un sistema de inmigración basado en el mérito, que admita a personas preparadas y dispuestas a trabajar.
Economía y seguridad estadounidense
Si bien cualquier país puede hacer los arreglos que considere a su sistema de inmigración, en teoría los motivos de cambio deberían fundamentarse de manera sólida.
Trump sustenta su reforma migratoria como necesaria para la economía, la seguridad y el futuro estadounidense, pero omite deliberadamente detalles importantes de los dos programas que quiere eliminar.
En el caso del Programa de Visas de Diversidad de Inmigrantes es innegable que se otorgan tarjetas verdes al azar sin considerar a fondo la habilidad, el mérito o la seguridad de los estadounidenses. Sin embargo, este programa permite el ingreso de 50,000 extranjeros[1] al año, cifra insuficiente para fomentar el dinamismo económico de un país de las magnitudes de Estados Unidos. Asimismo, entre los requisitos del programa de lotería de visas se encuentra haber obtenido un diploma de bachillerato o contar con una experiencia laboral mínima de dos años en una ocupación que requiera al menos dos años de entrenamiento. Además, de que los candidatos son escrutados en términos criminales y de seguridad.
Respecto al Programa de Permisos para Reunificación Familiar es necesario mencionar que el proceso no es sencillo como afirma Trump. Si bien el programa de reunificación familiar ha permitido el ingreso a Estados Unidos de familiares directos de inmigrantes éste consiste en un trámite largo y costoso que sólo ciudadanos estadounidenses "elegibles" pueden solicitar.
En el tema migratorio, Trump involucra la victimización, los prejuicios y una interpretación ramplona del funcionamiento de los mercados laborales. Como si los migrantes fueran una carga para la sociedad. Una afirmación de este tipo contradice los datos de la OCDE que, en su ultimo informe sobre la materia, señala que en 2016 Estados Unidos registró una tasa de desempleo del 4.3% entre los migrantes, que contrasta con el 5.2% de los nacidos en ese país.
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