TIJUANA BC 29 ENERO 2018.- Actualmente se ha incrementado el interés en el análisis de la relación que existe entre servicios de salud y acceso a los mismos. Hablar de servicios de salud implica discutir sobre los conceptos de necesidades de salud, servicios de salud y recursos para la salud. En el terreno de la planeación de los servicios de salud se parte en principio por satisfacer las necesidades de salud. Éstas pueden definirse como las condiciones de salud y enfermedad que deben ser atendidas. 

Sin entrar a fondo a discutir quién define las necesidades de salud podemos decir que predomina una visión normativa en que se identifican las condiciones que deber tener una respuesta. Es decir, esta visión permite determinar los servicios que deben prestarse y los recursos que deben asignarse para producir los servicios.

Por su parte, la Real Academia Española define la palabra “acceso” como “acción de llegar o acercarse” así como también “entrada al trato o comunicación con alguien”. Esta definición de acceso no tiene sentido en el contexto de los servicios de salud porque se centra en la demanda de servicios y no toma en cuenta las características de la oferta. 

En la literatura sobre sistemas de salud se ha discutido que el concepto de acceso a los servicios de salud implica analizar el punto de encuentro entre la demanda y la oferta de servicios. 

En este sentido es necesario analizar las características de la población que favorecen o limitan su contacto con los servicios de salud y una vez que ésta así lo hace es necesario el análisis de las características de la respuesta de los servicios a la demanda. 

En otras palabras, las personas tienen que sortear una serie de barreras para entrar en contacto con los servicios de salud pero una vez que los hacen no existe la seguridad de que éstos resuelvan el problema por el que llegaron ahí los demandantes. 

Las barreras que las personas deben sortear son la geográfica cuando los servicios se encuentran significativamente distantes del lugar donde vive la población. Financieras en la medida que la capacidad adquisitiva del demandante impida pagar el servicio en términos de costo monetario, costo de transporte y el valor del tiempo dedicado a la búsqueda de atención. Organizacional comprende los obstáculos a la utilización de los servicios debidos a la forma en que se organizan los recursos y que resultan en demoras para la obtención de una cita o en horarios restringidos para la atención. 

Finalmente, la barrera cultural que establece una distancia de percepción en las creencias sobre salud entre los demandantes y los prestadores de los servicios.

Ahora bien, para que los servicios satisfagan las necesidades de salud de los demandantes es necesario ofrecer equidad en la utilización de servicios, calidad en la atención y eficacia basada en la tecnología empleada. Para asegurar la equidad es necesario contar con un modelo de cobertura universal de salud a la población. La calidad de la atención está relacionada con la mejoría de la salud atribuida a la atención, es decir, a una acción resolutiva por parte de los servicios. La eficacia basada en la tecnología se refiere a la solución de los problemas de salud mediante el uso de la tecnología desarrollada hasta el momento.

Entonces, el acceso efectivo a los servicios de salud implica que un individuo que presenta una condición de salud que necesita atención acuda sin barreras a los servicios y que éstos tengan la capacidad resolutiva y la calidad requerida.

Cualquier otra situación implica un acceso diferencial a la atención en los servicios de salud sea éste debido a las barreras que enfrentan los demandantes o a las barreras que presentan organizativamente los servicios o bien a una conjunción de ambas.