PAN Y CIRCO.- Por Francisco Ruiz.

El cuento de nunca acabar

Como he venido comentando en reiteradas ocasiones, dentro de la evolución política de México la constante siempre ha sido la misma: liberales contra conservadores. Y con los liberales siempre nos fue mejor.

En la actualidad, estas ideologías políticas se han encuadrado y han dado pie a la creación de la denominada “geometría política”, convirtiéndose en las tan famosas “izquierda” y “derecha”, respectivamente, así como sus derivados.

A diferencia de Estados Unidos, que tan solo tienen dos propuestas para elegir al Presidente, distanciadas en extremo, por lo menos teóricamente; en este 2012, los mexicanos les doblamos la terna: un indefinido, una derechista, un amoroso izquierdista y el de relleno; habrá que definir entonces con quien nos identificamos.

Andrés Manuel y “La Chingada”

Aunque muchos estarían felices de que el tabasqueño se hubiera referido a la coloquial expresión, se quedaron con las ganas, pues cercanos y no tan cercanos al ex jefe de gobierno se encargaron de aclarar a que se refería López Obrador, a la finca que le heredaron sus papas.

Continuando con los argumentos que sostengo para que cada uno de los contendientes aspire a colgar sus sabanas en Los Pinos, puedo asegurar que el también conocido como “el peje”, es el más experimentado en la vida política, electoral, partidista y con determinante compromiso social.

Desde presidente del PRI en Tabasco, fundador y presidente del PRD, hasta dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional. Su trayectoria como figura pública ha recorrido por diferentes etapas, en todas ellas ha demostrado ser perseverante y decidido. Sus resultados, por muchos aplaudidos y por otros reprobados.

Ahora sí que como dicen por ahí, “nada más para que se den un quemón”, el que despectivamente han utilizado como sobrenombre (peje), resultó que el diccionario del Real Academia de la Lengua Española lo define como, cito textualmente: “Hombre astuto, sagaz e industrioso”. Con este concepto si me atrevo a llamar al candidato de la izquierda “peje”.

El también conocido como Sr. López, aprendió su lección, dedicó su tiempo para armar una estrategia y un equipo mejor, con caras conocidas pero actitudes distintas y maduras.

López Obrador para mí, es un hombre de fuertes convicciones y arraigados valores, mientras muchos lo catalogan como loco por su afán nacionalista, austero y liberal, yo considero que se la juega por amor a su México.

Hace poco un medio de comunicación publicó una nota sobre el análisis que especialistas hicieron sobre los discursos pronunciados por los tres mas fuertes candidatos, en ellos descubrieron que AMLOve, es un fervoroso apasionado de su país. Para mí este es un motivo suficiente para permitirle ocupar a la Silla.

El tan polémico plantón de Reforma, por muchos criticado, por otros defendido, por mi observado. Y en mis observaciones logro vislumbrar que el de Tabasco midió bien las repercusiones que tendría y apegado a sus ideales hizo lo que considero que tenía que hacer, y así lo ha explicado. Aun a costa de alejarse de la posibilidad de residir en Palacio Nacional.

A quienes nos gusta la política sabemos que ese antecedente es el principal enemigo a vencer de López, el pánico y mala imagen que el mismo creó con esta medida, y que maximizó la prensa. Ejemplo de ello, cuando Fox rendiría su último “informe”, los de la izquierda tomaron la tribuna de San Lázaro y fueron satanizados, en cambio, meses más tarde los conservadores lo hicieron para “defender” la democracia y permitir la toma de posesión del hoy presidente, entonces fueron glorificados. Ironías de la vida.

Para el autor de estas líneas, tomar Reforma más allá de algo impropio o justificable, es una muestra de que Andrés Manuel López Obrador hace lo que a su juicio es correcto, y no caprichos populistas. Un alto costo que debe pagar y que prueba que como él mismo lo afirma: “no soy un ambicioso vulgar”.

Hace mucho tiempo escribí una frase que hoy resulta adecuada: “los humanos temen a lo desacostumbrado y lo disfrazan con el rechazo”. Con ella, puedo sintetizar el sentir generalizado de los mexicanos.

Pensar en que Andrés será el Castro o Chávez mexicano es absurdo. Primero porque las situaciones, tiempos y contextos son totalmente distintos; Obrador no lleva un ejército para derrocar a Calderón, aunque tuvo oportunidad de hacerlo. Además, para las reformas se necesitan a los legisladores, quienes dudo mucho tengan el valor de transformar para bien a nuestro tan lastimado país.

López Obrador despegará con los debates, estoy convencido de ello. Sin logró dejar en silencio al jefe Diego con sus argumentos lógicos y sólidos, con la acostumbrada retórica y elucubración de Enrique y Josefina, lo hará más fácil. Andrés si tiene que decir y debatir, al resto mejor le aplica la de “calladito se ve más bonito”, y eso lo mismos príistas y panistas me lo confiesan.

El segundo piso, el mantenimiento a la Ciudad de México, universidades, apoyo a personas vulnerables, todas consideradas actividades populistas, pero si tan populistas son, ¿por qué el gobierno federal, y tantos más, se han encargado de emular dichas medidas?

Como dice el nominado al Oscar, Demián Bichir, los demás ya tuvieron su oportunidad, ¿por qué no dársela a López Obrador? Andrés es un hombre de convicciones y resultados, no veo RAZON alguna por la cual nuestro temor nos impida darle un respiro a nuestra Nación. Lo que más nos da pavor es aceptar que estuvimos equivocados y darle la oportunidad desde un inicio era el acierto que necesitábamos.

Las economías más fuertes y que se vislumbran duraderas en el continente, son de izquierda. El fascismo se ha caracterizado por ser de una elite cerrada, represiva y reaccionaría. Denle una leidita a la Historia contemporánea universal y se podrán enterar. Tal vez con un Lula mexicano (léase López Obrador), en el 2018 tendríamos a una Dilma que le sucediera decorosamente, y no burdamente como hoy suspira.

Quadri entra a cuadro

Hace unos días, Gabriel Quadri de la Torre rindió protesta como candidato presidencial del Partido Nueva Alianza, un desconocido en medio de desconocidos, porque a decir verdad las únicas figuras conocidas son: la “maestra” Elba Ester y los medios que lo entrevistaron.

Un ingeniero para la maestra, es el resultado de la ruptura entre el partido de más reciente creación y el más antiguo, por motivos aun no aclarados. Esto me deja entrever que probablemente la estrategia tricolor fue únicamente para evitar que se unieran a los blanquiazules.

Recientemente aprendí a que se refieren con el término “veleta”, y no quiero pensar que esta sea una estrategia como la de la “famosa” “cantante” María Enriqueta Bojorquez, mejor conocida (aunque sea por unos cuantos) como Reyna Soledad; declinando por la “mejor opción” para todos: el hoy alcalde Carlos Bustamante.

Continuando con los argumentos que sostengo para que cada uno de los aspirantes ocupen la máxima magistratura, de Quadri solo puedo decir: échenle ganas para alcanzar ese anhelado 2%.

(ULTIMA PARTE)

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*** Francisco Jesús Ruiz Hernández (“RuHe”), es licenciado en Comercio Exterior y Aduanas por el Tecnológico de Baja California, campus Tijuana; miembro fundador de “Juventud Evolucionando la Política, A. C”, ex catedrático universitario, y ha impartido diversas charlas orientadas a la participación ciudadana en la agenda pública. Actualmente radica en el estado de Texas, dentro de los Estados Unidos.

Nota Importante: las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.