Por: Dr. Marco Antonio Samaniego López
TIJUANA 15 SEPTIEMBRE 2017.- El frente amplio funciona con excepcional rapidez. Si bien la tensión electoral es constante debido a la selección de candidato (a) los dirigentes quieren demostrar su capacidad de negociación. Hoy nos proponen eliminar todo lo que aprobaron y en algunos casos lo que disfrutaron en épocas ya pasadas. Algunos quisieran que fueran olvidadas.
Así, encabezan su lista con el tema “Hacia un Nuevo Régimen”, que contempla hacer una revisión del entramado constitucional y aprobar la Ley Federal de Gobiernos de Coalición. Nos garantizan que van por el combate a la corrupción. Que ahora si van a acabar con todos los funcionarios públicos que se roban el dinero.
Entre otras cosas, publican que van a eliminar el fuero a todos los servidores públicos y reformar la legislación en materia de adquisiciones y obras públicas. En temas sobre seguridad y justicia, se disponen a aprobar la minuta del Senado para reformar la Constitución para establecer el Mando Mixto Policial.
Nos prometen ¨…trabajar en un control al gasto, para lo que planean legislar para garantizar una asignación presupuestal que atienda criterios de austeridad, proporcionalidad, equidad, transparencia y atención de prioridades regionales de inversión productiva, con el fin de impulsar el desarrollo económico y social de México, y evitar los favoritismos y revanchismos en la asignación del gasto federal a los estados¨.
¿Y quién aprobó todo lo que ahora van a corregir? Así, PAN, PRD y MC, unidos, van a transformar el país que ellos construyeron. Han presentado tan buenos candidatos a ejecutivos de estados, presidencias municipales y senadurías, que debemos sentirnos con la garantía de que van a cumplir lo que ellos permitieron se generara en los últimos años: corrupción, robo, escándalos, pagos a empresas fantasmas, departamentos en Miami, casas en Atlanta, presas en ríos que desaparecen en una noche, y en fin, la lista es larga.
¿Y los votantes que los eligieron con agendas distintas? Los electores tomaron decisiones hace dos, tres o seis años en función de propuestas diferenciadas. Se pagó a partidos para confrontar ideas o proyectos. Fue una manera de decidir el futuro pensando en contrapesos a determinadas instancias políticas. Fue para que se cuidaran las manos unos de otros. Y se les pagaron las campañas con los impuestos de los mexicanos para que defendieran las definiciones que ofrecieron. Y hoy, las propuestas quedaron unidas sin tomar en cuenta los votantes, las campañas y los recursos.
¿Pero además qué garantiza que los buenos deseos se van a cumplir? Varios de ellos están apuntadisimos para las candidaturas. No salen las convocatorias y ya dijeron yo. Total, no tienen que dedicar el tiempo a recabar fondos o a mantener posturas congruentes con las plataformas de los partidos. Para eso están los recursos públicos, que por ciento, tanto se necesitan en las escuelas de estados como Oaxaca y Chiapas, por los efectos del reciente temblor. Aunque debemos confesarlo, hay escuelas en Baja California, Sonora, Tamaulipas, Aguascalientes, y otros veintitantos estados que con temblor o sin él, requieren de inversión inmediata.
De esta forma, ante todo lo que aprobaron, mantuvieron, solaparon, contribuyeron y en más de un caso participaron, el frente amplio nos dice lo que se propone. Todos aquellos que votaron por agendas específicas, adiós. No cuentan. La partidocracia ha decidido por todos. Están en contra del gobierno siendo parte de él. Aquí lo hemos apuntado y lo mantenemos: esta forma de hacer política no da para más. Es sobrevivir en el desierto de las propuestas de largo plazo, a costa de los impuestos de todos.
* Marco Antonio Samaniego López. Doctor en historia por el Colegio de México.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.