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Amistades excesivas: #PasoExprés

México - miércoles 9 de agosto de 2017 - Fernando Nú?ez de la Garza Evia.
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"Plaza Cívica"
Fernando Núñez de la Garza Evia
www.plaza-civica.com @FernandoNGE

MÉXICO 9 DE AGOSTO DE 2017 (AFN).- En estos días de tragedia nacional a raíz de la muerte de padre e hijo en el ya famoso Paso Express de Cuernavaca, mucha gente se ha preguntado nuevamente por qué el presidente de la República no ha despedido al secretario de comunicaciones y transportes, finalmente responsable de un suceso envuelto en irregularidades y con fétidos olores a corrupción. Ante la férrea posición presidencial para mantener en su puesto a Gerardo Ruiz Esparza, y con todas las nocivas implicaciones que esto ha significado para el presidente mismo, resulta imprescindible analizar las posibles razones de ello.

La corrupción es una de las características definitorias del mundo subdesarrollado y autoritario. El politólogo estadounidense Francis Fukuyama es claro en este tema, al afirmar que “las burocracias modernas se construyen sobre base de mérito, competencia técnica e impersonalidad. Cuando son empleados por partidarios políticos o amigos, casi inevitablemente se desempeñan mucho más pobremente… a diferencia del sector privado, el sector público no se enfrenta a la amenaza de bancarrota o tiene métricas fáciles para el desempeño, lo que significa que un gobierno compuesto por nombramientos a base de patronazgo se vuelve muy difícil de reformar”. Ante estas palabras, resulta inevitable pensar en el presente caso mexicano.

La actual administración federal tiene sus antecedentes en el históricamente corrupto y autoritario Estado de México. Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2005 - 2011), el actual secretario de comunicaciones y transportes, Gerardo Ruiz Esparza, fue titular del mismo ramo en el gobierno estatal. Asimismo, el presente secretario de desarrollo social y compadre del presidente, Luis Miranda Nava, fue secretario general de gobierno (2006 - 2011), y quien ostenta actualmente la titularidad de la cancillería y fue secretario de hacienda, Luis Videgaray Caso, ocupó la cartera de finanzas (2005 - 2009). 
Ruiz Esparza se ha mantenido en el mismo puesto durante todos estos años; Miranda Nava estuvo la mayor parte de la actual administración federal en la subsecretaría de gobierno de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) solo para ser recientemente asignado a la fundamental Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) bajo fundadas sospechas de tener como encargo la utilización de los programas sociales con fines político-partidistas; y Videgaray Caso solo fue removido de hacienda ante el justificado escándalo que significó la invitación de Donald Trump al país.

Las personas que han sido constantemente cambiadas o finalmente removidas de la titularidad de secretarías en el actual gobierno federal son aquellas que no formaron parte del gobierno mexiquense de Enrique Peña Nieto, y al contrario, aquellos que se han mantenido en puestos clave durante la actual administración federal tienen como común denominador que son mexiquenses y acompañaron al presidente desde sus días en el Estado de México, y en tres áreas claves: obras públicas, política interna, finanzas. El caso paradigmático de lo anterior es el de Ruiz Esparza, que a pesar de los numerosos escándalos en que se ha visto envuelto él y la dependencia que encabeza, y los grandes costos políticos que han traído para el presidente, continúa como titular. 
Lo anterior comienza a tener sentido cuando el actual gobierno federal ha sido seriamente señalado de corrupción y los gobiernos que ostentan ese rasgo en México y el mundo tienen como característica fundamental el poner por encima la lealtad al mérito. ¿Las consecuencias? Precisamente, pobre desempeño, sobrecostos que se toleran… y una imposibilidad para reformarse.

Probablemente el grado de lealtad del Presidente con ciertas personas claves en su gobierno es directamente proporcional al grado de corrupción de la actual administración federal. La lealtad del Presidente le podrá traer serios costos al país, pero no a su persona. Por ello, Gerardo Ruiz Esparza continuará en su puesto, y la fidelidad del Presidente permanecerá más con ciertas personas que con el país.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.

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