Dr. Marco Antonio Samaniego López *
TIJUANA BC 2 JUNIO DE 2017.- Las elecciones del domingo pasado en cuatro entidades del país nos muestran los escenarios en los cuales nos vamos a ver envueltos en los próximos meses. Los discursos sobre las propuestas de nación van a aparecer en escenarios internacionales cambiantes y tensos.
Dado que los partidos políticos tienen los recursos para ello, van a insistir en propuestas de nación sobre las que escucharemos demagogia en medio de una serie de dudas de los escenarios posibles. La realidad es que en los próximos meses estaremos con dudas sobre la relación entre México y Estados Unidos, dado que la política interna del país vecino, va a generar condiciones de duda sobre que posturas tomar.
El domingo presenciamos en entidades federativas que donde hubo alianza partidista, el PRI fue derrotado. Donde el mayor partido de Estado, logró el triunfo, es donde pudo mantener la polarización. El Estado de México es un escenario que permitió observar como dos partidos reconocidos como de izquierda, prácticamente obtuvieron un 50% de la votación. Dicho de otra manera, de haberse unido, Del Mazo hubiera perdido con gran diferencia.
En Coahuila, las elecciones han generado gran tensión y el resultado está en duda. Supone que en las siguientes semanas los procesos de judicialización van a llenar las páginas de muchos diarios. Nayarit, claramente ganó una alianza y Veracruz, el PAN y el PRD, en alianza, obtuvieron el mayor número de ayuntamientos, dejando al PRI en un lugar muy rezagado.
¿Y los independientes? En todos los casos la presencia no fue de significación. Una cierta tendencia, cuando menos para esta ocasión, no fue de relevancia. No hubo un candidato que lograra unificar el voto y que permitiera observar un crecimiento de la posibilidad de abrir nuevos caminos electorales.
¿Quedó atrás la opción? Algunos, como el que esto escribe, esperamos que no. Los partidos no se van a reformar a sí mismos dado que presuponen un conjunto de beneficios en los cuales ganan aun perdiendo o pasando desapercibidos. Basta observar los enfrentamientos en el PAN. Margarita Zavala exige ser la candidata para finales de este mes. Anaya se esconde en el sí se puede porque se puede y se puede porque se puede. El PRD se encuentra en un dilema histórico, donde su posibilidad de unirse con la izquierda o con la derecha y reconociendo que solos no van a lograr mucho, los ubica en un punto de equilibrio que puede ser decisivo. Se ofrecen como moneda de cambio con dudas y desalientos mayores.
Si como se insiste el Estado de México es un termómetro por la cantidad de votos que implica, las elites burocráticas partidarias van a considerar seriamente que decisiones tomar. Es el camino que nos han trazado desde hace varias décadas: ellos deciden los reacomodos y los votantes aprueban esos senderos nebulosos.
De surgir un independiente con fuerza, puede que se estremezca un sistema que nos tiene atrapados en la partidocracia. De surgir una cantidad notable de interesados, lograran pulverizar el desencanto que existe por las opciones reales. La paradoja es que ese independiente puede surgir de los resentimientos partidarios: un Moreno Valle, una Margarita Zavala, o algún otro que ha vivido de las canonjías que reciben los partidos desde hace varios años. Eso dependerá de los resentimientos que veremos en los próximos días, porque de que alguien va a brincar, va a brincar. Eso ni duda.
Lo bueno de ello es que cansados de esa partidoburocracia, pueden aparecer más opciones de cambiar a fondo un sistema político que desde hace varias años nos muestra ser obsoleto. Incluso, por algunos de sus miembros.
* Marco Antonio Samaniego López. Doctor en historia por el Colegio de México.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.