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México - miércoles 3 de mayo de 2017 - Fernando Núñez de la Garza Evia.
1880

El regreso de los nacionalismos

MEXICO 3 DE MAYO DE 2017.- Igual que las olas que van y vienen, el nacionalismo se fue para ahora volver. E igual que una marea que se retira bruscamente y regresa en forma de tsunami, igual el nacionalismo en el pasado se esfumó para ahora regresar con revancha. Los excesos del pasado han traído como consecuencia los excesos en el presente, y la historia nos indica que debemos corregir el camino.

Los paralelismos entre las élites y el nacionalismo del pasado -estudiados a profundidad por el gran académico Benedict Anderson- y las élites y nacionalismos del presente son notables. En el pasado las élites políticas europeas (la aristocracia) se caracterizaban por su falta de afinidad con la gente que gobernaban, reflejado en su uso de otros idiomas, su matrimonio con aristocracias de otros países e, inclusive, su ignorancia de los límites de sus reinos. Los movimientos de independencia en el continente americano, así como las protestas sociales producto de la revolución industrial en Europa, trajeron consigo las consciencias nacionales. Por ello, las casas reales se  “nacionalizaron” para mantenerse en el poder, adoptando el idioma de su gente, creando ejércitos  compuestos exclusivamente de su población, e impulsando la creación de burocracias nacionales.

Los nacionalismos trajeron la ruptura de los imperios y la descolonización pacífica, aunque también las guerras semi-apocalípticas del S. XX. El fin de la segunda guerra mundial tuvo como consecuencia el “fin” del nacionalismo y las peleas nacionales, dinámica que sería suplantada por una Guerra Fría mundial con características ideológicas, no nacionales. Como bien lo señalaría el politólogo estadounidense Samuel Huntington, los años de la Guerra Fría fueron profundamente anormales, ya que la historia está compuesta de luchas entre civilizaciones, no entre ideologías. Pues precisamente, el fin de la Guerra Fría ha traído como consecuencia el regreso de los nacionalismos: Islam en el Medio Oriente, movimientos nacionales europeos, una China resurgente y una Rusia con ánimos de revancha, un Japón que deja atrás su pacifismo, juegos geopolíticos en la inmensidad del Océanos Pacífico e Índico… ah, y un México cuyo nacionalismo no ha hecho más que aumentar a raíz de la firma del TLCAN.

El fin de la Guerra Fría y un excesivo liberalismo reflejado en la desigualdad e inmigración producto de la globalización han traído como consecuencia el regreso de los nacionalismos (el término implica exceso). Como en tiempos de la aristrocracia, las élites nacionales se han vuelto de nuevo globales: van a universidades donde asisten las élites mundiales, se casan con las élites de otros países, han acumulado enormes cantidades de dinero, son altamente cosmopolitas… es decir, viven en una burbuja económica y política, con su excesiva riqueza y su mundo post-nacional. Pues sorpresa: la gente quiere mayor igualdad económica y mayor nación. Las élites occidentales han adoptado un súper-individualismo producto de su conocimiento del mundo y éxito económico personal, pero la gente común y corriente se está volviendo súper-comunitaria debido a la inmigración masiva experimentada y su fracaso económico personal. Los primeros se han vuelto semi-apátridas; los segundos están en proceso de convertirse en nacionalistas. La gente se ha rebelado claramente contra sus élites.

La historia es dialéctica, y el exceso de liberalismo económico y social durante las últimas décadas ha traído como reacción el nacionalismo. “Nacionalismo”, definido por la Real Academia como “sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia” (ojo: “fervoroso”, que implica fanatismo). Más vale corregir los excesos que ha traído la globalización en los puntos de desigualdad e inmigración, antes de que la historia se vuelva a repetir. El punto medio sería Japón, y la palabra media sería “patriotismo”: sentimiento y conducta propios del patriota. “Patriota”: persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien. De Japón, hablaremos en el siguiente artículo.

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@FernandoNGE

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