Columna
Dr. Marco Antonio Samaniego López
Finalmente, luego de los planes de un ejecutivo estadounidense que insulta por todo tipo de razones a nuestra condición de mexicanos, un gran número de compatriotas y de estadounidenses se han dado cuenta que el muro está ahí desde hace tiempo.
Todas las quejas e indignaciones son pocas y tardías. ¿De qué nos habla que el muro iniciado por Bill Clinton y continuado por George W. Bush y Barack Obama, estuviera ahí y no fuera visto? La indignación por el muro sí fue motivo de interés para grupos de derechos humanos de ambos lados de la frontera en la década de 1990. Fue sin duda un cambio en los patrones de inmigración de mexicanos que van a trabajar a Estados Unidos. Organismos de ambas naciones, levantaron la voz y se realizaron críticas sobre su erección. Pero se quedaron sólo en contextos locales. Y el muro continuó hasta la administración de Obama.
El acuerdo de libre comercio estaba en sus inicios y todo era apostarle a esa decisión. El tema del muro, a pesar de que crecía, no era visto por los dirigentes de los partidos políticos que hoy se quejan y se indignan. No salía en portadas ni se convirtió en tema de presidentes. Sí de organismos de derechos humanos pero sobre todo por grupos ambientalistas de ambos países, que demostraron una y otra vez los daños causados a la flora y la fauna. Los informes y quejas no lograron penetrar en el imaginario.
La campaña de Donald Trump puso en la agenda un muro que hoy indigna. Pero ese muro ya está. Ubica a todos los dirigentes políticos mexicanos en una oportunidad de hablar de indignación y malos tratos a nuestro país, cuando el tema tiene dos décadas. No al muro, dicen en cientos de tweets y en facebook. Las columnas de los diarios están llenos de mensajes para que no se construya un muro que ya tienen veinte años. Es indigno, una afrenta para los mexicanos, un atentado contra nuestra nación, sí, pero desde hace cuatro lustros. Incluso partes han sido reemplazadas porque el material se destruyó por las acciones de la naturaleza.
¿Ante que estamos? Ante un desconocimiento de los problemas de nuestro país. Ante el desconocimiento de qué es la frontera con Estados Unidos. Ante una clase política que ha tomado decisiones sin tener la información que vaya de la mano con la toma de decisiones. Ante una clase política, pagada con los impuestos de los mexicanos, que se indigna por algo que paso hace dos décadas y que no lo vieron.
El tema del muro, lo que nos indica es que las agendas que debieron tratarse desde hace muchos años, de manera seria y responsable, se pospuso en función de un crecimiento económico que hoy se ve amenazado. No poner en duda los buenos resultados del acuerdo de libre comercio permitió la construcción del muro. Hoy, con la postura de un ejecutivo que en tono amenazador nos menciona como delincuentes, el tema se vuelve internacional. Sin duda está equivocado el señor Trump, pero revela una condición del sistema político mexicano: vieron lo que quisieron ver durante el tiempo que desearon. Y el muro, que ya está ahí, apareció para dar voz a quienes no hicieron nada durante años.
Semejante a la gallina de los huevos de oro. Cantarell, desde 2008, dejó de ser el gran pozo petrolero. De manera clara se mencionó una y otra vez que la producción iba en descenso. Las cifras eran claras de que la producción descendía dramáticamente hasta lo que es hoy: apenas 200,000 barriles diarios. ¿Y el oro de los huevos de la gallina? ¿Quién se quedó con él? Nuestra partidocracia, los partidos de Estado que mantenemos con los impuestos de todos los mexicanos, reparten prebendas, pagan sus oficinas y su papelería, hacen viajes por todo el país para ¨conocerlo¨, dan nota en los diarios sobre sus posturas, se critican entre ellos y luego hacen alianzas. Todo para quedar en presupuestos que les permite expresar sus ideas que no se concretan: el resultado, mexicanos que emigran a Estados Unidos porque las condiciones del país no dejan otra opción. Su vulnerabilidad propicia que se les condene por crímenes que no han cometido, pero que en el discurso limitado de Trump, convierte al extranjero en portador
de todos los males.
Pero el muro es indignante. En todos los tweets de los principales dirigentes de partidos políticos se menciona. Llega tarde, pero nos indica que estos partidos dejaron crecer tantos problemas, cobijados por los huevos de una gallina que sólo les tocó a ellos. Todos los descobijados, en este país y en Estados Unidos, ahora tendrán que enfrentar una condición de criminalidad, que no es nueva, pero que bajo el manto de los huevos de oro, hace que todo se perciba como una tragedia mayor.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.