Por: Marco Antonio Samaniego López*

Las acciones de diversos grupos a nivel nacional provocaron un anuncio, un pleno reconocimiento: el presidente explicó que nadie en muchos años se preparó para la reforma energética, sobre todo su gobierno. En efecto, las explicaciones sobre el alza de la gasolina, el entorno internacional, la modificación en los procesos de distribución y la necesidad de eliminar el monopolio de PEMEX, todo se ha mencionado en numerosas ocasiones desde la década de 1990. Pero nadie advirtió sobre los efectos y los escenarios probables. 

La reforma energética es tema, cuando menos, desde el gobierno de Ernesto Zedillo, en un entorno poco favorable por la manera en que se negoció el tema del FOBAPROA, mismo que seguimos pagando. Una y otra vez se tocó el tema. Las discusiones durante los gobiernos de Fox y Calderón fueron constantes y se prometió, y se otorgaron terrenos luego de una larga discusión, para construir una refinería en Tula, Hidalgo.

La refinería no se construyó. La negociación se enturbió y según lo explicado por el actual representante del poder ejecutivo, se tiraron a la basura mil millones de pesos. Se quemaron. Se volvieron cenizas. Parte de dicho trabajo lo realizó, necesariamente, uno de los secretarios de Hacienda de ese gobierno que tiró el dinero de los mexicanos. Su nombre: José Antonio Meade. Casualmente, quien sancionó ese tiradero, se llama igual que el actual secretario de Hacienda. Y no, no es homónimo: es el mismo que ya lo había hecho. 

Y no se trata de culpar a una persona de un tema que es de índole social y que por sí mismo es complejo. Lo que en pocas palabras dijo el presidente fue: los partidos políticos, financiados en sus campañas y en su diario accionar por todos los mexicanos, no hicimos el trabajo durante tres décadas. Hubo congresos, reuniones, foros, informes, expertos, patrocinios de investigación, investigadores reconocidos y el resultado: seguimos sin producir gasolina. Y por tanto, tenemos que comprarla en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos y en especial Texas. La devaluación, resultado de la desconfianza que existe sobre el actual gobierno, ha generado una caída del peso que propicia el alza en los precios al consumidor. 

Los que nos dijo fue: de nada sirvió todo lo discutido porque no se llegó al resultado de que los combustibles fósiles, fueran transformados a precios de mercado. Debemos seguir importando al precio que nos impongan: ustedes paguen. 

Dicho de manera sencilla, explicó que todo el sistema político, sobre todo los partidos políticos que sancionaron la reforma, no hicieron su trabajo: nos dijo que no estaban capacitados para dirigir el país y que por tanto, lo único que queda es aceptar que se debe bailar al ritmo de lo que en el exterior se decida. 

En esta semana, todos los que firmaron por una reforma energética, incluidos miembros del PRI, han generado propuestas de diversa índole para modificar lo realizado. Un corriente crítica del PRI – una más, no sé si es la 50 que aparece o la 500 - el PAN, el PRD, han generado propuestas ante el incremento de los combustibles. ¿Y por qué aprobaron la reforma? ¿Dónde estaban los expertos que hoy aparecen en los medios con soluciones semejantes a las dietas milagro? ¿Por qué esas maravillosa soluciones hasta ahorita, cuando la emergencia apareció? 

El mensaje es claro: el sistema de partidos de Estado, sostenidos con nuestros impuestos, no es viable. Pagar sus campañas, sus acciones diarias, sus funcionarios, no es redituable. No se traduce en resultados para el pueblo que dicen representar. Están más preocupados por cuidar las negociaciones internas, los presupuestos que les van a tocar y los cargos que se van a repartir, que en leer y entender las iniciativas que aprueban. 

El presidente lo dijo: no hicimos nada durante décadas y este sistema político, del cual soy producto, generó una reforma para la que nadie estaba preparado, sobre todo mi gobierno. Más claro imposible.

* Marco Antonio Samaniego López.  Doctor en historia por el Colegio de México.

"Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor."