Columnista: La Silla Rota
Por: Hiroshi Takahashi
MÉXICO DF 3 DE AGOSTO DE 2016 (La Silla Rota).- Hoy, lejos de ser un héroe, es visto como un delincuente que quiere afectar el futuro de Estados Unidos y las mentes pensantes de esa nación que consideran que Hillary Clinton es la elección educada, la que los reafirma como inteligentes y sofisticados en un escenario electoral que no pinta nada bien para las naciones vecinas como México.
Me refiero a Julian Assange, el hombre detrás de WikiLeaks quien vive en la embajada de Ecuador en Londres desde agosto de 2012, oculto ante la amenaza de caer preso indefinidamente por sacar a la luz los secretos de los poderosos sin un medio de comunicación de por medio.
Assange ha estado en los últimos días muy activo en los principales medios estadunidenses hablando de las filtraciones que han hecho de los demócratas, archivos que perjudican directamente a Hillary Clinton, la mujer del ex presidente que preparó su camino a la Casa Blanca desde que su esposo se despedía de ella, con una amante y un escándalo que rayaba en la pornografía.
Pienso en Mr. Robot cuando trato de encontrar una comparación a lo que estamos viendo en la política de Estados Unidos con el mundo real de los de a pie. La serie habla de tirar al sistema a través de ataques a su infraestructura básica por medio de las redes. La historia habla de tirar al sistema a como dé lugar sin ser atrapado. Hoy, Assange es la cara que está escupiendo en el sistema político estadounidense y sus estupideces de convenciones y agenda de medios para convencer, hasta a los mexicanos, que los demócratas son la opción frente a un Trump beligerante e ignorante que acabará con el mundo en pro de los estadunidenses y su orgullo de vaquero asoleado.
A qué me refiero y de qué hablan los medios. El pasado viernes 22 de julio, WikiLeaks publicó 19 mil 252 correos electrónicos y 8 mil 34 archivos adjuntos del Comité Nacional Demócrata, como parte de la serie de filtraciones alrededor de Hillary Clinton. Hay siete figuras clave en esta información revelada ilegalmente por el equipo de Assange: Luis Miranda, director de comunicaciones, Daniel Parrish, el encargado de finanzas igual que Allen Zachary, y el asesor senior Andrew Wright. Secretos de los hombres poderosos de la candidata a la Casa Blanca, la primera mujer.
Los secretos apenas emergen, pero ya están dañando a la candidata del supuesto sector educado de Estados Unidos (sin sumar a los mexicanos y latinos que se dicen conocedores y aspiran a entrar a las discusiones sobre quién les conviene como presidente, luego de votar, claro, por el PRI o el PAN, pues su nacionalidad les da para eso).
Ese es el escándalo, saber que Assange está lanzando información confidencial de Hillary y que tiene más. Son archivos que pueden tirar sus deseos de ser presidenta de Estados Unidos. Archivos que guardaba en servidores privados y que el FBI dijo que estaba bien, sin castigo. Servidores cargados de secretos que supuestamente los rusos intervinieron y compartieron con sus agencias secretas para favorecer a Putin.
Por eso, lo que deben entender, es que Trump pide ayuda a los rusos, a quienes les dice que pongan a trabajar a sus hackers y saquen a la luz más secretos de Hillary. Ese es el escándalo. Los secretos de la candidata favorita del establishment y las buenas consciencias, puestos a la luz por los hackers a través de WikiLeaks.
Lo curioso es que los resentidos sociales que quieren tirar al sistema financiero mundial están callados. Los resentidos sociales que luchan contra las corporaciones que les dan de comer se callan. Mientras que apuestan a que el silencio dejará gobernar a la mujer que miente, pero se dice más honesta que otro mentiroso.
Assange, cuestionado por los periodistas estadunidenses en medio de estas fuertes críticas o ataques, dijo que escoger entre Clinton o Trump era como optar entre cólera o gonorrea.
Pienso lo mismo.
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