El invitado.
Por : Gilberto LAVENANT
Este sábado 5 de noviembre, habrá “casa llena” en la reunión semanal del Grupo Político “Jesús Reyes Heroles”, que encabeza Francisco de la Madrid Romandia, aquí en Tijuana. La razón : el invitado especial lo será Arturo Peña del Mazo, tío del cuasicandidato presidencial priísta Enrique Peña Nieto.
Seguramente que para accesar al evento, se requerirá pase especial y no cabrá “ni un alfiler”, como dicen comúnmente, pues los “peñistas”, que han brotado como hongos en Baja California, querrán estar cercas del tío del exgobernador del Estado de México.
Cuentan, los que dicen conocer la historia de la familia, que don Arturo, es algo así como el “manager” de su sobrino Enrique. A manera de anécdota, platican que a fines del 2004, sorprendió a muchos cuando en la capital mexiquense reunió a un grupo de jóvenes, dirigentes y militantes del Frente Juvenil Revolucionario, para anunciarles que el entonces Gobernador, Arturo Montiel Rojas, había determinado ya que su sucesor sería el jóven diputado local Enrique Peña Nieto.
Dicen, que nadie le creyó e incluso lo tildaron de acelerado, al expresidente municipal de Atlacomulco. Sobre todo, no se les olvida que les dijo que a partir de entonces las iniciales EPN significarían : “Es Proyecto Nuestro”. Todos tuvieron que tragarse burlas y suspicacias, cuando el jóven legislador fue postulado como candidato priísta a la gubernatura. Su gestión fue durante el período comprendido del 16 de septiembre del 2005 al 15 de septiembre del 2011.
De don Arturo, se han dicho muchas cosas. Es Presidente Nacional de la Fundación Isidro Fabela Alfaro, A.C., que cuenta con representaciones en más de 15 entidades del país. Dicen que aunque esta organización se dedica a promover la cultura entre la sociedad civil y prestigiadas instituciones educativas, en realidad está tejiendo una red para promover a su sobrino a la Presidencia de la República.
En mayo del año en curso, identificado como promotor del entonces candidato priísta a la gubernatura mexiquense, Eruviel Avila, dirigentes de tres organizaciones de colonos lo denunciaron ante la Procuraduría General de la República, acusándolo por la presunta comisión del delito de fraude, porque supuestamente ofreció, a cerca de 2 mil personas, contratarlas para promover la campaña priísta, a cambio de pagarles 2 mil 100 pesos mensuales, y no les cumplió. De inmediato don Arturo respondió que su fundación no participaba en procesos electorales a favor de ningún partido político y por lo tanto calificó de falsas las acusaciones.
Se dice que la invitación se hizo extensiva a otras organizaciones ciudadanas, incluyendo a las denunciantes, pero observaron que cada interesado en ser contratado, debía pagar una cuota de 40 pesos para afiliarlos a la fundación y entregar su credencial electoral. Supuestamente los afiliados cobrarían 300 pesos diarios, más comida y pago de transportes, para realizar labores de proselitismo, encuestas a domicilio y hasta apoyo logístico en los mítines de la campaña de Eruviel Avila.
De don Arturo, se dice que durante la gestión gubernamental de su sobrino, recibía 200 mil pesos mensuales para sostener su fundación, y se dá como un hecho que todos y cada uno de sus pasos son seguidos por la Secretaría de Gobernación, a través del CISEN, Centro de Investigacióm y Seguridad Nacional, la versión “totonaca” de la CIA norteamericana.
El invitado del Grupo “Reyes Heroles”, fue Presidente municipal de Atlacomulco, de 1982 a 1984, hermano del padre del cuasicandidato presidencial, Gilberto Enrique Peña del Mazo y por lo tanto estrechamente ligado con el exgobernador mexiquense.
Isidro Fabela Alfaro, nombre del ilustre mexiquense que enarbola con su fundación, fue abogado, maestro, internacionalista, diputado federal y escritor. Fue Gobernador del Estado de México de 1942 a 1945, habiendo fallecido en 1964 y en octubre de 1996 se grabó con letras de oro su nombre en el recinto del Congreso de la Unión.
Como Presidente Nacional de dicha fundación, don Enrique recorre el país para instalar comités locales o delegaciones, agrupando a priísta y expriísta, bajo el supuesto de que se dedicarán a promover las artes, la cultura y el análisis. Los observadores políticos señalan que en realidad está formando cuadros para promover a su sobrino como candidato a la Presidencia de la República.
A fines de octubre pasado, al tomar la protesta a comités de su fundación, en San Andrés Tuxtla, Veracruz, dijo que “…la fundación cultural no pretende el poder. Si quisiéramos el poder, habríamos hecho un partido político. Nosotros simplemente buscamos direccionar a México, y para eso, en materia de cultura política”.
También dijo que : “…hoy en día no se está haciendo cultura, sino una contracultura, por los intereses que se manejan en este rubro y donde sólo se reconocen los intereses ilegítimos, por lo que este organismo lucha para que la legitimidad vuelva al poder”.
Tijuana está muy lejos de Atlacomulco. Aquí, nunca se ha escuchado hablar de don Isidro Fabela, pero luego de la visita de don Arturo Peña del Mazo, pueden asegurar que pronto será el patrono político de muchos bajacalifornianos.
Lo interesante será observar qué va a pasar con todas las organizaciones de “peñistas” que han estado brotando como hongos en esta frontera y si es que don Arturo las habrá de validar o las declara huérfanas.
A los “peñistas” de nuevo cuño, se les recomienda indagar y aprender lo más elemental de la historia de Atlacomulco y el grupo del mismo nombre, que tal parece gobernará a México en los próximos 6 años. Decirse “peñista” e ignorar la historia mexiquense, es como una moneda de 3 pesos. El invitado, lo puede notar fácilmente.
