Peña Nieto y el mito de los diputados plurinominales
Por: Abel Muñoz Pedraza

México DF 28 de octubre de 2011.- Durante estos días hemos estado escuchando y/o leyendo los pronunciamientos que hacen los diversos precandidatos en materia de gobernabilidad, sin embargo, no me dejan de sorprender las propuestas que Enrique Peña Nieto hace al respecto (cláusula de gobernabilidad, supresión del tope de sobrerrepresentación del 8 por ciento y eliminación de 100 diputados plurinominales) y, sobre todo, la forma en cómo elabora sus razonamientos para argumentar la necesidad de implementar estos cambios.

El pasado 22 de octubre, los dos precandidatos priistas se reunieron en la ciudad de Querétaro para exponer sus propuestas en los temas de gobernabilidad y seguridad pública. Cómo pudimos constatar en la columna publicada el viernes 14 de octubre (Véaseel cuadro en:

http://www.afntijuana.info/editoriales/4355_procesos_politicos),existen grandes diferencias entre las formas para alcanzar mayorías que proponen Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, y entre las de Enrique Peña Nieto y el resto de los precandidatos del PAN y el PRD, las cuales reflejan la poca comprensión de la política y la sociedad mexicana durante los últimos 23 años -y quizás más atrás- del precandidato puntero en las encuestas para la elección presidencial.

El tercer foro regional de conclusiones “Por una Gobernabilidad Democrática y un Estado Social de Derecho”, auspiciado por la Fundación Colosio, no fue la excepción para poder apreciar estas diferencias, sin embargo, lo novedoso fue que Peña Nieto propuso la eliminación de 100 diputados plurinominales bajo los argumentos de que las minorías están “sobrerrepresentadas”, lo cual impide el logro de acuerdos en beneficio de las mayorías, y por ende, la construcción y funcionamiento de un Estado eficaz.

Dentro de los sistemas electorales surgieron los sistemas de representación proporcional como contrapeso a los sistemas mayoritarios. La ciencia política cuenta con una discusión muy rica en este tema. Ante la alta desproporcionalidad que generaban los sistemas de mayoría, se empezaron a introducir mecanismos de representación proporcional para que hubiera una mejor asignación de escaños en función de los votos obtenidos por un partido político, buscando así reflejar, de manera más exacta, las preferencias de los electores cuando un candidato o partido que no tuviera la mayoría de los votos pudiera tener representación dentro del Congreso. De hecho, existen países que cuentan con sistemas en donde sólo se aplica la representación proporcional. El caso mexicano es conocido porque incorpora a los dos sistemas. Desde luego, existen otras variables que determinan la proporcionalidad de los sistemas de representación proporcional y diferentes fórmulas para el funcionamiento y aplicación de estos, pero la esencia común es evitar la desproporcionalidad.

Una demanda generalizada en la sociedad es que los diputados plurinominales deben ser eliminados, ya que éstos responden a intereses distintos a los de la ciudadanía. Sería difícil argumentar en contra de esto, y en lo personal agregaría que no sólo los diputados plurinominales juegan ese papel, sino también los diputados que elegimos por el principio de mayoría relativa. Esto es conocido como la “crisis de representatividad en las democracias” y no es un tema que sólo afecte a México, ya que este síntoma también está presente en los países de América Latina, aunque estos efectos se ven compensados con el mecanismo de reelección que sirve para que los ciudadanos premien o castiguen a los políticos evaluando su desempeño frente a un cargo público. En México, este tema se hizo a un lado durante la discusión de la reforma política que está por aprobarse.

Por otra parte, los resultados electorales después de 1988 reflejan que los mexicanos votan de manera distinta para la elección presidencial y para la del Congreso, es decir, no le dan todo el apoyo a un sólo partido en ambos tipos de elección, prefiriendo así diferenciar su voto. Una de las hipótesis que se manejan al respecto es que hay factores de racionalidad para que los mexicanos voten de esta forma, ya que existía un disgusto generalizado por la política monocolor, en aquel momento priista, lo cual creó incentivos para que los ciudadanos equilibraran la balanza de poder entre los partidos, buscando una representación de intereses ciudadanos más justa.
 
En este sentido, hay que reconocer que la ciudadanía no está bien representada, que existe falta de consensos entre los políticos para lograr acuerdos de trascendencia y que los salarios de los diputados son exorbitantes, entre otros problemas. Sin embargo, el tratar de eliminar a 100 diputados plurinominales de un “plumazo” no soluciona las cosas, para ello hay que tomar en cuenta la proporcionalidad entre los votos obtenidos y los escaños asignados y, de manera más importante, tratar de crear mecanismos que permitan reflejar de mejor forma la heterogeneidad de la sociedad mexicana. Por tal motivo, la propuesta de Enrique Peña Nieto es un mito porque le atribuye cualidades inexistentes a la eliminación de 100 diputados plurinominales, lo cual hace que gane simpatías entre la ciudadanía, pero que en la realidad no es una solución viable para acabar con los problemas de gobernabilidad que el país enfrenta.

* Abel Muñoz Pedraza es estudiante de la maestría en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la Ciudad de México. Es egresado de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Tijuana. Correo electrónico:

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