Palco de Prensa
Por : Gilberto LAVENANT
El ADN de los individuos, es un ácido, que contiene la información genética de los individuos y que permite identificar a estos con sus padres, o a los padres con los hijos.
El ADN, permite acreditar la maternidad o paternidad entre dos personas, cuando se desconoce o está a discusión dicha relación. Eso, en el aspecto biológico.
En el aspecto político, los individuos también tienen ADN. Lo seres humanos que nacen a la vida política, en determinado partido político, es porque son afines a la doctrina o filosofía del mismo, por regla general, de forma tal que aunque un día abandonen dicha organización partidista, continuan plenamente identificados a la misma.
Hoy en día, esto del ADN político, es un tanto cuetionable, porque los seres humanos ya no se guían tanto por doctrinas o cuestiones ideológicas, sino por meros intereses económicas. Pero persiste la identidad partidista originaria.
Cabe observar esto, para advertir, que la mayoría de los aspirantes a convertirse en candidats independientes a puestos de elección popular, para los comicios del 2016, no son tan independientes como presumen.
La tendencia política de una persona, no es gripe, para que se cure y se erradique. Se es de una manera, se tiene afinidad con otras personas con formas de pensar y actuar similares, y esas características conforman lo que se puede llamar a identificar como el ADN político. Políticamente hablando, puede decirse que no hay individuos independientes.
En especial, porque quienes militan en determinado partido político, para poder recibir los beneficios que ello implica, deben ser disciplinados. Sobre todo, ser discretos. Si observan usos, prácticas y costumbres, nocivas, sucias y vergonzantes, deben guardar silencio y lo guardan, en tanto no les causan agravios a ellos en lo personal.
Se puede citar el caso de Gastón Luken Garza, quien no se anima a correr el trámite de afiliación al PAN, pero es panista, de corazón, aunque se ostente como independiente. Su ADN político, es blanquiazul. De eso no hay duda.
Lo mismo se puede decir de Héctor Osuna Jaime y de Francisco García Burgos, así como de muchos panistas que han desertado del Partido Acción Nacional. Están fuera del partido, porque la militancia ya no les redituaba nada. Pero su ADN político, sigue siendo blanquiqzul.
Esto implica, que, aunque lejos del partido de sus amores, siguen manteniendo ligas con este o con muchos de sus militantes. No pueden “negar la cruz de su parroquia”.
Decía, que, que al darse el nacimiento de una persona, se observa que el niño está unido a la madre, por el cordón umbilical. Que es necesario cortar ese cordón, para que el niño pueda tener una vida independiente. Pero sigue ligado a la madre, de la que depende de todo tipo de cuidados
Cuando llegan a la mayoría de edad, aún siguen unidos a sus padres, de quienes dependen económica y moralmente. Hay personajes, supuestamente independientes, que siguen unidos, a sus padres y abuelos. Aunque quieran ostentarse como indpendientes, su ADN está muy definido.
En el terreno político, hay quienes se han desarrollado, social y económicamente, al margen de organizaciones partidistas, pero descienden de viejos políticos, militantes de determinado político o han estados unidos a integrantes de un partido en particular, y el aspecto partidista nunca les incomodó.
Comentaba, a manera de ejemplo, que ese es el caso concreto de doña Carolina Aubanel. Es hija del primer alcalde priísta, Dr. Gustavo Aubanel y estuvo casada con el exalcalde priísta Carlos Bustamante Anchondo. Ella en lo particular, no puede presumir de independiente. Su ADN político, es priísta. No hay duda de eso.
La presencia de este tipo de personajes, en los movimientos sociales relativos a los candidatos independientes, distorsionan todo esto. Son los que podrían ser identificados como “candidatos independientes Simis”, Porque son lo mismo, pero más baratos.
Los veraderos candidatos independientes, los verdaderos, los auténticos, son aquellos que han desarrollado un liderazgo social, al margen de partidos políticos. No aquellos que son desertores, clonados, o simples imitaciones de independientes.
Pierden su tiempo, si los pretendidos independientes, son de algunos de estos tipos. Individuos que, en su mayoría, son oportunistas y acomodaticios. No son capaces de lanzar ni la menor critica a los gobernantes en turno. No han encabezado nunca una lucha social.
Los independientes que se reclaman, son aquellos que verdaderamente están en contra del sistema político dominante. Que al igual que la mayoría de los ciudadanos, repudian a la partidocracia y todo lo que ello implica.
No se quieren simuladores o convenencieros. Nada de “gato por liebre” o “gatas revolcadas”.
Se requieren verdaderos cambios. Individuos francos, dispuestos a correr riesgos. A vivir contra corriente.
Nada de gecociadores, ni usurpadores. Candidatos independientes, originales. Nada de clonados o Simis. Verdaderamente sin ADN político.
