El conjunto de principios para la protección y la promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad, promulgado por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el 8 de febrero de 2005, define la impunidad como:
“La inexistencia, de hecho o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso de ser reconocidos culpables, condena a penas apropiadas, incluso a la indemnización del daño causado a sus víctimas”. http://bit.ly/18RECWu
De acuerdo con el “Índice Global de Impunidad 2015” realizado por el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia de la Universidad de las Américas de Puebla, México es el segundo país del mundo con un mayor grado de impunidad de los 59 que fueron evaluados, pues la gran mayoría de los crímenes se quedan sin sanción alguna, sólo Filipinas nos supera y nos siguen muy de cerca Turquía, Colombia y Rusia. http://bit.ly/1yOoeCh
Asimismo, en el informe se señalan las dos prioridades que México tiene que atender de manera urgente en materia de impunidad: En primer lugar, la funcionalidad de su sistema de seguridad, es decir, la necesidad de optimizar y ejercer una adecuada ejecución de los procesos de averiguación de la mayor parte de las personas que tienen algún contacto formal con los cuerpos de seguridad.
Y en segundo, mejorar la estructura de su sistema de justicia, pues en el estudio en referencia se revela la necesidad que tiene México de contar con más jueces dentro del sistema de justicia. Esta acción impactaría inmediatamente sobre los juicios, ya que al aumentar el número de éstos se podría reducir el número de personas encarceladas esperando sentencia y con ello también reducir la sobrepoblación de las cárceles.
Es importante destacar que este índice se realizó solamente con los datos oficiales disponibles, es decir que no se está tomando en cuenta la ‘cifra negra’ que son todos aquellos crímenes que no se evidencian. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública en México no se denuncia el 93.8 por ciento de los delitos.
El principal motivo por el cual los mexicanos no denuncian, es porque no consideran que esta acción vaya a tener un efecto benéfico ni en el corto, ni en el largo plazo, es decir piensan que solo será una pérdida de tiempo y recursos, ya que muy difícilmente las autoridades correspondientes castigarán a los responsables y garantizaran la reparación del daño. Es decir que la impunidad en nuestro país, no trae otra cosa que más impunidad.
De acuerdo con la ONU, la impunidad constituye una infracción de las obligaciones que tienen los Estados de investigar las violaciones y de adoptar medidas apropiadas respecto a los autores. Es decir, la impunidad no representa nada más la ausencia de castigo a quienes han cometido un crimen o la falta de reparación del daño a la víctima, es también la omisión del Estado mexicano en el cumplimiento de sus obligaciones.
Al tener un índice tan alto de impunidad en nuestro país, el Estado indirectamente está enviando un mensaje equivocado, el cual sería que en México se permiten y toleran los asesinatos, secuestros, extorsiones, robos, fraudes, perjurios, en fin cualquier tipo de delito, sin que pase nada. Y por más que en el discurso oficial el mensaje sea uno totalmente distinto, sin verdaderas acciones no habrá efectos.
En este sentido el informe de la UDLA, asegura que si bien la impunidad en México no nació con esta administración, se necesitan tomar medidas urgentes para reducir los altos niveles que observamos, comenzando por reconocer que el problema es funcional y estructural.
Es por ello que resulta bastante preocupante que aunque en México, las prisiones se encuentran sobresaturadas, al menos el 40 por ciento de su población continúa siendo un presunto culpable. Aunado a que un significativo número de criminales continúan viviendo en libertad, representando una verdadera amenaza para la sociedad.
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