Por: Federico Ling Sanz

Todo mundo está hablando del lanzamiento por la Presidencia de Estados Unidos del magnate Donald Trump. El señor Trump dijo que, de llegar a la Presidencia, construiría un muro para evitar el paso de migrantes de México (y que además nuestro país pagaría por él) porque los mexicanos que van a Estados Unidos roban los empleos, traen el crimen a la Unión Americana y hasta tuvo la ocurrencia de llamarnos "violadores". Dijo que México se ríe de los Estados Unidos en su frontera, que ambos países no son amigos y otra serie de afirmaciones francamente ridículas y absolutamente irracionales que demuestran un profundo desprecio y desconocimiento de la realidad binacional.
 
Todo esto me recordó la entrevista que le hizo Jorge Ramos a la "experta" y comentarista Ann Coulter en Univisión hace unas semanas y que también referimos en este espacio de opinión, cuyas afirmaciones fueron hechas en un sentido muy similar a las de Trump. Olvidé también mencionar que Donald Trump dijo que merecía la Casa Blanca por tener una fortuna de 9 mil millones de dólares. Así de grandilocuente su disparate.
 
Pero hay que pensar seriamente cuál es la verdadera motivación de Trump (y de otros personajes como Coulter) para hablar y opinar de esta forma sobre la política y la vida pública. En primer lugar hay que decir que en buena medida esta gente le habla y se dirige a una base de votantes (o simpatizantes) extremadamente conservadores que piensan de la misma forma. Para muestra basta ver lo acontecido en Charleston, en Carolina del Sur, donde  en días pasados un joven blanco disparó y mató a nueve afroamericanos en una Iglesia, porque quería iniciar una guerra civil contra los "negros" porque ellos estaban tomando el control del mundo.
 
Obviamente está absolutamente equivocado, pero ilustra de manera clara que hay gente que francamente tiene un desequilibrio emocional y su radicalización puede provocar una matanza de esta naturaleza. Podríamos entonces preguntarnos: ¿Qué fue primero, el "huevo o la gallina"?
 
¿Las figuras como Trump radicalizan y manipulan a la gente, o la existencia de la gente radical provoca que actores como Trump radicalicen su discurso? ¿Qué pasaría si en lugar de disparar contra "negros" hay gente que dispara contra "migrantes", porque ya dijeron personas como Trump, que los migrantes mexicanos son violadores y criminales y México se ríe de Estados Unidos? Es un camino sumamente peligroso para cualquier sociedad.
 
Ahora bien, en segundo lugar, gente como Trump o Coulter dicen lo que dicen para mantenerse vigentes y para hacerse propaganda. Ya sea para vender libros, para tener más rating o fama, o para que la gente hable de ellos (bien o mal, pero que hablen). Lo que quieren es seguir vigentes. Por supuesto que en términos reales, Trump no tiene ni la más mínima posibilidad de llegar a la Presidencia (en ese caso, Carlos Slim debería merecer la Casa Blanca o Los Pinos mucho más que él, simplemente porque es más rico), pero el argumento funciona para sus fines personales y empresariales. Apela a una base conservadora, irrumpe la contienda, se mantiene vigente y gana simpatizantes. Negocio redondo. Su discurso tiene una racionalidad de cómo ganar más dinero a través de la fama.
 
Ahora bien, hay que comentar que nosotros nos sentimos aludidos porque Trump dijo todo eso de nosotros. Y en lo personal me siento profundamente indignado y sus dichos son totalmente condenables. Pero creo que hay que tomarlo en esa dimensión. Es como si un mexicano famoso se lanza por Los Pinos diciendo que los "gringos" se ríen de México, que ellos no son nuestros amigos y que están metidos hasta "en la sopa" y que hay que desterrarlos.
 
Pues ellos podrían sentirse agraviados también y en México ese discurso tendría una cierta cantidad de personas que lo respaldarían. Mi intención no es justificar a Trump. Lo que hizo es inaceptable. Pero pensemos en una estrategia más inteligente para darle la vuelta al asunto y hacerles ver lo que realmente significa México para el resto del mundo, especialmente Estados Unidos. Entendamos la anatomía de su perorata y ganémosle la partida utilizando sus propias herramientas. Tenemos con qué y somos más astutos.

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