Columnista de la SillaRota: JOSÉ LUIS CASTILLEJOS AMBROCIO
 
Ojalá y el ejemplo de los 85 funcionarios de primer nivel del gobierno de Morelos que divulgaron sus declaraciones patrimoniales en la página oficial de esa entidad sea imitado por todas las instancias gubernamentales de México. De esa forma se podrá saber en manos de quienes estamos.
 
Es pertinente conocer el origen de los recursos de alcaldes, gobernadores, secretarios, funcionarios de primero, segundo y tercer nivel. Los mexicanos deseamos saber con qué dinero llegan los funcionarios al poder y con qué salen. De esa forma se podrá saber cómo se manejan las finanzas públicas y conocer la actuación de quienes ejercen o han ejercido algún cargo.
 
La decisión del gobierno de Morelos ocurre en momentos en que México se ubica en el lugar 103 de 175 países con una puntuación de 35/100 en el tema el Índice de Percepción de la Corrupción. El país mejor evaluado es Dinamarca con 92 puntos; Corea del Norte y Somalia, los percibidos como más corruptos. México comparte ubicación en la tabla con Bolivia, Moldavia y Níger, según Transparencia Mexicana.
 
En América Latina, México se encuentra por debajo de sus principales socios y competidores económicos: 82 posiciones por debajo de Chile, 34 lugares por debajo de Brasil. México requiere un cambio de fondo en su estrategia anticorrupción, señaló Transparencia Mexicana, el Capítulo México de Transparencia Internacional.
 
De ahí que la decisión del gobernador de Morelos, Graco Ramírez, de anunciar que secretarios, subsecretarios, coordinadores generales y directores transparentarán sus bienes como parte de las políticas de rendición de cuentas y transparencia de su administración.
 
Es deseable que en todos los gobiernos estatales e instancias federales se trabaje en esa línea para que México abandone el estancamiento en el que está desde hace una década por causa de la corrupción. Son miles de millones de pesos los que se van al foso de la corrupción. Por regla general casi todos los alcaldes, gobernadores, secretarios de Estado, entre otros funcionarios, engordan primero sus cuentas bancarias, compran mansiones, ranchos, yates, jets, vehículos, entre otros y lo que sobra lo dedican al desarrollo de México.
 
México ya no soporta la enorme sangría que le genera la corrupción. Esa fuga de recursos deja aún más pobres a los mexicanos y le resta oportunidades a los más pobres, a niños y ancianos. 
 
En el país se debe fortalecer un Sistema Nacional Anticorrupción que articule tanto al naciente Sistema Nacional de Transparencia, así como al de Fiscalización y Control y el esfuerzo anticorrupción debe ser nacional y no sólo federal, de acuerdo a la percepción de Transparencia Mexicana.
 
Urge una mayor fiscalización en todas las instancias del gobierno y observar el desempeño de los partidos políticos para evitar la incorporación de dinero del narcotráfico en las campañas electorales.
 
Los mexicanos lo agradeceremos.
 
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