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La Casa Blanca

TIJUANA, BC - viernes 21 de noviembre de 2014 - Gilberto LAVENANT.
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Palco de Prensa

Quien fuera a decir, que los gustos por vivir bien, excesivamente bien, estén provocando una tormenta política en torno al Presidente Enrique Peña Nieto. Sobre todo, que se ponga en tela de duda su honestidad.  
 
Si esta “tormenta” se hubiese desatado antes de su postulación como candidato priísta a la Presidencia de la República, seguramente, en estos momentos, se estaría contando otra historia, muy distinta.
 
Lo que nadie imaginó, incluso el propio Peña Nieto, que los avances del llamado derecho a la información, que López Portillo agregó a la Constitución Federal, como un mero pegoste, hoy en día tenga la trascendencia, que ha implicado la historia de la llamada “Casa Blanca”.
 
Además, digan lo que digan, debe reconocerse la astucia y persistencia del grupo periodístico, encabezado por Carmen Aristeguí, que escarbó y escarbó, y atándo cabos, le dió sustento y trascendencia a la construcción de una lujosa casa, que en otras condiciones y tiempos, hubiese sido intrascendente.
 
Nadie puede negar la excelencia y profesionalismo del trabajo periodístico. En cualquier certamen de periodismo, que se realice en el futuro cercano, el tema de “La Casa Blanca”, merecerá, no solamente el primer premio, sino los principales premios de varias ramas.
 
Lo irónico sería que el propio Peña Nieto, tuviese que hacer entrega de tales premios a los autores.
 
La relación entre los protagonistas de la historia, es tan estrecha, que no caben las justificaciones y no bastan las explicaciones. Entre más se habla, para tratar de aclarar, lo que es evidente, lo complican más.
 
Por una parte, el grupo empresarial Higa, cuyo Presidente es el empresario mexiquense Juan Armando Hinojosa Cantú, aparece como el favorito de Peña Nieto, desde que era Gobernador del Estado de México.
 
Dicho grupo, lo integran empresas como Constructora Teya, que construyó las autopistas Toluca-Naucalpan y Toluca-Atlacomulco y el distribuidor vial Naucalpan-Metepec, además de otras importantes obras viales en el Estado de México, siendo Gobernador Peña Nieto.
 
Otra empresa de Higa, Mezcla Asfáltica de Alta Calidad, fue constantemente favorecida con contratos de la Junta de Caminos del Estado de México y, otra más, Concretos y Obras del Pacífico, S.A., ganó importantes contratos de la Secretaría del Agua y Obra Pública, del Estado de México.
 
Higa, a través de sus filiales, ganó más de 8 mil millones de pesos, durante la administración estatal de Peña Nieto.
 
Otra, Eolo Plus, rentó al PRI nacional, jets y helicópteros durante la campaña presidencial de Peña Nieto en el 2012. Esta era propiedad de Armando Hinojosa García, hijo del Presidente de grupo Higa, quien falleció en el 2012, al caer el helicóperto en que viajaba, horas después de haber asistido a la fiesta de cumpleaños de Peña Nieto.
 
Una más, Constructora Teya, también del grupo Higa, forma parte del grupo de empresas nacionales y extranjeras, que habían sido favorecidas con la licitación para la construcción del tren de alta velocidad México-Querétaro, por 50 mil millones de dólares. El Presidente Peña Nieto decidió cancelarla, cinco días después de otorgada, por las sospechas generadas.
 
La última, Ingeniería Inmobiliaria del Centro, también de grupo Higa, construyó y es propietaria de la “Casa Blanca”, donde vive la familia presidencial, con un valor de 86 millones de pesos, algo así como 7 millones de dólares.
 
Es tan estrecha y constante la relación de Peña Nieto con Higa y sus empresas, y tan altas las ganancias que le ha propiciado al grupo empresarial, que la “Casa Blanca”, podría ser un simple “regalito” al Presidente, por sus atenciones, a tal grado que se pondrá en tela de duda, cualquier contratación en la que aparezca algunas de las empresas de dicho grupo.
 
Y fue la cuestionada adquisición de dicho inmueble, investigado y ventilado por Aristegui, la “gotota” que derramó el vaso de la paciencia de los mexicanos. La vivienda, no fue incluída en la declaración de Peña Nieto. Por lo tanto, no hubo otra que “echarle la bolita” a su esposa.
 
Tratando de justificar o acreditar la legal adquisición de la “Casa Blanca”, con valor de 86 millones de pesos y legalmente aún registrada a nombre del presidente de grupo Higa, la exactriz aseguró haber recibido millonaria cantidad de dinero, al concluir su relación contractual con Televisa.
 
Que dicha vivienda la adquirió en 54 millones de pesos en 2012 –actualmente valuada en 86 millones- mediante contrato privado de compra-venta, a pagar a 8 años, de los cuales ya pagó poco más de 14 millones de pesos, aproximadamente el 30%.
 
Tratando de dar claridad al asunto, el Presidente Peña Nieto, hizo pública su declaración patrimonial, que señala bienes por 48 millones 547 mil pesos e ingresos anuales por 3 millones 360 mil pesos. Muy por debajo de los manifestados por su esposa Angélica Rivera y que no le alcanzarían para comprar una vivienda como la “Casa Blanca”. Requeriría, los ingresos netos de 25 meses de trabajo.
 
Si Peña Nieto hubiera sabido que la artisteada, da más que la política, hubiera sido actor de telenovelas. Y ni quien le cuestionara sus bienes. En especial la llamada “Casa Blanca”.

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