De la inseguridad en Isla de Cedros y la clase política que no ve ni oye y culpa a los medios.

“Una opinión equivocada puede ser tolerada donde la razón es libre de combatirla”, Thomas Jefferson.  

Hace unos días llamó mi atención las declaraciones del Presidente de Uruguay, José Mujica en entrevista con la periodista Carmen Aristegui en la cual señaló que “A los que les gusta la plata hay que correrlos de la política, son un peligro”.

Debo confesar que desde que tuve conocimiento de este mandatario simplemente me cautivo. Sencillo. Sin escoltas y sin pretensiones. Un político que se podría considerar como sui géneris sobre todo en Latinoamérica, donde la constante es una clase política que deja mucho que desear y que precisamente está en el servicio público por amor al poder y no por el servicio.

Y aquí en Tijuana, que podemos decir, nuestros políticos son una clase aparte. Especial. Difícil de entender. Sobre todo para nosotros los periodistas y bueno ellos tampoco es que nos entiendan mucho.   

Cuando andan en campaña buscando un puesto (dígase diputados, presidentes municipales, senadores, gobernadores, dirigentes, etcétera) todos son un pan de Dios. Prometen de todo,. 

Besan niños. Denuncian injusticias, pero sobre todo andan buscando reflectores como locos.

Entonces se vive una especie de luna de miel entre políticos y comunicadores, porque los políticos se convierten en paladines de la justicia que van a venir a remediar todos los problemas del país y ahí si buscan a los reporteros para hacer declaraciones, para promocionarse y lucir.

Una vez que asumen el poder, la metamorfosis comienza a gestarse y para muchos de estos políticos nos convertimos en unos apestados. Incluso han llegado a culpar a los medios de ser los causantes de los problemas del país.

Que si fomentamos la violencia, que si somos amarillistas, en fin. Pero no se ponen a pensar que somos reporteros: reportamos lo que ellos hacen, bien o mal, pero cuando lo hacen mal no les gustan las críticas.

En nuestra pasada entrega hablamos sobre los conflictos que hay en el sindicato de burócratas en Tijuana y en esos mismos días comenzó a circular un video en las redes sociales, donde el ex líder sindical José Luis Parra Vázquez en una reunión con delegados sindicales y con el consentimiento del actual Secretario General, Manuel Oceguera hizo una serie de declaraciones de estas mismas contra reporteros y medios locales.

En el video se escucha la voz de Parra Vázquez acusando al semanario Zeta de amarillista porque dio a conocer una acusación legal en su contra, y dijo que algunos periodistas le han solicitado dinero a cambio de no publicar cosas.

Bueno esto último es extorsión y sería bueno que José Luis Parra lo denunciara con nombres y apellidos, porque tampoco se trata de defender a nadie, aunque sí parece que con estas declaraciones Parra pretende generalizar y calificar a todos los periodistas y eso como que tampoco se vale.

Lo más seguro que tanto a Parra como a Oceguera ya se les olvido el apoyo que recibieron de la prensa para llegar a donde están.

La planilla guinda de Manuel Oceguera compitió tres veces con el mismo candidato por la secretaría general de este sindicato y entonces los medios fuimos piezas fundamentales porque le dimos cobertura a la campaña y a las denuncias que realizaba el entonces candidato, aunque ahora las cosas parecen distintas, ya somos un estorbo.

En fin ahí lo dejamos para la reflexión para cuando se vuelva a ofrecer. Sólo que los políticos también deberían ponerse a pensar de que algo se está gestando en el pueblo que ya está harto y para muestra un botón: las marchas multitudinarias en apoyo de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa que se dieron en diferentes ciudades del país.

Pasando a otro tema los que tampoco cantan mal las rancheras son los policías y obviamente las autoridades en materia de seguridad de nuestra ciudad.

Resulta que una ola de robos a casa habitación se han desatado en la zona de Santa Fe, para ser más específicos en el fraccionamiento conocido como Isla de Cedros, donde curiosamente la Policía Municipal tiene instalada una caseta móvil.

En esa zona los vecinos han denunciado el saqueo de sus casas a las autoridades y nada. Incluso a raíz de estos eventos ya han sido abandonadas varias casas en ese fraccionamiento, y es que los vecinos dicen que reportan los hechos al 066 e incluso a la caseta que se encuentra en la zona y nadie se para por ahí.

Los afectados ya sospechan una macabra complicidad entre policías y ladrones, algo increíble pero cierto, porque los maleantes se toman su tiempo incluso para taladrar y serruchar a su gusto las protecciones de las viviendas durante un buen rato y les alcanza el tiempo hasta para tomarse un café en la casa, porque los uniformados brillan por su ausencia a pesar del reporte, y de las investigaciones de la PGJE mejor ni hablamos porque si no van los municipales pues el reporte de ahí no pasa. Que le vamos a hacer y luego dicen que los reporteros tenemos la culpa de todo. No cabe duda que las marchas tienen razón: Todos somos Ayotzinapa.