Palco de Prensa
Hay un dicho popular, quizás un tanto grosero, pero muy efectivo o cierto, que advierte: “Al que obra mal, se le pudre el tamal”. Pues bien, un escándalo estallará a partir de este día, en el que aparece como actor principal, el ex alcalde panista, Jorge Ramos Hernández.
Desde hace varias semanas empezaron a correr rumores en el sentido de que el estacionamiento público, construido junto al edificio del Palacio Municipal de Tijuana, en la Zona Río, se estaba colapsando. Este miércoles, expertos en construcción, hicieron una visita al lugar, observaron, sumamente preocupados, que están colocados “gatos hidráulicos” para tratar de impedir que el techo del estacionamiento caiga sobre los vehículos.
No lo dudaron, ni un solo instante. De inmediato expresaron que la construcción está en riesgo de colapsarse. Lo grave, es que aún está en uso, para el público en general, cuando que en un principio de responsabilidad, la autoridad municipal, concretamente el secretario de Desarrollo Urbano, ingeniero Roberto Sánchez, debe clausurar el acceso a dicho estacionamiento, en tanto que peritos determinan la gravedad de los daños.
Esto, no tiene vuelta de hoja. La noticia sobre los riesgos inminentes, es la base de un detallado reportaje de Aranzazú Álvarez, para Telemundo 33, en el Noticiero San Diego-Tijuana, a partir de las 11:00 de la noche, este miércoles. Ya no caben los disimulos.
Seguramente, a muchos tijuanenses llamó la atención que el alcalde Jorge Astiazarán encabezara el evento del Grito de Independencia, desde la terraza del antiguo Palacio Municipal, y no en la explanada contigua al edificio del actual Palacio, construida ex profeso.
Como si fuese una nota informativa normal, simplemente se anunció que el gobierno de la ciudad no utilizaría la citada explanada, para eventos masivos con más de 10 mil personas, bajo el supuesto de que técnicamente, la estructura no aguantaría el peso, y por lo tanto se pondría en riesgo la seguridad de los ciudadanos.
Atribuyen al secretario de Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento, ingeniero Roberto Sánchez Martínez, el dicho de que, derivado de rumores, con relación al uso de la plancha, colocada sobre la parte superior del estacionamiento, citaron a los concesionarios y a sus técnicos, para verificar cuáles son las condiciones en que se encuentra su diseño estructural y su construcción.
Dicen que dijo, que le dijeron, que la plancha fue diseñada para recibir únicamente eventos donde los asistentes se encuentren sentados en sillas y no para eventos masivos, como el festejo del Grito de Independencia o algún otro de esa magnitud.
Y además, dicen que dijo, que le dijeron, que no es que se fuera a derrumbar la plancha de la explanada, pero con un gran volumen o cantidad de personas, pudiera haber ciertas vibraciones en la estructura, supuestamente no al grado de colapsar, pero que sí generaría algún temor entre los asistentes. Que lo de los “gatos” hidráulicos, es sólo para asustar a los ratones.
Que por ello, le recomendaron que la plancha no se usara para el evento del Grito de Independencia.
Es más que absurdo, que la autoridad municipal consulte a los técnicos de la empresa concesionaria, para que le digan si es que hicieron bien la obra o si incurrieron en alguna falla. Es obligación del gobierno municipal, revisar la estructura del estacionamiento y llevar a cabo las acciones que correspondan. En principio, la clausura, en tanto se garantiza la seguridad de los usuarios.
Y aquí es donde entra en escena el ex alcalde panista, Jorge Ramos Hernández, pues cabe recordar que el XIX Ayuntamiento que encabezó, fue el que, el 21 de enero del 2010, celebró el Contrato Administrativo de Concesión de Bienes del Dominio Público para la Construcción y Operación de un Estacionamiento Público, con la empresa Administradora de Obras y Concesiones, S.A. de C.V.
Fueron enormes las controversias que esto generó, en especial, porque se “comieron” completamente una calle lateral, así como predios colindantes al Parque Benito Juárez. Durante la administración del XX Ayuntamiento, encabezado por el empresario priísta, Carlos Bustamante Anchondo, manosearon el asunto, pero nunca se atrevieron a poner las cosas en claro.
Fue en la sesión de Cabildo de 24 de marzo del 2009, de la que se levantó el Acta 26, cuando Ramos Hernández, al desahogar el Punto 3.4 de la Orden del Día, da a conocer el proyecto del Punto de Acuerdo, para aprobar el llamado “Zócalo 11 de Julio”, que tantas controversias ha generado, y a la vez, sujetar a concesión la construcción y operación del estacionamiento.
Al someterlo a votación, se hizo con dispensa de trámite, al observar que el proyecto ya había sido revisado por la Comisión de Obras y Servicios Públicos, que presidía el regidor Eligio Valencia Roque. Luego trascendería que entre ambos personajes, hubo una “generosa” relación, en base a la cual propuso que la concesión para el estacionamiento, fuese hasta por 30 años.
Cuatro años después, surgen problemas con la infraestructura del estacionamiento. Corresponde al XXI Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por el doctor Jorge Astiazarán, revisar la obra y determinar, con precisión, si cuenta con las condiciones técnicas necesarias, para seguir proporcionando servicio al público en general, o si es que deben realizarse obras de reparación o fortalecimiento, para garantizar la seguridad de usuarios.
Mientras se da una cosa, u otra, la voz popular, sin duda alguna, hará su juicio público, recordando aquella sentencia: “Al que obra mal, se le pudre el tamal”. Lo que se ve, no se pregunta.
