*.- Ruta Informativa

 

Twitter @Jaime_Delgado

 

  MEXICALI.-En el Estado de México se maneja la tarifa más elevada del país en el servicio de transporte público y son 14 pesos, dijo a los y las reporteras el presidente regional de la Alianza Nacional de Transporte Multimodal (ANTM), Benjamín Garza Fernández.

 

  Después le sigue Baja California como la segunda tarifa más cara para el transporte público. Un Estado gobernador por el PRI y otro por el PAN, sin duda son realidades sociales y económicas diametralmente opuestas en cuanto a número de habitantes.

 

  Sería un necio si no observara que se ha mejorado el parque vehicular en Mexicali, gracias a las presiones ciudadanas y de las autoridades municipales, quizá ha faltado en ese rubro pero donde quedan a deber es el diseño de las rutas, paradas de camiones, la atención de los conductores y la sensibilidad de los concesionarios y por supuesto de los servidores públicos.

 

  En Mexicali no podemos depender de un servicio de transporte deficiente que corta el servicio a partir de las 22:00 horas, después de ese tiempo se dificulta conseguir camiones.

 

  En las horas picos los usuarios del transporte parecen sardinas en latas, con todo respeto a los usuarios. En horas picos la demanda sube y los camiones se vuelven insuficientes.

 

  A los transportistas le subieron el costo del combustible y por ende las refacciones. No puede negarse pero sería una acción insensible, poco creativa y sobre todo dañina a la economía familiar aumentar la tarifa de transporte público.

 

  Lo que preocupa es la “alianza” que trae el Alcalde de Mexicali Jaime Rafael Díaz Ochoa con los concesionarios del transporte, quien está en contra de que los regidores tengan mayor facultad en el asuntos de concesiones y tarifas.

 

  Preocupa que el Presidente Municipal haya ofrecido el aumento del transporte a cambio de firmas para bajar del gobierno federal vía Banobras más dinero.

 

  Pero Jaime Díaz no debe preocuparse porque si trae amarrado el aumento del transporte tiene a una sociedad adormilada, entretenida y desinformada.

 

Nadie saldría a las calles a manifestarse en contra del aumento de transporte. Jaime Díaz tiene al enemigo dentro del XXI Ayuntamiento de Mexicali donde mandó a volar las reformas al Reglamento Municipal de Transporte aprobadas por 14 votos contra 4 el pasado 28 de julio.

 

  Jaime Díaz preocupa que aumente el transporte porque es un deseo no de la sociedad sino de un grupo de transportistas que gritan a los cuatro vientos que no es un negocio, que solo le falta vestirse de damas de la caridad, pero lo que es cierto que se dan vida de sultanes, reyes del pueblo.

 

RED DE REDES

  Nos hicieron esta información por el correo electrónico de un tema del que hemos trabajado y que lo explica de manera adecuada: Unidades deportivas municipales, mina de oro para funcionarios corruptos Por el Vocero No Oficial (Anónimo) [email protected]

 

  Lo que para el simple mortal es en apariencia un campo deportivo  descuidado, con deficiencias, donde solo van unos cuantos mexicalenses a pasar el rato y escapar de la rutina, donde ves a tu hijo jugar el deporte de su predilección aun a pesar de las carencias, para algunos funcionarios es una mina de oro.

 

  Tal es el caso que se está viviendo en la actual administración de Jaime Rafael Díaz Ochoa, pues en algunas para municipales como el Instituto Municipal del Deporte y la Cultura Física, misma que se encargan de la administración de todas las unidades y campos deportivos del municipio, donde algunos funcionarios sin escrúpulos se están enriqueciendo descaradamente a costa, claro esta, del robo de los ingresos obtenidos por el cobro de acceso a dichas unidades.

 

  Les explico, el ciudadano común paga por ingresar a las instalaciones municipales una “cantidad simbólica” la cual, según se dice, es para solventar los gastos de los comités deportivos que se encargan de agendar juegos o actividades en dichos campos.

 

  Estos comités,  reportan al IMDECUF semanalmente y de manera religiosa los ingresos obtenidos en sus campos deportivos, el truco esta, en que las “autoridades” municipales obligan a los integrantes de dichos organismos a vender y revender boletos duplicados, obviamente quedándose con el dinero y reportando pingues ganancias al ayuntamiento, a cambio de hacerse de la vista gorda con los pequeños manoteos que hacen también los directivos de los comités, quienes, dicho sea de paso, ya se han amafiado para adueñarse de las unidades deportivas.

 

  La camarilla de ladrones, encabezada por el director de desarrollo del deporte, Heriberto Estrada, obtiene ganancias de más de 500 mil pesos semanales tan solo por las entradas vendidas, esto sin sumar los cobros que hacen a vendedores y otros prestadores de servicios a quienes sin escrúpulo alguno extorsionan si desean vender sus productos dentro o cerca de cualquier unidad deportiva municipal.

 

  Pero este robo no es realizado por una persona, sino por todo un equipo perfectamente coordinado de “funcionarios” liderado por Heriberto Estrada, anteriormente administrador de la dependencia, quien fuera destituido de su puesto por malos manejos y que, misteriosamente, fue reincorporado al instituto como Director de Desarrollo del Deporte, desde donde puede controlar a placer a los comités deportivos para obligarlos a realizar sus tranzas.

 

  Otras figuras importantes de este equipo, es sin duda Arturo Alanis, (si, el mismo que es famoso por cobijar aviadores y que actualmente mantiene en la nómina a más de 40 personas que desde que inicio la actual administración no se han parado a laborar en el imdecuf) quien funge como “cobrador” de la recolecta, junto con Antonio Burgueño, Manuel Ruiz, Ricardo Castro  y Emma Castro, estos últimos  operadores de poca monta pero que le fueron heredados a Rojas Rojas y que han sido los orquestadores de este robo desde hace ya varias administraciones municipales.

 

  Ojalá que alguien dentro del Ayuntamiento le diga a Jaime Díaz sobre lo que están haciendo sus muchachos, al menos, claro está, de que también le esté tocando su rebanada de este gran pastel.