Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT
En política, es sumamente criticable el que haya quienes se anticipen a los tiempos, a fin de posicionarse lo mejor posible, hacia los siguientes comicios. El otrora dirigente nacional cetemista, Fidel Velázquez, advertía a los acelerados, que “el que se mueve, no sale en la foto”, porque anticiparse a los tiempos electorales, entre los priístas, siempre ha sido considerado como un acto de indisciplina.
En cambio, los panistas, han comprobado que el adelantarse les da ventaja sobre los demás aspirantes. En especial, si logran acreditar que cuentan con aceptación popular. La historia cuenta que Fox y Calderón, no eran precisamente los que contaban con el respaldo del CEN del PAN, para contender por la candidatura presidencial. Y les fue bien.
En Baja California, y en particular en Tijuana, son varios los que andan en plena campaña por la candidatura a alcalde de esta ciudad. En el PAN, Cuauhtémoc Cardona Benavides desde hace rato anda acelerado en su “Temobus”, aunque nadie le ha dicho que tiene muchas cosas en contra. Que la final habrá de decidirse entre Antonio Valladolid, actual secretario de Finanzas, y Juan Manuel Gastélum, diputado federal e íntimo amigo del gobernador Kiko Vega.
Entre los priístas, uno de los principales aspirantes es René Mendívil, “hechura” del líder del castrotrentismo, Fernando Castro Trenti, aunque los hankistas están preparando a Javier Camarena Salinas, secretario de Desarrollo Social del XXI Ayuntamiento y a Carlos Barboza Castillo.
Por el sector de las izquierdas, aparecen dos “gallos”, Roberto Dávalos, del PRD y Jaime Bonilla, de Morena.
Los comicios para renovar alcaldías y diputaciones locales serán hasta el 2016, o sea aún falta bastante, pero entre los políticos, el futurismo es una constante. Por eso no desaprovechan para muestrearse. Las fotos, regalando despensas o cobijas, o bien parte de su salario a organizaciones no gubernamentales, son los pretextos más recurrentes.
El que destaca, entre los más acelerados, definitivamente, es el panista Cuauhtémoc Cardona Benavides. Desde principios del presente año recorre la entidad en su “temobus”, desarrollando su campaña cobijera o bien, regalando parte de su sueldo a organizaciones no gubernamentales. Cualquier pretexto es bueno para la foto.
Temo es joven, tiene apenas 49 años. Es licenciado en Derecho, aunque nunca ha ejercido la profesión. Lo suyo siempre ha sido la política y ha tenido tal habilidad, y sobre todo suerte, que apenas suelta un puesto y ya está en camino de agarrar otro.
Como a los 24 años hace su debut en política, con la ruffomanía, logrando una diputación local. Luego habría de ser director de Desarrollo Político y subsecretario general de Gobierno de Baja California.
En el 2000 logra una diputación federal. Ya estando en el DF, agarra la chamba de coordinador de Enlace Institucional de la Secretaría de Energía y en la administración de Felipe Calderón ocupa la Subsecretaría de Política Sectorial de la Reforma Agraria y de ahí se va a la Subsecretaría de Enlace Legislativo de la Secretaría de Gobernación.
Luego regresa a Baja California, para ocupar la Secretaría General de Gobierno, en la administración de Osuna Millán, a la que renuncia en julio de 2012, adelantándose al calendario electoral, para buscar la candidatura panista a la gubernatura estatal.
La verdad es que fue una balandronada, pero al final le resultó, pues no logró ser candidato a gobernador, pero sí le dieron una posición en la Legislatura estatal, de esas por las que no tienen que hacer campaña y que aún ostenta.
Quienes conocen su historia, cuentan que en realidad Osuna Millán lo presionó para que dejara la Secretaría General de Gobierno, pues se metió en diversos conflictos, provocándole serios dolores de cabeza. Como el asunto aquel de la grabación de una conversación telefónica, entre los priístas Enrique Acosta Fregoso y Eli Topete Robles, que puso al descubierto el sistema de espionaje manejado desde el edificio del Ejecutivo estatal.
Lo peor, fue el bochornoso incidente que protagonizó, cuando el general Alfonso Duarte Mújica, comandante de la Segunda Región Militar, lo regañó ante el gobernador Osuna Milán y lo calificó de grosero, borracho e irrespetuoso, al presentarse en estado etílico a un evento militar. El “ven acá Cuauhtémoc”, fue una expresión que se hizo popular y que aún muchos recuerdan.
Cardona considera que los bajacalifornianos son de memoria corta y él a su vez se excede en cinismo, de tal forma que presume sus aspiraciones para llegar a ser Alcalde de Tijuana. Piensa, que, como antes, al adelantarse a los tiempos electorales, le va a ir bien.
Sin embargo, al Temo se le acabó su buena suerte. Es calderonista, y Felipe, el ex presidente, es el innombrable del panismo. Nadie quiere saber nada de él. Lo culpan de la debacle del partido blanquiazul.
Así mismo, es osunamillanista, pues formó parte del equipo de Osuna Millán, al grado de que ocupó la Secretaría General de Gobierno. En la administración de Kiko Vega, todos los osunamillanistas tienen “bola negra”. Cardona medio la libró, porque se incrustó en la Legislatura estatal. Sin embargo, al igual que toda la gente de “Lupillo”, está apestado.
De paso, en la pasada contienda por la dirigencia nacional del PAN, estuvo a favor de Ernesto Cordero, del grupo de calderonistas, junto con Héctor Osuna Jaime, y para su mala suerte, perdió ante Gustavo Madero.
Definitivamente, Cardona necesita de un milagro para lograr la candidatura a Alcalde de Tijuana. Lo lamentable, es que los tijuanenses tienen tan mala suerte, que Cuauhtémoc podría gobernar esta ciudad, aunque haya quienes digan que “está muy ojón” para ello.
