Palco de Prensa
Parecía que el conflicto gobierno estatal-magisterio, llegaría más lejos. Sin embargo, bastó un día de suspensión de clases y breves negociaciones del gobernador Kiko Vega y el dirigente nacional del Sindicato de Trabajadores al Servicio de la Educación, Juan Díaz de la Torre, y todo volvió a la calma. Bueno, en apariencia.
Pero si apenas una semana atrás, Kiko había dicho que su administración no tenía dinero para pagar los 600 millones de pesos que adeuda a los maestros y que les llevó a declarar la suspensión de labores, precisamente el lunes 18 de agosto, en que iniciaba el ciclo escolar.
¿Cómo fue entonces que se resolvió –aparentemente- este asunto, que ya llevaba varios años, sin respuesta alguna? Hay quienes dicen, que solamente la voz de la maestra Elba Esther Gordillo, podía haber sido capaz de lograr algo así.
Qué bueno, que los niños bajacalifornianos podrán asistir normalmente a las aulas de planteles de educación básica, preescolar, primaria y secundaria. Ahora, lo que preocupa saber, es ¿cuáles fueron los términos de dichas negociaciones? ¿Qué prometió o qué otorgó Kiko Vega al líder nacional del SNTE?
Porque la solución no fue, definitivamente, el pago de lo adeudado. Kiko dijo que no tenía dinero. De haber ofrecido montos importantes de dinero para el pago paulatino de los adeudos, antes de comprometerse, el gobernador debió haber obtenido el aval de la Legislatura estatal.
Aunque, no sería la primera ocasión, en que Kiko primero negocia y luego solicita la aprobación correspondiente de los legisladores. En el asunto del CRIT, primero firmó el contrato-compromiso y luego acudió a la Legislatura, a pedir la autorización para ello.
¿Se comprometería el gobernador, a no molestar a los comisionados sindicales o a no exigirles evaluación magisterial? ¿Cómo le hizo Kiko para convencer al dirigente nacional del magisterio, si no lo había podido lograr con los dirigentes locales? ¿Le otorgaría un “bono especial” personal, con recursos públicos?
Son muchos los cuestionamientos que surgen y que esperan respuesta. Muchos, definitivamente, nunca la tendrán. Así son las cosas en el sistema político mexicano. Las negociaciones “en lo oscurito”, generalmente son mucho más costosas que el simple cumplimiento de la obligación original o inicial.
Del supuesto acuerdo, solamente se supo lo que el gobierno estatal dio a conocer a través de un comunicado oficial. Mientras los profesores bajacalifornianos salieron a las calles a manifestar sus reclamos ante el incumplimiento de pago del gobierno estatal, el gobernador Kiko Vega viajó a la Ciudad de México, a negociar con el líder nacional del SNTE.
Obvio, por tratarse de un comunicado del gobierno estatal, le “echaron crema a los tacos” de Kiko, destacando que “el gobernador del Estado, como muestra de voluntad política y asumiendo un esfuerzo financiero”, adquirió diversos compromisos.
En el primero de ellos, reitera respeto a los trabajadores de la educación y a su organización sindical. Algo casi insólito, pues antes de esto, ni los atendía, ni los escuchaba. Por el contrario, los amenazó con proceder legalmente en su contra si no permitían que iniciara el ciclo escolar.
En el segundo, asumió el compromiso de que “hoy mismo” –así lo indica el comunicado oficial, aunque ya era tarde cuando se dio a conocer- iniciaría la liberación de recursos económicos, para resolver dicho rezago. Luego de cinco años de promesas, en tal sentido, una más, poco importa. Bien dicen los políticos, que el prometer, no empobrece a nadie.
Lo mismo pasa con el contenido del punto tercero, en el que se indica que “se instala, a partir de la fecha, una mesa de trabajo”, para determinar, conjuntamente, de manera puntual, los casos y montos de cada uno de los trabajadores de la educación, a quienes se les adeudan salarios devengados o pensiones.
Un cuarto punto, resulta por demás sospechoso. Indica que: “se coadyuvará en la revisión del proyecto de Ley de Pensiones de Issstecali, así como en la búsqueda de resolver el rezago histórico existente, en materia de jubilaciones y pensiones”.
Sospechoso, porque tal proyecto de ley, atañe no solamente a los trabajadores al servicio de la educación, sino también a los trabajadores al servicio de los tres poderes del Estado, a quienes se les ha negado la posibilidad de conocer su contenido y alcance, con la obvia intención de que sea aprobado “al vapor” por la Legislatura estatal.
Pareciera que el líder nacional del SNTE, ya dio su visto bueno, para que dicha nueva ley sea aprobada, aunque se pase por encima de los derechos de los trabajadores del gobierno. Esto fortalece la sospecha de que hubo un “bono especial” para el sustituto de la maestra Gordillo.
El punto quinto, es “de cajón”, pues señala que “acordaron seguir reuniéndose para dar puntual seguimiento a los acuerdos alcanzados”, cuando que la suspensión de clases fue originada precisamente porque la administración de Kiko Vega, incumplió con compromisos pactados. ¿Cómo creerle, que ahora sí cumplirá?
Lo que sí está claro, es que los usos y costumbres establecidos por la Gordillo en el SNTE, se siguen aplicando, al pie de la letra, por su sucesor, Juan Díaz de la Torre.
Habría que observar, que no todos caben en dicho acuerdo o negociación. Que hay muchos profesores, que conforman el Movimiento Resistencia Magisterial (MRM) de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Baja California.
De cualquier forma, cuando la educación es materia de negociaciones en lo oscurito, todo se echa a perder.
