Palco de Prensa
Las llamadas elecciones intermedias del 2015, en las que se habrán de elegir diputados federales, cuyos resultados influirán decisivamente en el proceso presidencial del 2018, tiene tan preocupados a los dirigentes de los diversos partidos políticos, que están inventando banderas políticas, que no solamente motiven a los electores a acudir a las urnas, sino que emitan sus votos a favor de quienes parezcan más interesados en apoyar las causas populares.
Son varios los retos a alcanzar o vencer. El reducir el repudio o rechazo de los electores hacia los políticos. El vencer o aminorar el grado de abstencionismo tradicional en los procesos electorales y, obviamente, obtener el mayor número de posiciones de las 500 de la Cámara de Diputados, para decidir el rumbo del país en los siguientes años.
Lo cierto es que -para los electores en lo general- ningún partido político, ni siquiera el llamado Movimiento de Regeneración Nacional –Morena- de Andrés Manuel López Obrador, les garantiza nuevas formas de hacer política y en especial, la toma de decisiones en las cámaras legislativas.
Ya se ha visto, cómo es que ha desaparecido la geometría política, a tal grado que hemos sido testigos de cosas antes nunca imaginadas, como el ver alianzas entre los extremos, la derecha, representada por el PAN, y la izquierda, por el PRD.
De que hay un riesgo, definitivamente sí. Un alto grado de riesgo. Si Morena, en su presentación ante la sociedad electorera, logra tal impacto que se refleje en una copiosa votación a favor de sus candidatos, a tal grado de que superen a los demás partidos en el número de legisladores federales, podría darse marcha atrás a las reformas estructurales impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto. Esto, en un primer escenario.
Pero también podría ocurrir, que se polarice aún más la sociedad mexicana, que se agudicen los conflictos sociales y se convulsione el país. De cualquier forma, los comicios del 2015 serán de los más accidentados en la historia política de México.
En cuanto al tema de las banderas políticas, que pretenden utilizar como carnada en los anzuelos, para pescar electores, cabe observar que en los comicios del 2015, además de la elección de diputados federales, se llevará a cabo una consulta popular. Aún falta definir el tema, pues la izquierda del PRD y Movimiento de Regeneración Nacional –Morena-, están promoviendo, cada uno por su lado, que sea sobre la Reforma Energética.
Por su parte, el Partido Acción Nacional inicia este martes 29 de julio, una campaña de recolección de firmas –pretenden reunir cuando menos 1 millón 600 mil- para que el tema a consulta sea relativo a los criterios para establecer los salarios mínimos.
La pregunta que el PAN propone someter a votación, es la siguiente : “¿Estás de acuerdo en que la Ley Federal del Trabajo establezca que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos fije un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia, para garantizar al menos la línea de bienestar determinada por el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) ?”
Lógicamente, para los ciudadanos comunes y corrientes, es de mayor interés el tema de los salarios mínimos, que la Reforma Energética. Sin embargo, cabe la pregunta: ¿de cuándo acá, a los dirigentes de los partidos políticos les da por hacer consultas populares, para conocer la opinión de los ciudadanos mexicanos? Simples posturas electoreras.
Si los políticos realmente se interesaran por mejorar los salarios de los mexicanos, no se requiere hacer consulta alguna, pues al menos los trabajadores desde hace muchos años se duelen por los minisalarios. Bastaría con exigir que se cumpla lo estipulado en el Artículo 123 de la Constitución General de la República: “Los Salarios Mínimos Generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.
Por lo tanto, lo de la encuesta que pretende el PAN es solamente una broma de mal gusto, una simple bandera política, para engatusar a los electores, que no tienen ni la mínima confianza en los políticos. No hay duda, la encuesta popular, es mera pantomima.
Para quienes no lo sepan, o ya lo hayan olvidado, deben saber que el salario mínimo es cada día más pequeño, porque anualmente no se incrementa ni siquiera en el monto del índice inflacionario. Por ejemplo, el incremento aplicado en los salarios del 2014, fue apenas de un 3.9%, respecto a los del 2013.
Esto implicó que el salario mínimo de la Zona A, que abarca más del 70% del territorio nacional, se elevara de 64.76 pesos a 67.28 pesos diarios. El incremento fue de tan solo 2 pesos con 52 centavos. En esta zona se comprenden Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Distrito Federal, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas y Veracruz.
Para la Zona B, el salario mínimo pasó de 61.38 pesos a 63.77 pesos. Los estados que conforman la Zona B, son: Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.
Hace unos días, la Coneval reveló que el índice de la tendencia laboral de la pobreza alcanzó un máximo histórico en el primer trimestre del año, al registrar un incremento anual del 3.46%, que es el porcentaje de personas que no pueden adquirir la canasta básica con el ingreso de su trabajo, al grado de que ya es casi intrascendente que alguien tenga empleo, pues el salario es insuficiente para sobrevivir.
Definitivamente, los panistas escogieron una desteñida bandera electorera. Si tuvieran vergüenza, deberían reconocer que han dado la espalda a los trabajadores mexicanos. Y todavía quieren que con ese “gancho”, los mexicanos se animen a acudir a las urnas en el 2015. Ni la burla perdonan. Que experimenten, a ver si pueden vivir ellos con salario mínimo.
