Déjà vu: El caso Denise Dresser
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Déjà vu: El caso Denise Dresser

MÉXICO, DF - sábado 19 de abril de 2014 - lasillarota.com.
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Columnista de la SillaRota: EDUARDO HIGUERA
 
Como es bien sabido, Dresser es una de las voces críticas más contundentes y calificadas de nuestro país. Podemos estar de acuerdo o no con sus posiciones, pero es innegable que sus comentarios son certeros y mordaces, además de que  no conocen militancia alguna: señala y analiza lo que a su juicio está equivocado en la clase política nacional o daña a los ciudadanos de México, sin importar si el actor cuestionado viste de amarillo, azul, verde, rojo o es tricolor.
 
La investigadora y politóloga, colaboradora regular en medios nacionales al igual que  de The New York Times y Los Angeles Times,  tiene clara su  función en el espacio público y así lo declaró en una entrevista telefónica: “ser controvertida, estar siempre  del lado del partido de los ciudadanos y usar la palabra como  espada desenvainada para denunciar la impunidad, la corrupción y la falta de transparencia de actores políticos y autoridades”.
 
Durante la entrevista, la también columnista declaró que los cuestionamientos que la señalan como una analista sin escrúpulos tienen un “tufo a viejo PRI, lo que cuestiona la imagen de modernidad democrática que se busca establecer, hoy en día. Mi interés está en procurar una mayor transparencia y la lucha en contra de la impunidad, la opacidad y la corrupción en nuestro país”.
 
De igual forma, Dresser explicó que el hecho que la intenten intimidar o desacreditar no es algo sencillo, pues tiene espacios y credibilidad, tanto al interior de los mismos medios como entre las audiencias. “Sin embargo esta situación me trasciende” ya que “es fácil imaginar las presiones a las que se enfrentan los periodistas de provincia que no poseen este tipo de presencia pública y apoyo de sus medios y  deben realizar su labor en uno de las países más peligrosos del mundo para ejercer la el oficio de informar”.
 
Según explicó, esta actitud de “matar figuradamente o descreditar al mensajero del descontento ciudadano” daña la credibilidad en nuestra democracia ya que “los ciudadanos pierden la confianza en autoridades que son incapaces de poner un alto a las acciones autoritarias y de censura de algunos políticos”, al tiempo que “son incapaces de realizar investigaciones sólidas y confiables de personajes público. Arturo Montiel, Moreira o Mario Marín son tres nombres que se me vienen a la cabeza en estos momentos”, subrayó.
 
Para ella, su trabajo no tiene que ver con enconos personales o animadversiones de ningún tipo. “Mi trabajo es en contra la impunidad y la corrupción” y afirma enfática que sólo realiza señalamientos que se pueden encontrar en notas periodísticas o investigaciones de autoridades oficiales”, como  la investigación de 1997 que citó en su columna donde se habla de investigaciones de parte de autoridades estadounidenses de altos políticos de aquél entonces con posible relación con el narco y fuentes periodísticas reconocidas y que nunca ha sido plenamente explicada.
 
La entrevistada explicó que su mayor preocupación en éste y muchos otros casos es que no existe ninguna aclaración definitiva a estos señalamientos por parte de autoridades extranjeras en contra de personajes públicos mexicanos o de los entretelones de los negocios al margen de la ley que se hacen al amparo del poder. Explicó que es un deber de los medios y la ciudadanía romper con el “disentir silencioso” que muchas veces se construye por conveniencia o miedo, ya que es la única forma  de que avancemos hacia una democracia plena y transparente.
 
Finalmente, Dresser retó tanto a legisladores como a las autoridades.
 
A los primeros, en particular a los priístas, les invitó a demostrar que realmente existe un nuevo PRI, realizando el trabajo legislativo necesario para reformar la procuración de justicia en nuestro país, “de modo que el procurador de justicia no sea designado por el jefe del Ejecutivo  y su puesto y sueldo queden a su merced, sino por un órgano colegiado independiente, tal y como sucede en países con una estructura democrática más avanzada”.  “Imponer la autonomía del procurador enviaría un mensaje claro de avance en nuestro país por parte de las bancadas en el Congreso de la Unión”, añadió.
 
En cuanto a las autoridades actuales les pidió que “muestren una sola investigación sólida y convincente” en la que se involucre a personajes de la alta clase política nacional. “El caso más reciente en el que se acusó a un personaje de tal envergadura lo constituye el proceso en contra de Raúl Salinas, quien ya fue exonerado de toda culpa”.
 
Sobre este tema abundó que “la investigación sobre nexos entre la clase política y el narcotráfico que la DEA entregó  en 1997 al entonces presidente Zedillo nunca ha sido aclarada plenamente” por autoridades mexicanas. Y en cuanto a la supuesta averiguación previa que exculpa a los involucrados, la analista detalló que “nunca la recibí, no sé si existe y si es así debe ser divulgada de inmediato por las autoridades”.
 
Finalmente, señaló que ante el hecho de que se usen en su contra  datos personales que sólo podrían ser obtenidos por medio de la cooperación de autoridades judiciales, en clara violación de su intimidad y sus derechos, ella ha solicitado la intervención de la Secretaría de Gobernación para la activación del protocolo para la defensa de los luchadores en favor de los derechos humanos en México.
 
Por desgracia “sólo se obtuvo respuesta tras la alerta emitida por Artículo 19”  y en lugar de un compromiso para la aclaración de los hechos se le ofreció “protección y un número de teléfono al cual llamar en caso de emergencia”.
 
Y así la historia se repite una y otra vez. Al igual que Heberto Castillo, Zarco, Julio Scherer y el periódico Excélsior y muchos otros ejemplos de nuestra historia parece ser, que  el caso de Denise Dresser en nuestros días, confirma que la teoría y el avance de nuestro país en materia de libertad de expresión y  tolerancia política seguirá siendo una sinuosa y accidentada espiral.
 
Como cierre de la conversación,  explicó que como tantos otros antes que ella “sólo me queda luchar para matar los dragones que pueblan nuestro país de la única forma que conozco: a través de la trinchera de la docencia, el análisis y la búsqueda de la ciudadanía plena”.
 
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