El amigo de los papás. Mi amigo del Canal 23, Jaime López, el famoso Jimmy, siempre presente en los juegos de Tercera División de los Diablos. Lo saludo, preferentemente antes o después del juego o al medio tiempo, y luego lo dejo ver el juego. Mi amigo de MVS, José Beltrán, el famoso Pepe, siempre presente en los juegos de Tercera División de los Pescadores. Lo saludo, preferentemente antes o después del juego o al medio tiempo, y luego lo dejo ver el juego. En los Diablos juega el famoso Jimbo, hijo de Jimmy. En los Pescadores juega el famoso Yamir, hijo de Pepe. Y pienso en el tiempo. En lo rápido que pasa. Y en que ya no soy amigo de los jugadores. Ahora soy amigo de los papás de los jugadores.

 

Gracias, hijo. Cada vez que lees una nueva declaración en la que, después de dieciséis años de escándalos, trata de legitimarse para buscar otro periodo en el cargo, lo único que atinas a sentir repulsión, pena por quienes tienen que aguantarlo. También piensas que, por fortuna, a tu hijo no le gusta jugar beisbol y jamás te pediría inscribirlo a algún equipo que pertenezca a la “normatividad”. Así no tienes que soportar, como lo hacen tantos, a ese mitómano profesional, ese dictador asqueroso.

 

Cine y futbol. La visita fue de trabajo. El solo hecho de ver anunciado el título: “Ilusión Nacional” y el requisito de “ser aficionado a la selección”, ya prevenía la catástrofe. No fue tal. El mazacote de información, entre las desazones de cada cuatro años por quienes esperan ver un México triunfador y otros pasajes históricos que han acompañado a los mundiales (Maracanazo, Maradona, temblor del 85, Salinas…), resulta aguantable después de dos horas de cine. Y al final, un texto magistral de Galeano, ese uruguayo tan discutible cuando habla de política; tan sabio cuando habla de futbol. Eso sí, para pagar el boleto hay que cumplir con un requisito: “ser aficionado al futbol”.

 

Opción B. Barcelona no camina. El Atleti cierra los caminos, reduce las posibilidades de ese equipo que de virtuoso pasa a parecer limitado. Incluso, el “10”, el mejor de todos, no da una: pierde el balón frente a cualquier zaguero, se trompica con el mismo, topa con pared. Al final, se ha hecho justicia. Los colchoneros del “Cholo”, jugando como cuando jugaba el “Cholo”, han echado a los siempre favoritos catalanes. Por fortuna, ser aficionado del Barca amplia el panorama, brinda varias opciones. Por ejemplo, ser Guardiolista. El campeón alemán, con toque catalán, apunta a bi campeón.